Capitulo 49

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Jiang Yanli comprendía muchas cosas a pesar de su corta edad, ella era capaz de entender que los cuentos con finales felices y brillantes que solían narrarle algunas de las discípulas del clan e incluso de vez en cuando las imponentes damas de compañía de su madre JinZhu y YinZhu no eran reales, lo tenía muy presente pues sus padres no se amaban como los personajes de esas fantásticas historias en las que los sentimientos puros triunfaban, lo tenia presente desde que empezó a ser consciente de su entorno y por lo tanto de las constantes peleas o silencios incómodos que existían entre sus padres y desgraciadamente mientras más tiempo pasaba podía notar con mayor claridad los sent de sus padres, la frustración que sentía su madre con respecto a los actos de su padre, aunque no entendía muy bien porque de ello pues su padre era un buen hombre y un buen líder. Por otro lado notaba el dolor silencioso en los ojos de su padre que cada día se volvía más y más grande al igual que las sonrisas cada vez más desgastadas o forzadas que daba cuando se encontraba con su madre.
Ella era pequeña y poco podía hacer más allá de bajar la cabeza, fingir que no se daba cuenta de lo que sucedía o simplemente hacer como sino le importara y obedecer las ordenes de sus padres sin importar lo que quisiera hacer realmente pues lo que menos quería era causar más problemas entre ellos, su padre no le exigía mucho más allá de pasar algo de tiempo con el cuando no se encontraba ocupado; pero su madre... ella en un principio quiso volverla una fiera cultivadora pero Yanli no se sentía capaz de dañar a otros con el uso de un arma o de pelear contra demonios y espíritus que atormentaran aldeanos, aún puede recordar la clara decepción en los ojos de su madre cuando terminó confesándole que no deseaba aprender a empuñar un arma; entonces la comenzó a educar para que fuera una doncella perfecta, fina y educada, amable y respetuosa de su futuro marido.
Le dio lecciones de modales, poesía e indico como debía mandar a los criados una vez se volviera la señora de una secta importante, la enseño a danzar y agrego todo tipo de clases a sus deberes diarios enfocadas en volverla la esposa perfecta algún día... Yanli quería creer que su madre no se daba cuenta de lo aburridas y pesadas que le resultaban esas clases, que no se daba cuenta de lo asfixiante que se sentía ser vigilada todo el tiempo para asegurarse de que en algún punto sabrá cumplir su rol de mujer perfecta, realmente deseaba con todas sus fuerzas que su madre no fuera consciente de lo mucho que la frustraba no poder jugar con otros niños debido a la imagen que debía mantener.

Y entonces un día cualquiera su padre apareció con el líder Wen, apareció junto a un compañero de juegos que siempre se encontraba dispuesto a acompañarla, apareció junto a la libertad de hacer lo que quisiera una vez terminaba sus lecciones diarias, apareció con comidas llenas de alegría y temas interesantes de conversación, apareció con suaves correcciones cuando hacía algo mal en lugar de grandes regaños en los que debía bajar la cabeza, apareció con tardes llenas de risas y juegos en lugar de silencios tristes, apareció con unas hermosas sonrisas, pero sobre todo apareció con la alegría que su padre perdía poco a poco.
Yanli era una niña pequeña pero no era tonta, pudo ver el hermoso brillo que tanto había escuchado en las fantásticas historias que le contaban antes de dormir, alrededor de su padre y el líder Wen se podía ver el amor... y en más de una ocasión a pesar de amar muchísimo a su madre deseo que las cosas se quedaran así para siempre, deseo que Wen Rouhan y Wen Xu se quedaran en la secta Jiang para siempre, deseo que Wen Xu y el bebé que el líder Wen esperaba fueran sus hermanitos y que ellos tres junto a su otro hermanito pudieran permanecer juntos toda la vida para que la felicidad nunca la abandonara.
Y ahora Yanli estaba totalmente convencida de que desear tan fuerte y tan seguido una sola cosa si daba resultados, pues entre tartamudeos y enredos su padre le explicó a ella y a Wen Xu que el bebé de Wen Rouhan ya había nacido y que de alguna manera que ni ella ni el otro pequeño entendieron el bebé era hermano menor de ambos. Y Yanli no podía sentirse más feliz por ello.

-¿Entonces... eres Jiejie de A-Xu también?- le pregunto Wen Cu mirándola totalmente ilusionado con la idea.

-Si... ¿Lo soy A'Die?- está vez fue Yanli quien cuestiono al adulto, pero al menos de corazón la niña ya consideraba a Wen Xu como un hermanito.

Cambiando el destino del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora