Capítulo 10: Desde que volviste, Gege ha estado de buen humor todo el tiempo

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PRESENTE.

6:00 p. m., en el almacén:

—Aquí es donde el tiempo retrocedió —explicó Du Jing—. Piensa en ello. ¿Qué hemos hecho?

—Debe ser difícil para ti recordarlo. ¿No deberías reportarlo a tu jefe? —preguntó Zhou Luoyang.

—Me tomé el día libre. No cambies de tema. Primero...

—Parece que tu teléfono está a punto de explotar.

Había veinte llamadas perdidas en el teléfono de Du Jing, del mismo nombre de contacto, "Xiao Li". Zhou Luoyang no se molestó en preguntar quién era Xiao Li y Du Jing no quiso dar ninguna explicación innecesaria.

—¿Es posible que este lugar sea la intersección entre las esferas de cuarta y quinta dimensión? Cuando salí del almacén, fui escoltado hasta la patrulla, luego, la marcha atrás comenzó justo al bajarme del coche. —Du Jing analizó la situación mientras empujó suavemente la lámpara; la bombilla colgante se tambaleó ligeramente, arrojando de aquí para allá su luz creando una atmósfera misteriosa dentro del cuarto oscuro.

Zhou Luoyang murmuró—: Tu imaginación es realmente amplia.

—Bueno, hay una diferencia en comparación con alguien con psicosis.

—Entonces ¿cómo explicas el hecho que he estado aquí antes pero la inversión de tiempo de veinticuatro horas no ocurrió? Honestamente, estoy empezando a preguntarme si realmente todo eso sucedió.

—Los recuerdos pueden mentirte —dijo Du Jing—. Al igual que los sueños. Pero estoy seguro que hay algo sospechoso. ¿No quieres llegar al fondo de las cosas?

El joven sólo podía admitir—: Tienes razón, no quiero hacerlo.

Siempre que Zhou Luoyang se encontraba con situaciones que no podían ser explicadas usando las leyes de la ciencia, la mayoría de las veces, las ignoraba subconscientemente. Su solución óptima fue olvidar todas las anormalidades tan pronto como fuera posible y atribuir las repetidas veinticuatro horas a una memoria defectuosa. En realidad, la mayoría de la gente tendría la misma reacción; era un instinto natural para protegerse del peligro.

Pero Du Jing era diferente; al igual que cuando estaban en la escuela, en los raros casos en los que se encontraba con una pregunta difícil, se partía el pelo tratando de encontrar la solución.

—Tienes miedo de pensar en ello —susurró el hombre—. Si atribuimos las cosas a lo paranormal, una vez que descubrimos la verdad...

—¡Cállate! —Zhou Luoyang se sintió repentinamente histérico.

Los ojos de Du Jing miraron con intensidad a Zhou Luoyang, y recitó—: Conmigo aquí, ¿de qué hay que tener miedo?

Zhou Luoyang tenía mucho, mucho miedo de los fantasmas. Después de todo, cuando era joven, tuvo que vivir solo por un largo período de tiempo. Recordó una vez que Du Jing y él fueron a una casa embrujada en el parque de diversiones, donde se asustó mucho y terminó aferrándose desesperadamente a Du Jing.

En aquel entonces, la respuesta de su compañero fue exactamente la misma que ahora: "Conmigo aquí, ¿de qué hay que tener miedo?".

—Tengo miedo que seamos absorbidos de nuevo —confesó. Zhou Luoyang había visto una película de terror sobre un crucero[1], la impresión que dejó en él fue indescifrable—. ¿Y si accidentalmente desencadenamos algo extraño, y nos quedamos atrapados en el mismo día dando vueltas una y otra vez sin parar? Sería terrible.

—¿Tan importante es el futuro para ti?

—Por supuesto —respondió el joven sin dudar—. Finalmente te encontré y espero que los dos podamos estar bien, juntos. Hay muchas cosas que podemos hacer en el futuro.

Tiandi Baiju: Caballo Blanco del Cielo y la TierraWhere stories live. Discover now