You Are The Whole World And The World Is Mine

23.9K 2K 1.5K
                                    

Hola! Aqui les traigo un nuevo cap! Como siempre muchas gracias por el apoyo! Muchas gracias por la paciencia, ojalá les guste! Como siempre les digo esta historia es para ustedes! He tenido algunas dificultdes para encontrar inspiración, pero este cap afortunadamente quedo más largo que el anterior, y debo decir que cada vez me divierto más escribiendo a este par y la mejor parte ya esta cerca xD :3 El próximo cap va a estar bastante sensual (? hahaha ya lo tengo pensado.

Muchas gracias por todo! Gracias por sus votos y comentarios espero contestarlos en el transcurso de esta semana! <3 Las quiero! 

Besos!!



I

—Lo pensaré —dijiste con severidad, aunque al mismo tiempo consideraste la opción de sacar todas las botellas de la alacena de madera del comedor y esconderlas, algo que harías cuando cuidas de un niño pequeño, no de un hombre de 30 años— Voy a buscarte algo para el dolor ¿ok? —comentaste mientras te levantabas de la silla. Antes de que te dieras cuenta estabas junto a su cama, tu mano se estiró para acariciar su cabello, podías sentir su frente húmeda y cálida.

—Gracias... —soltó el pelinegro entrelazando de inmediato sus dedos con los tuyos.

—No es nada —contestaste sonriendo, disfrutando de la agradable sensación de su mano contra la tuya— Haré algo de desayunar... —dijiste soltando su mano.

—No sé si pueda comer algo... —Se quejó poniendo sus dos manos de nuevo en su frente.

—Esta bien, descansa ahora y cuando te sientas mejor puedes bajar...

Brahms asintió mientras cerraba los ojos, podías notar claramente como quería seguir durmiendo.

Cuando subiste de nuevo lo encontraste enrollado de nuevo en las mantas, dejaste las pastillas en la mesita de noche y le echaste una ultima mirada a su rostro apacible.

Preparaste el almuerzo bajo el fuerte sonido de la lluvia que no disminuía ni un poco, habían habido tormentas antes, pero la única tan fuerte fue, precisamente, la noche que conociste a Brahms, aquel hombre se te hacía ya tan lejano, esa sensación de horror que tuviste al percibir su presencia detrás tuya, esa mujer aterrorizada, todo eso se había convertido casi como en una regresión de una vida pasada.

Transcurrieron fácilmente más de dos horas desde que dejaste a Brahms en su habitación cuando escuchaste el inconfundible sonido de sus pasos por el armario de la cocina. Viste su gran cuerpo asomar por el umbral de la puerta, su cabello le cubría un poco la cara y todavía veías gotitas de agua caer de el, estaba usando solo una de sus habituales playeras blancas revelando la piel de sus hombros y sus torneados brazos.

—¿No tienes frío? —preguntaste recorriendo su cuerpo con evidente deseo.

—En realidad muero de calor —dijo aún con una mueca de incomodidad, aunque podías notar que estaba más repuesto que horas antes.

—Lo puedo ver... —soltaste, sin despegar tus ojos de él.

—¿Te gusta lo que ves linda _______? —preguntó dejándose caer en una de las sillas sacudiendo de su rostro los mechones mojados mientras había en sus labios una ligera sonrisa de satisfacción.

Quisiste reclamarle que no eras tu precisamente la que salía corriendo cada que había una situación íntima, pero te mordiste los labios y asentiste pensando que decirle algo así tal vez lo haría retroceder en su avance.

—Por supuesto que sí —aceptaste mirándolo a los ojos resolviendo de inmediato que le sucedía, sabías que se debía en su totalidad a lo que había pasado la noche anterior. Era una característica que ya habías identificado en Brahms, una vez que una idea o una acción dejaba de parecerle extraña, no sentía la necesidad de seguir reprimiéndola.

INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora