INTOXICATED [BRAHMS HEELSHIRE X TÚ]

Darkness

Hola de nuevo!! Aqui un nuevo capitulo de esta historia! Muchas gracias por leer, votar y comentar! Significa mucho para mi!! Espero que les guste, estoy tratando de escribir temas y cosas que no hago usualmente para llevar mis habilidades un poco más allá.

Besos!

Te llevaste la mano a la boca ahogando un grito, de una forma u otra el muñeco por si solo o con ayuda sobrenatural había dejado su encierro en el cuarto de lavado y ahora estaba ahí, sentado plácidamente en la cama, observándote.

—¿Cómo diablos?... —soltaste con la voz temblorosa. Esta vez no entraste con ningún cuidado a la habitación, sino que de grandes zancadas te plantaste frente al ser de porcelana, lo tomaste de los hombros y lo sacudiste como si eso fuera, de alguna forma, a sacarle una respuesta.

Pero nada sucedió, seguía ahí, inmóvil con sus grandes ojos verdes, realistas y sin vida.

Miraste a tu alrededor una vez más, ni un solo sonido se escuchaba dentro de la casa, sólo el sonido de las aves afuera y el agitado ir y venir de tu respiración.

Echaste una mirada al piso y observaste con más detenimiento las hojas, todas parecían decir lo mismo en una apretada y desesperada caligrafía. Eran números, no, eran instrucciones. Acercaste la hoja hasta tu rostro para ser capaz de leer lo que decía.

1- Sin invitados
2-Nunca dejar a Brahms solo
3-Guarda las sobras en el congelador
4-Nunca cubras la cara de Brahms
5-Leerle una historia antes de dormir
6-Reproducir la música en volumen alto
7-Limpia las trampas
8-Sólo Malcom trae las entregas
9-Brahms no se puede ir
10-Beso de buenas noches

Tragaste saliva asustada, sintiendo de repente que todo el mundo decía la verdad, tenías que salir de ahí, pero tus pies no se movieron, en lugar de eso, pasaste tu mano por el último número, las letras estaban escritas con mucha más fuerza, casi atravesando el papel haciendo énfasis en la importancia de la última regla, levantaste una hoja y otra, todas con las mismas frases y en todas el beso de las buenas noches parecía ser el más importante.

Miraste al muñeco soltando un suspiro, sentiste de repente la urgencia de bajar las escaleras y abrir el cuarto de lavado, pero la idea te pareció estúpida, no había dos muñecos como ese en ese casa, ese era el único y de alguna manera había encontrado el camino de nuevo a su habitación acompañado por una serie de reglas que estabas segura Greta había leído también.

Tomaste todas las hojas en el piso doblándolas a la mitad y poniéndolas en tu bolsillo trasero. Saliste de la habitación tratando de no darle la espalda al muñeco y cerraste la puerta firmemente. Frente a ti encontraste un nuevo problema: las escaleras del ático.

Relamiste tus labios tratando de humedecerlos un poco, pero fue inútil, tu boca estaba seca, pusiste tu mano en la vieja y desgastada madera y comenzaste a subir despacio, la luz que iluminaba el pasillo pronto quedo atrás y te lamentaste en silencio por no traer contigo algo con que defenderte, pero cuando ese pensamiento cruzó tu mente ya estabas llegando al final de la escalera.

Necesitaste unos minutos para recobrar la visión en la oscuridad ya que el par de tragaluces en el techo no era suficiente para ver con claridad. No había nada más que cajas y cajas, tus ojos recorrieron cada esquina buscando indicios de alguien o algo que quisiera atacarte pero no había nada, solo tú, eso ayudó a tu corazón a recuperar un poco de su ritmo natural.

Mas relajada encontraste la cadena para encender la bombilla sobre tu cabeza, con un clic todo el lugar se iluminó con una tenue luz amarilla, justo debajo había una caja, había cartas, documentos y fotografías, una llamó tu atención de entre todas, una de un niño, con los ojos esmeralda clavados en el horizonte, no sabias decir si eran tristes o molestos, pero no había inocencia, no como en otros niños, le diste la vuelta y no te sorprendió ver el nombre de Brahms Heelshire, debajo de esa había otra imagen, una niña rubia con el mismo rostro triste, con la misma inocencia faltante: Emily Cribbs.