11. Mi familia

117 20 5
                                    

Freya resopló y negó con la cabeza.

- Es imposible- Gustav estaba en el suelo, con un pastizal entre sus dientes, sonriendo- Tú sabes que es imposible.

- Vamos Freya, demuéstrame que los Dioses te escogieron por algo, o quizás mueres de ganas de contestar mi pregunta.

La muchacha negó con la cabeza. Por supuesto que no tenía ninguna intención de contarle al muchacho qué era lo que más extrañaba de su época porque francamente, no tenía ni la menor idea y todo el asunto de entrenar le agradaba porque justamente le quitaba de su mente todos esos pensamientos que la atormentaban sobre su vida en el siglo XXI.

Pero él no dejaría el tema ir con tanta rapidez. Era tremendamente curioso y mucho más en lo que tenía que ver con la enigmática muchacha que parecía solo abrir la boca para soltar negativas y protestas.

Quería conocerla.

Con un débil movimiento del brazo, Freya arrojó el hacha y para su mala suerte apenas alcanzó la mitad del camino que debía recorrer.

- Mala suerte- Se burló Gustav- Ahora, escúpelo.

Ella caminó dando pasos fuertes en busca de su arma, a la cual ya comenzaba a tomarle cariño luego de cuatro días de duro entrenamiento.

Y se dejó caer junto al jefe de Morke.

-Supongo que- Comenzó a decir con la vista clavada en el lago- Extraño la comida, no es que no me gusten las tripas de cerdo o las anguilas pero...la comida era mejor.

- ¿Solo eso?

-Y la música- Freya cerró los ojos, anhelando echarse en el pastizal a escuchar sus canciones favoritas de Queen- La música en mi época es increíble.

-Canta algo para mí.

-Si, claro. Luego bailaré desnuda frente a todos, ¿Qué te parece?

-Por mi no hay problema- La muchacha rió y lo empujó juguetonamente.

Lejos de tener la mente limpia y de poder llamarse inocente, el Vikingo no tardó ni dos segundos en imaginarse las curvas de Freya desnudas, a la luz de las brasas. Y no pudo evitar sonreír ante la vista.

-¿Eso es una sonrisa?- Preguntó él al ver que el gesto era compartido.

-A veces me haces reír- A él le gustaba hacerla reír. Freya tenía la sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida, sus dientes eran blancos como las nubes de verano y estaban todos perfectamente alineados.

-¿No extrañas a tu familia?

Súbitamente, la sonrisa de Freya desapareció de su rostro. Y Gustav se sintió un imbécil por aquello.

-No tengo familia- Pero el muchacho, ni lento ni perezoso, enseguida tomó el colgante que ella le había entregado unas semanas atrás y jamás se había quitado. Pensó que quizás, al ver que él cuidaba tan bien del artilugio la haría sentir mejor y pese a que no lo dijo en palabras, lo hizo.

Poco a poco la muchacha comenzaba a confiar en el feroz Vikingo.

-¿Y esto?

-De mi padre- El tono en la voz de Freya era amargo y triste, pero no lo suficiente como para romper en llanto, si bien extrañaba a su padre con la vida entera, sabía que había tenido una vida feliz- Murió aquí, de hecho, en Morke.

-¿Dónde?

-Muchas preguntas, niño Nórdico. Creo que es momento de retomar el entrenamiento.

Él quiso hacer más preguntas, por supuesto, por su naturaleza curiosa.

Warrior (Terminada)Where stories live. Discover now