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No fue fácil convencerla de comer o de beber agua. Ella quería morir en el preciso instante en que alguien había tomado una decisión que no le correspondía y le había dañado más que el cuerpo.

Yo insistí, una y otra vez, hasta que me permitió alimentarla como a un niño. Yo quería ayudarla y ella quería ahogarse.

¿Cómo se salva a alguien que no quiere ser salvado?

Sin mirar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora