Love scene || Haikyuu

━Tsukishima Kei

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Cuando entraste en Karasuno no creíste que causarias tanto impacto, que la hermana del pequeño gigante entraría a Karasuno fue una noticia que sacudió al equipo de voleibol masculino.

—¡Tenemos que conocerla Kageyama!—Grito un entusiasmado Hinata comenzando a saltar al rededor del pelinegro.—Me pregunto cómo será ¿Jugara voleibol? ¿En qué posición jugará? ¿Crees que sea tan buena como su hermano?

Un bombardeó de preguntas se dirigieron al armador sin razón alguna, comenzando a irritarlo, más porque venían de Hinata.

Lo tomó de la cabeza apretando fuertemente, deteniendo los movimientos y el parloteo de la boca del menor. Shoyo lo miro a los ojos teniendo escalofríos ante aquella fría mirada, rezando por que la hermana menor de su idolo no sea como su compañero de equipo.

Desafortunadamente para él, no fue así...

[...]

—¿Unirte al equipo masculino? —Pregunto para si mismo el profesor Takeda.

—Sí—Respondió al instante la menor.—¿Sucede algo?

—Ah... No, no, no—El profesor agitó sus manos al mismo tiempo que negaba—Solo es un poco extraño, generalmente no está permitido pero tal vez si hablamos con el entrenador puede que seas la excepción—Sonrió levantando la mirada de aquella solicitud para ver a la chica de cabellos negros. — ¿Te parece bien empezar ya mismo?

—Me parece perfecto.

—Bien, vayamos hacia el gimansio, la práctica no tardará en empezar—Tras decir eso se levanto del escritorio dirigiéndose a dicho lugar seguido de la chica que iba detrás de él.

Caminaron por varios minutos a lo largo de los pasillos de la escuela, llegando por fin al famoso lugar.

El pelinegro no tardo en tomar las perillas de la puerta, colocando algo nerviosa a la chica.

“Tranquilizante (Tn)”

Suspiro tratando de alejar sus pensamiento, aun sin creer que estaba delante del lugar donde su hermano y su más grande idolo había entrenado, sobre todo donde se hizo su fama de “El pequeño gigante”.

Las puertas se abrieron haciendo su típico rechinido, haciendo notar la falta de aceite en sus piezas. De manera rápida varios pares de ojos se encontraba sobre los dos presentes.

—¡Nadie a dicho que se detengan, sigan haciendo esos saques!—Una voz  algo ronca y raspoza se hizo notar, sacando de su trance a los jugadores distraidos—¿Qué tal profesor?—Saludo un hombre adulto de cabellos pintados.

—Ukai-sai, lamento interrumpir la práctica.—se disculpó avergonzado el profesor—Hay una estudiante femenina que quiere unirse al equipo.

Ukai dirigio su mirada hacia la chica que se encontraba a un lado del adulto.

—¿Quieres ser mánager? —Pregunto a lo que la chica nego varias veces.

—Quiero unirme como jugadora—Aquella declaración sorprendio al entrenador, sin embargo, no alego.

—¿Te parece si hacemos unas cuantas pruebas fisicas para saber tu habilidades? —La chica asintió ante su pregunta—A partir de ahí decidire si formas parte de los titulares o no—Una sonrisa apareció en los labios del adulto—Quiero que sepas que no seré suave contigo por ser nueva.

—No tengo problema con eso.

—Bien.

[...]

Poco después de relizar aquellas pruebas y decidir tu posición en el equipo, conociste a los chicos del club.

Debias de admitir que llevabas una mejor relación con los calmados del grupo ya que los otros eran tan intensos que no sabias como reaccionar o actuar con ellos.

—¿Estas bien (Tn)-san?—Pregunto Yamaguchi al ver como observabas con detenimiento el pequeño pastel de fresa que Tsukishima poseía en sus manos.

—sí.

Tsukishima observo tu mirada en su postre, levantando una ceja en el proceso.

—No te voy a dar—Aclaró.

—Tsukki—Intento regañar Yamaguchi.

Lo miraste directamente a los ojos.

—Esta bien, no planeaba pedirte de cualquier forma—Aguantaste tus ganas de querer probar aquel postre, más tarde irías a comprar alguno si es que quedaban.

Siguieron conversando por varios minutos hasta que el rubio se levantó de su lugar, llamando su atención.

—Iré por algo de tomar, estoy lleno—Por instinto miraste la rebanada de pastel, observando que solo quedaba la mitad de esta.—Puedes comerla si así lo quieres.

—Gracias.

«Tsukki»

Yamaguchi observo la espalda del rubio marcharse por la puerta, el sabía lo mucho que le gustaba aquella tarta de fresa. Sabía que te la estaba regalando a su manera. El pecoso no pudo evitar sonreír ante aquello.

—Tsukki es un buen amigo—Murmuro al aire.

Lo miraste curiosa.

—¿Has dicho algo? —

—Nada, nada.

Fin.

Planeaba actulizar el dia de mi cumpleaños, pero al final no pude. Siento la tardanza.