Epilogo.

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Después del nacimiento de Joseph, finalmente había llegado el momento de regresar a Beacon Hills. Mi padre fue uno de lo mas afectados, ya que se vio obligado a enfrentar un gran cambio al regresar a casa sin Josephine. Había quedado inundado en una terrible soledad, por lo que intentábamos pasar la mayor parte de tiempo que nos fuera posible junto a él.

Finalmente, después de casi cinco años sin ver a la manada, hoy nos volveríamos a reunir todos, ya que había luna llena.

—¿Ya se van? —nos preguntó Trixie.

—Sí —la abracé.

—¿Quieres que cuide de Joseph? —preguntó mi padre.

—¿Nos harían ese favor? —le pregunté agradecida.

A pesar de que habían pasado varios años de la transformación de Alec, aun se veía afectado por la luna llena.

—Por supuesto —aseguró mi padre, tomando a Joseph en sus brazos.

—¿Qué hay de ti? —le preguntó Scott a Trixie.

—Puedo controlar una luna llena —se burló.

—¿Cuál es tu truco? —alcé una ceja.

—Experiencia.

Mi padre largó una carcajada y dijo:

—Y por experiencia se refiere a comer pastel de chocolate y mirar películas toda la noche.

—¡No puedes juzgarme! —exclamó.

Antes de marcharnos, debía extraerme leche materna para dejarle a Joseph.

—¿Qué tal si dejas de observar e intentas ayudarme? —le grité a Scott.

Scott puso los ojos en blanco y se acercó para ayudarme. Extraer leche materna era una de las cosas mas doloras que había experimentado.

—¿Estas intentando ordeñarme? —le pregunté—. ¡Scott, no soy una vaca!

—¡No es mi culpa! En la universidad solo ordeñamos vacas —se quejó.

Después de media hora y casi cinco videos de YouTube, habíamos logrado extraer la suficiente leche como para alimentar a Joseph por el resto del día.

—Debería haber manuales de maternidad —se quejó Scott.

—Si los hay —le aseguré—, pero Internet es más barato.

Aguardamos a que Joseph se durmiera y finalmente nos marchamos.

Al llegar a nuestra casa, notamos que los chicos ya habían llegado.

—¿Cómo hicieron para entrar? —le susurré a Scott.

—No lo sé.

Al entrar, nos encontramos con toda la manada reunida. Apenas nos vieron, corrieron a abrazarnos.

—Espero que no les moleste, pero tuve que romper su cerradura —nos informó Malia.

—¿Que hiciste qué?

—No hay problema —le aseguró Scott.

Fulminé a Scott con la mirada y le susurré:

—Lo pagaré con tu dinero.

La expresión de Scott cambio completamente y cuando abrió su boca para responder, se vio interrumpido por Lydia.

—¿Dónde está mi sobrino?

—Pasará la noche con su abuelo —respondí.

—¿No le ocurrirá nada en luna llena? —preguntó Stiles.

Mora's Ghost | Teen WolfWhere stories live. Discover now