17; Cuando las máscaras se caen.

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Scott había encontrado un teléfono la noche anterior, el cual supusimos que era del cadáver que había hallado. El cual descubrimos que tenía varios mensajes y llamadas sin responder, pero lo que llamó nuestra atención fue un mensaje de voz en el que —según nos había informado Scott— se oía a una mujer muy desesperada rogándole a aquella persona —ahora cadáver— que regresara a casa.

Los chicos se habían reunido en la clínica y, como era de costumbre, estaba llegando tarde.

Al llegar, noté que los chicos se encontraban escuchando un mensaje de voz, en el que se oía a una mujer hablando. Al acercarme más, descubrí que se trataba de una voz muy familiar.

—¿Por qué estoy escuchando la voz de la Señora Finch? —pregunté, frunciendo el ceño.

—¡Por supuesto! —exclamó Liam—. Sabía que su voz se me hacía familiar.

—Es que suena bastante diferente —observé—. Generalmente la escuchaba gritándome por llegar tarde.

—¿Están seguros que se trata de la Señora Finch? —nos preguntó Scott.

—Totalmente —respondí—. Tú también la reconocerías si hubieras asistido a clase.

Luego de que habíamos convencido a Scott de que aquella voz en el teléfono se trataba de la profesora de biología, decidimos que la mejor manera de exponer su lado sobrenatural era con la ayuda de Liam, quien sostenía que odiaba biología y que no quería asistir a su clase. A pesar de ello, Scott logró convencerlo de asistir a clase con la condición de que nosotros lo aguardamos afuera del salón.

Una vez allí, Liam comenzó a intentar exponer a la profesora aprovechándose de las debilidades de los hombres lobo, pero la Señora Finch no reaccionó con ninguno de los intentos de Liam.

Al terminar la clase, la profesora le pidió a Liam que aguardara un momento, ya que quería hablar con el. Pero cuando Scott oyó como la profesora negaba ser una mujer lobo  y tener una manada, decidió que era el momento de entrar en acción. Por lo que entró en el salón y puso el mensaje de voz que la profesora le había dejado al cadáver en alta voz, llamando por completo la atención de la profesora.

—Solo quería llamar a mi hija —nos explicó la profesora—. No se que es el Anuk-ité.

—Dijiste que estabas en una manada —le recordó Liam.

—¡Mi vida personal no es de tu incumbencia! —exclamó—. Deberían respetarme, yo no investigo sus vidas personales fuera de estos pasillos.

—¿Lograste hablar con algún miembro de la manada antes de que fueran asesinados? —le pregunté.

—¿De qué estas hablando? —me preguntó con los ojos cristalinos.

—Lo lamento, creí que lo sabía —me disculpé—. Su familia fue asesinada.

—N-no, eso no puede haber ocurrido —sollozó—. Estaban escondidos en el bosque porque tenían miedo...

—Encontré este teléfono en uno de los cadáveres —le informó Scott—. Había un cuerpo que no logramos identificar porque le quitaron la piel y no tenía ADN... Pero tenía el tatuaje de su manada.

—Eso es lo que le hace el Anuk-ité a las personas —le dije—. ¿Cómo se llama su hija?

—Quinn.

—¿Eres la madre de Quinn? —Quinn era la chica que se había aparecido herida en la casa de Scott en medio de la noche.

—Si, soy su madre. ¿Por qué?

—Bueno, ya no —respondí con un tono de sarcasmo.

—Mi hija esta viva —clavó sus ojos en mi—. Quiero decir, no puede estar muerta...

Mora's Ghost | Teen WolfWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu