Capítulo 6: parte 2

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Petra Voss bosteza y se estira. —Bueno, eso estuvo bien. Me alegro de haberte llamado.

—Feliz de estar a tu servicio—Villanelle saca su muslo desnudo de entre Petra—. Simplemente no olvides quién está realmente a cargo aquí.

—Hazme recordar.

—¿De nuevo?

—Tengo una memoria terrible— tomando la mano de Villanelle, Petra la tira entre sus piernas.

—Háblame de Max Linder— dice Villanelle.

—¿En serio?

—Soy curiosa.

Petra se resiste a la mano de Villanelle.—El es raro.

—¿En qué manera?

—Él tiene esto ...—ella jadea y empuja los dedos de Villanelle más profundamente.

—¿Tiene esto qué?

—Esto para ... Mmm, sí. Ahí.

—¿Esta cosa para?

—Eva Braun, aparentemente. Por favor, no pares.

—¿Eva Braun?—Villanelle se levanta sobre un codo—. ¿Quieres decir, Hitler?

—No, me refiero a la madre del gato. ¡Scheisse!

—¿Qué tipo de cosa?

—Como si fuera su reencarnación. ¿Me vas a follar de nuevo o no?

—Me encantaría— dice Villanelle, retirando su mano—.Pero debería volver al trabajo.

—¿En serio?

—Sí. Solo voy a tomar prestada tu ducha.

—Entonces, ¿tienes tiempo para ducharte?

—Si yo no tengo una, terminaré en la mierda cómo Birgit. Y eso no lo necesito.

—¿Quién es Birgit?

—La loca directora, la perra de Max. Nos huele para asegurarse de que estemos limpios. Si descubre este olor, me despedirá.

—Bueno, no queremos eso, ¿verdad? Podría unirme a ti en la ducha.

—Sé mi invitada.

—Claro que sí.

De vuelta en los cuartos del personal, la temperatura es, como siempre, varios grados más baja que en otras partes del hotel. En la habitación que comparten, Villanelle encuentra a María sentada en su cama, envuelta en una manta, leyendo un libro de bolsillo Polaco.

—Te perdiste el almuerzo— dice María—.¿Dónde estabas?

Villanelle toma su mochila del cajón y, dando la espalda a María para bloquear su vista, se acerca a ella y saca un anillo de llaves.

—Una invitada me pidió que volviera a arreglar su habitación.

—Mierda. ¿Cuál?

—Esa cantante. Petra Voss.

—Eso no es justo, no en tu hora de almuerzo. Te guardé algo de comida de la cocina.

Ella le da a Villanelle una manzana, una cuña de queso emmental, y una rebanada de sachertorte en un plato.

—Se supone que no deberíamos tener la rebanada de pastel, la saqué de la nevera de servicio de habitaciones.

—Gracias, María. Eso es bueno de tu parte.

—La gente no sabe lo difícil que es, toda la mierda que tenemos que hacer.

—No— murmuró Villanelle, con la boca llena de pastel—,realmente no lo hacen.

𝟐- 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠 𝐄𝐯𝐞: 𝑁𝑜 𝑇𝑜𝑚𝑜𝑟𝑟𝑜𝑤. Where stories live. Discover now