Capítulo 5: parte 2

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Es justo después de las 6 de la tarde, hora de Londres, cuando Eve y Lance entran a la oficina de Goodge Street, cargando sus maletas. Han tomado el metro de Heathrow, que era lento, pero no tan lento como luchar en medio del tráfico en un taxi.

Billy gira su silla para enfrentarlos. En el piso a su lado hay una pequeña torre de cajas de comida para llevar. Se estira letárgicamente y bosteza, como un gato mal ejercitado. —¿Buen vuelo?

—Podría haber sido peor— Lance deja caer sus maletas y olfatea el aire—.¿Algo murió aquí mientras estábamos fuera?

—¿Cómo estás, Billy?— Eve pregunta.

—Nada mal. ¿Té?

—Oh Dios, sí por favor.

—¿Lance?

—Yeah, adelante.

Eve se resiste a la urgencia de abrir la ventana corrediza y deja entrar un poco de aire a la oficina. Está ansiosa por que Billy haga dos cosas.  Descubrir todo lo posible sobre Rinat Yevtukh, el ucraniano que desapareció en Venecia, y lanzar una búsqueda mundial del tráfico reciente de Internet para el nombre o, nombre en clave, Villanelle. Es probable que ambas acciones sean complejas, y la experiencia le ha enseñado a Eve que para sacar lo mejor de Billy, no hay que  apresurarlo.

—¿Cómo te ha ido?—ella le pregunta.

—Igual— dice Billy, moviéndose sin prisa hacia el fregadero y volteando una bolsita de té.

—Lo que quiere decir la mujer es, ¿nos extrañaste?— dice Lance.

—Realmente no noté que no estabas aquí, para ser honesto.

Lance abre la cremallera de su bolsa de viaje y saca un paquete, que le arroja a Billy.

—¿Qué es esto?

—Un recuerdo de Venecia, amigo. Solo para mostrar que estábamos pensando en ti esclavizándote mientras nosotros solo vivíamos nuestro sueño.

—Buena esa.

Es una camiseta a rayas rojas y blancas de un gondolero. Eve lanza una mirada agradecida a Lance; nunca se le ocurrió traer algo para Billy.

—Entonces, ¿dónde estamos?—le pregunta a Billy cuándo ha circulado el té.

—He estado persiguiendo a Tony Kent.

—¿Algo nuevo?

—Trozos y piezas.

—Demonios.

Billy gira hacia sus pantallas. —Ok, haré un resumen. Kent es socio, amigo, lo que sea, de Dennis Cradle, que ahora está muerto. El dinero que Los Doce solían pagar a Cradle fue enviado a través de Kent, y la fuente original de esta información es un documento proporcionado a Eve en Shanghai por Jin Qiang del MSS, el Ministerio de Seguridad del Estado de China. ¿De acuerdo hasta ahora?

Eve asiente.

—La inteligencia de código abierto en Kent es difícil de encontrar. Básicamente, su presencia en línea ha sido eliminada. No es famoso en redes sociales, y sus biodatos son altamente  selectivos. Detalles suficientes para no parecer deliberadamente redactados, pero nada que lleve a ninguna parte.

En su bolsillo, el teléfono de Eve vibra. Sin mirar ella sabe que es Niko. Billy la mira, preguntándose si ella va a aceptar la llamada, pero ella lo ignora.

—Aun así, he podido unir uno o dos de los puntos. Kent tiene cincuenta y un años. No hay hijos, dos divorcios.

—¿Son las ex-esposas contactables?

𝟐- 𝐊𝐢𝐥𝐥𝐢𝐧𝐠 𝐄𝐯𝐞: 𝑁𝑜 𝑇𝑜𝑚𝑜𝑟𝑟𝑜𝑤. Where stories live. Discover now