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Valentin

Me tapé hasta la cabeza ignorando por completo a mis amigos.

Me anduvieron burlando todo el día cuando les conté lo que había pasado con Malena esa tarde.

Desde ese día quedó todo tenso y no volvimos a hablar, realmente no sé todavía porque me sinceré de esa forma, estaba bajo los efectos del ibuprofeno no me hago cargo.

-Dale Valentin es una mina nada más, como sino te hubieran rebotado nunca- Habló Damian intentando animarme un poco para que salga de la cama de una vez por todas.

-No quiero ir a una joda, no tengo ganas. No es por Malena- Mentí, era obvio que no quería ir por la petisa hermosa esa, pero no iba a blanquearlo de tal forma.

Giré hacia Daniel que me miraba cómplice desde la otra punta de la habitación, él sabía que no decía la verdad.

-Dale Valen último viernes de vacaciones- Me sacudió de un lado a otro Mauro mientras se reía y saltaba con Dam.

Por parte tenían razón, además iban una banda de colegios donde las minas estaban re buenas. Pero no tengo ganas de cruzarme a Malena porque sé que no la voy a poder sacar de mi cabeza en toda la noche.

Mordí mis labios pensando que hacer, mientras veía a los tres restantes en la habitación esperando una respuesta ansiosa por mi parte.

Lo miré a Daniel buscando una aprobación, y en cuanto vi que asintió levemente con su cabeza, entendí que valía realmente la pena salir hoy a la noche.

-Bueno dale- Mauro y Damian se abrazaron entre sí mientras sonreían victoriosos de poder convencerme.

-¿Dónde van a previar ustedes?- Preguntó Dani mientras desbloqueaba su celular.

-Nosotros vamos a la casa del Duki, no sé ustedes- El castaño me miró con cara de desagrado negándome con la cabeza.

Las veces que fuimos a lo de Lombardo a hacer previa salimos todos re quebrados y llenos de olor a faso y tabaco.

-Después vemos- Respondí y vi como Damian y Mauro agarraban sus mochilas y veían la hora en su celular.

-Nosotros ya nos vamos perri. Nos vemos hoy a la noche- Nos saludaron y los acompañé a la puerta de entrada de mi casa para que pudieran irse.

Subí las escaleras intentando concentrarme en otra cosa que no sea la morocha.

-¿Te engachaste?- Escuché la voz de mi amigo cuando entré a la habitación. Abrí grandes los ojos disimulando la evidente respuesta y negué reiteradas veces con la cabeza.

Rió sin creerme en lo absoluto, giró sus ojos y agarró su celular dejando de mirarme.

-¿No hablaron todavía?- tiré mi cabeza para abajo y rasqué mi brazo un poco bajoneado por recordar lo incómodo que fue el momento.

Negué por lo bajo dándole a entender que no tenía muchas ganas de hablar del tema. Me tiré en la cama y cerré los ojos esperando encontrar algo que me suba un poco el ánimo para poder ir de buen humor a la joda.

-¿Por qué no le hablas Valentin?- suspiré por lo insistente que es a veces con ciertos temas. Le clavé una mirada matadora que él me remató con otra esperando una respuesta.

-Porque no le intereso Daniel- Contesté un poco molesto, como sino fuera igual de cagón lo dice.

Escuché una risa burlona y lo miré nuevamente. Estaba sentado en la silla de mi escritorio con una mano en su frente y el ceño fruncido mientras se mordía los labios.

-Yo no creo que justamente una mina como Malena Gonzales vaya a la casa de cualquier pibe a cuidarlo porque tiene fiebre. Fijate Valen, no seas pelotudo- Soltó el castaño un poco obvio.

Minutos después vi como se ponía un buzo y se despedía de mi yéndose por la puerta de mi habitación.

Lo que dijo me quedó retumbando en la cabeza por mucho tiempo.

¿Y si tenía razón y la estaba re cagando?

Igualmente si le interesase me habría respondido otra cosa y no un "¿Dormimos?" Sentí el gusto amargo en la boca otra vez al recordar las palabras de la morocha días atrás.

Me senté en la cama y me quedé mirando un punto fijo de la habitación sumergido completamente en mis pensamientos.

Fui al baño y me di una ducha rápida antes de que se termine el agua caliente.

Volví a mi cuarto nuevamente y me dirigí al armario para ver que me ponía hoy. Empecé a sacar la ropa y nada me convencía.

Entré en una especie de crisis mental al ver que todo lo que tenía me quedaba como el orto. Tiré mi cabeza para atrás un poco molesto por haber aceptado ir a la joda.

Me miré al espejo y terminé eligiendo una camisa azul después de 30 minutos de pura frustración.

Me puse las zapatillas, un poco de desodorante y de perfume.

Agarré el celular y entré al chat de Malena ¿Le escribo? ¿O ya no vale la pena?

Salí del chat y apagué el aparato en cuanto vi el "en linea" .

Puse música para intentar distraerme un poco y dejar de pensar tanto en esa morocha perfecta que no salía de mi cabeza hacía ya mucho tiempo.

Abstraído; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora