Lluvia.

361 35 14
                                    

Sus cuerpos se abrazaban con cierta fuerza, la más alta entre ambas enterraba sutilmente su rostro en el cuello de la más baja. Ésta última resguardaba aquel cuerpo entre sus medianos brazos, sentía su propio bombear un tanto fuerte y persistente. Lentamente fueron rompiendo aquel inicial gesto, para ya al ambas estar algo distantes, una suspiró con delicadeza. —Me tenías preocupada YangMi, no vuelvas asustarme así, por favor. —pidió la azabache, quien miraba con nervio al mismo tiempo que su cuerpo dejaba caer sobre una silla.

—Perdóname, pero una vecina llegó pidiendo ayuda y papá me llamó. —explicó con brevedad. —El carro se cerró y su hijo quedó encerrado en él, como estaba apagado fue corriendo hasta casa. —añadió al mismo tiempo que su cuerpo recargaba de la mesa en la que se encontraban.

—Era de esperarse que acudiera a ustedes, tu papá un militar y tú una enfermera en ascenso. —dijo entre suaves risas ahora. Elevó su mano y acomodó de sus ondulados cabellos tras la oreja, terminando por jugar con la punta de sus pelos. —Cuando escuché un ruido me espanté, creí que te había sucedido algo. —murmuró con vergüenza, misma que aumentó tan pronto escuchó unas leves cargabas por parte de la mayor. —¡Deja de reírte!

—¡Perdón! —negó con sus manos y cabeza, provocando que sus amarrados cabellos danzaran a la par. —Es que te preocupas por cosas muy simples, sabes que todo está bien, niña. —sus hombros encogió aún entre delicadas risas.

Won negó creando una mueca de pleno disgusto. —Dices "cosas simples", pero hay días que te ves realmente agotada, otros extremadamente feliz. Tus brazos con hematomas, y hasta tus piernas, ¿que diablos quieres que piense, Sung YangMi? —en su voz se hizo notar el enojo, al igual sus ojos lo reflejaban. Respiró con profundidad, suspiró y así logró calmar un poco su estado. —Pero cambiando de tema, ¿irás conmigo, verdad?

—Sabes que soy algo distraída, sino ando en el suelo me estoy chocando con lo que sea. —soltó aún con sus típicas risas, mostrando una cálida sonrisa en sus labios. —¿Mhm? Ah, ¿a la casa del abuelo? ¡Claro que sí! Hace mucho que no lo veo, y la pregunta estaba de sobra.

[ . . . ]

—Parece que hoy lloverá. —la menor murmuró para sí misma al instante que se postraba frente a la entrada de la casa. En su mano se podía ver una mediana bolsa en papel, cuyo interior estaba repleto de comidas dulces y algunas bebidas. Con una delicada sonrisa adornando su rostro, quitó sus zapatos para consecutivamente y con libertad entrar a la propiedad de su abuelo. —Ya llegué. —anunció con pleno ánimo. —Sung, ayúdame con esto, que tú eras quien quería los dulces. —ordenó mientras su andar la llevaba hasta la cocina. Estando allí dejó las cosas para tomar su móvil.

—¿Llamaste a ChangKyun? —la mayor preguntó al notar a Won con su celular en la mano. —Tú, atiende esa llamada que yo guardaré todo esto. —demandó con cierta gracia, golpeando suavemente el brazo de la adversa. —Oye, ¿por qué compraste tanto?

La azabache veía su celular al buscar en éste. —No lo sé, algo me decía que debía comprar más, así que lo hice. —marcó en el dispositivo y rápidamente se escuchó el tono de la llamada. —Así que guárdalo todo y ya. —respondió para luego reír.

—«Hola, preciosa.»

—Hola guapo, ¿no te has perdido en el camino? ¿Ahora me toca salvarte?

Un par de carcajadas se lograron escuchar tras aquel celular, mismas que no solo hicieron reír a Won, sino a su amiga. —«Aún no te toca salvarme~. —respondió entre risillas. —Ya casi llegamos, tomó un poco más de tiempo porque no quería llegar con las manos vacías.»

Wrong Train ➵ Im ChangkyunWhere stories live. Discover now