Stray Hearts: Refuge

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—El señor deberá permanecer recluido por un tiempo. Debemos vigilarle para la mejoría de su actual condición.

Sus ojos no tienen el mismo brillo de antes, se miran tan apagados, faltos de vida. El color de sus mejillas desvaneció, ésta no es la mujer que conocía, ésta no es ella.

—YangMi, espera. — ¿Qué debería hacer? No pienso perderla, no otra vez. —Necesito hablar contigo, por favor.

Verla alejarse, es doloroso. Por favor, detente, no lo hagas. —Ya ha pasado un tiempo, ¿seguirás así? —su voz se volvió fría e insegura. ¿Quién le ha dañado tanto? ¿Qué tanto ha pasado?

—Sólo escúchame, pero quiero que lo hagas al ver mis ojos. —las manos no sólo me tiemblan, las piernas igual, es tan incómodo pensar así. Necesito mantener la compostura, sólo por un momento. —Tu mejor amiga está muy preocupada por ti, lleva mucho tiempo esperando que vuelvas. —sus ojos no me ven, pero sé que están apagados, puedo sentirlo y sé, muy bien, que trata de ocultarlo. —No pido que vuelvas, pero al menos llámale para hacerle saber que estás bien. Es lo único qué te pido, YangMi.

Un suspiro expresó, he de estar cansada. —¿Qué hay de ti, HyunWoo? —levantó la mirada y dirigió hasta la mía. Es escalofriante percibir esos marrones ojos tan parecidos a una noche en un infernal invierno. —¿Por qué haces esto? —sus manos, cada tanto, sujetaban con más fuerza la tabla con el record del señor. Están temblando al igual que las mías, ¿está asustada? ¿Nerviosa? —Deja de seguirme, y si lo haces por HeeSeok, por favor, dile que estoy bien. Lo hace cada vez más difícil y doloroso para mí. —un suspiro dejó escapar y tragó con mucha fuerza. Su labio inferior mordió, se nota extraña. —Detén esto, te lo imploro.

No desvíes la mirada, no otra vez.

—Ya debo irme. Tú has lo mismo. Adiós.

Cómo si se tratase de mi vida misma, aferré mi mano a la suya, debo sostenerle con firmeza. ¿Así podré detenerla? —Sung YangMi, ¿por qué haces esto? ¿Por qué huyes? —¿qué debería hacer? No ve mis ojos, sólo tiembla y mantiene su voz callada.

—Estás haciendo una escena, ya detente.

No.

—¿Crees qué soltaré tu mano? No —negué —, no lo haré. —necesito saber la verdad. —Te lo suplico, sólo respóndeme una cosa y prometo soltarte. —es doloroso, cómo un puñal al corazón. Hace más frío de lo normal, el silencio es igual al de un solitario cementerio. Sin almas despiertas a éstas horas de la madrugada. —¿Qué quieres que haga?

Silencio. Sólo hubo silencio de su parte por un rato, hasta que un simple suspiro dejó salir. Sus ojos en café, esos opacos luceros, tomaron un doloroso brillo, éstos se ahogaban en lágrimas que imploraban su salida. Su mandíbula tembló y su labio más ancho mordió. Ah, cuanto duele verla.

—Ayúdame.

Próximamente...

Wrong Train ➵ Im ChangkyunWhere stories live. Discover now