Margaritas.

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El muchacho había tomado el brazo de la fémina, sostuvo con un agarre delicado, un simple roce, eso con intención de detener su paso antes de proseguir hacia su próximo destino.

—Espera, Won, vamos a hablar —habló con un suave tono, viendo a los ojos de ella con mucho detenimiento, algo que se le comenzaba a hacer costumbre.

—Mhm, claro, eso hemos estado haciendo todo el día, creo. —sentir esos ojos unidos a los suyos le hizo temblar un poco, esa mirada de la cual se estaba acostumbrando, siempre se sentiría pequeña a su lado. Era tan profundo el color de sus ojos que se sentía así misma hundirse en ellos, como en arenas movedizas.

—Hee, yo..

—¡ChangKyun! —había iniciado a hablar, pero su charla fue detenida por una voz más que conocida para él.

—Mierda.

—¿JooHeon? —rápidamente dio vuelta al reconocer aquella voz que le llamó e interrumpió su habla, la sonrisa cual antes sus labios dedicaba había borrado de manera lenta. Su expresión había cambiado a una algo seria, una mirada algo desviada.

La fémina se había quedado un tanto confusa por cómo le había llamado, "Hee", solo sus más cercanos le llamaban así, principalmente su abuelo a quien era más apegada. Su corazón había latido con fuerza, sintió sus propias orejas arder delicadamente, sus manos temblar con lentitud. Un exhalo resopló ante ello y negó a sus adentros, sus brazos cruzó y se hizo hacia un lado.

—¡Hey! ¿Qué haces por ésta área? —habló Lee, quién se acercaba a abrazar cortamente al otro, saludándole como merecía.

—Won y yo salimos hoy, es su día libre. —respondió haciendo una señal para que la fémina se acercara, cosa que hizo, pero con mucha timidez. Sus brazos abrazaba al tenerlos cruzados, pero soltó al estrechar su mano para saludar al extraño.

—Que bueno verte otra vez, se nota que has descansado, te miras más bonita. —comentó aquel extraño tomando la mano de la joven para de esa forma saludar igual.

Las orejas de Hee se tiñeron rosadas por aquel comentario, un carraspear se escuchó y repentinamente sintió su mano totalmente sola. Miró confusa a quien le acompañaba, se le veía un poco extraño a su parecer.

—Gracias por eso, un descaso ayuda a cualquiera, aún más luego de hablar con alguien. —dicho eso soltó una suave risa, ya al ver como la expresión de Lee cambió repentinamente.

—Estás en lo cierto, Won. —Im habló con una dulce sonrisa en sus labios, en ese instante Jooheon asintió y dedicó una suave palmada al más bajo, una suave sonrisa adueñaba de sus labios, misma que dedicaba al resto de los presentes.

—Me alegra mucho verles, diviértanse por ahí, yo tengo cosas que hacer. ¡Nos vemos! —sin más que agregar el muchacho siguió con su camino para así dejar al par de jóvenes solos, como lo habían estado desde un comienzo.

—¿Qué fue eso? —cuestionó la fémina bastante perdida en sus propios pensamientos, en esa pequeña pausa que dio su cerebro para tratar de comprender la situación.

—Mhm, ¿quién sabe? —respondió el muchacho entre suaves risas y una sonrisa ¿triunfante? —Ya, sigamos caminando, vamos, Won.

La fémina asintió sin algo que añadir, pero en su mente sólo habían plenas dudas del por qué de ciertos eventos ocurridos en sólo esa pequeña cifra de tiempo. El carraspeo, la repentina actitud del amigo de su acompañante, situación que de igual forma le causaba cierta gracia, se sentía en esas típicas películas románticas.

—Gracioso.. —susurró para sí misma sin notar que Im estaba caminando a su lado.

—¿Qué es gracioso? —cuestionó el joven mirando a la contraria totalmente confuso e intrigado por ese repentino comentario.

—¿Pensé en voz alta? Ah, perdona, solo recordé algo, tranquilo, nada importante. —respondió lo primero que llegó a su revuelta mente, en sus ojos se pudo ver la media mentira, sus orejas estaban realmente rojas. De sus rosados labios escapó un muy delicado suspiro, los mismos mordió con levedad al mismo instante que desviaba su mirada hacia delante.

—Está bien, lo que digas, señorita. —se encogió de hombros a la vez que no le apartaba la mirada, parecía que deseaba analizar cada parte de aquel delicado rostro, de sus hermosos ojos, belfos, rosados pómulos, todo.

Hee por su parte continuaba con la mirada hacia delante, en ocasiones miraba con el rabillo de su ojo, percibía aquellos orbes analizar su ser. Cualquier cosa que ChangKyun hiciera le provocaba ciertos suspiros en nervio, sus orejas no podían parar de calentar, estaba en cierto punto atontada. Ésta tiró de la cinta cual amarraba sus finos pelos, con esa pieza en sus manos jugueteó con la misma, ladeando su cabeza. —Por cierto —habló luego de unos minutos en cálido y cómodo silencio, su cara desviado hacia la otra para verle. —, hace un rato ibas a decirme algo, pero tu amigo llegó, ¿que era?

El joven se encogió de hombros y ladeó su cabeza de un lado a otro, suspiró suavemente y una risa escapó. —Tranquila, no era algo de importancia. —dijo palmeando el hombro de la muchacha a su lado, aún soltando delicadas risas.

—Si lo dices, está bien. —comenzó a acompañar sus risas con unas iguales, suspiró en medio de éstas continuando con un andar moderado, viendo hacia la distancia. —Sabes, cualquier cosa puedes decirme.

Una muy dulce sonrisa apoderó de los medianos labios del muchacho, asintiendo a su vez a lo que había dicho su compañera. —Lo sé, Seok, confío en ti, me has contado cosas tan tuyas que lo mínimo que mereces, por confiar en mi, es lo mismo. —dicho eso desvió su mirada hacia un lado notando unas pequeñas flores a un lado, unas pequeñas margaritas que crecían a un costado del pavimento. Se agachó lentamente, la joven lo siguió con su mirada deteniéndose tras del muchacho sonriendo tiernamente. —Son pequeñas, algo delicadas, una textura suave, tiernas, realmente hermosas, perfectas a mi parecer.

Won continuaba con aquella sonrisa en sus labios al escuchar como Im describía aquellas preciosas flores. —Estás en lo cierto, son realmente bonitas. —respondió ladeando su cabeza a la vez que una risilla escapaba de sus belfos.

Im estrechó su mano y arrancó una de aquellas florecillas, levantó de su lugar, dio media vuelta para poder ver aquellos lindos ojos que poseía la fémina. Aproximó su mano diestra hasta los dorados cabellos de HeeSeok, acomodó el mismo tras la oreja de la misma y colocó aquella margarita sin dejar de lado esa linda sonrisa. —Son como tú.

Wrong Train ➵ Im ChangkyunWhere stories live. Discover now