Capítulo 7

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Era un miércoles después de la escuela y nosotros estábamos dispuestos a destrozar la cocina de mis padres.

-Yo contesto. —dijo Ezra dándome un caderazo para luego esquivarte y coger el teléfono. Ni siquiera escuché la voz de Ezra en cuanto contestó, lo único que hizo fue agitar bruscamente una de sus manos frente a mi cara -Es Isaac —susurró. Nos miramos los tres y después tomé la vocina del teléfono.

-Dime —mi voz sonó más gruesa de lo normal. Inmediatamente, Ezra y tú se colocaron cerca de mi, uno en cada lado, tratando de escuchar lo que Isaac quería decirme. En el fondo, quería reírme.

-Quería pedirte un favor... bueno, realmente quería que me acompañaras a comprar unas cosas...

Silencio.

No podía creer que después de todo Isaac pensara que por alguna estúpida razón estaría dispuesta a salir con él. De la nada sentí un manotazo en mi pierna, miré a Ezra con cara de amargada y solté un suspiro, me había quedado con la mirada clavada en el suelo.

-¿A dónde? —lo que realmente quería preguntar era si se trataba de una cita.

-¿Importa? —me tallé la cien con mi mano libre, a estas alturas...

-¿Cuándo y a qué hora? —Ezra levantó sus pulgares en gesto de aprobación y tú volteaste los ojos.

-Éste viernes a las 4 en el centro comercial del otro lado de la ciudad—los tres hicimos mueca de asco.

-Oh, —me acomodé un mechón de cabello detrás de la oreja como si Isaac pudiera verme -lo siento mucho pero no podré, iré... —ser espontánea e improvisada nunca ha sido lo mío, Ed.

-A la iglesia —me susurraste y yo me tapé la boca, no quería echar a perder mi mentira.

-Iré al templo, ya sabes, cosas de evangélicos... —me puse la mano en la frente y Ezra levantó su mano derecha, uniendo su pulgar y su índice en gesto de «excelente».

-Está bien, descuida —y colgó. El maldito había colgado.

Me quedé con el teléfono en la mano, asimilando el hecho de que Isaac aparentemente se había enojado por mi excusa barata.

-Creo que se enojó un poquito —hice una mueca y coloqué la bocina del teléfono en su lugar.

-Pues claro que está enojado, eso fue un golpe a su ego —dijo Ezra con aire casual mientras aplastaba papas cocidas con una cuchara.

-O a su orgullo o lo que sea que tenga arriba, —te sentaste en una de las sillas de la mesa de la cocina -Isaac es un chico al que no le gusta que le digan no —empezaste a hojear el recetario -normalmente las chicas le dicen que sí y no precisamente porque estén de acuerdo...

Ezra y yo te quedamos mirando sorprendidos,  teníamos entendido que no conocías mucho a Isaac, ¿qué sabías tú, que nosotros no?

-... eso tengo entendido —trataste de componer la situación pero era muy tarde porque Morin ya estaba haciendo conjeturas estúpidas, sin embargo, lo dejé pasar.

-Vaya Ed, sabes más de lo que aparentas —Ezra te miró con una especie de (si no me equivoco, se notaba desde el espacio) reproche que en ese instante no entendía porqué, más bien, no sabía que era un reproche.

-Sólo no salgas con él Moo.

-Vale.

-Lo que quiere decir Ed, Moo, es que no te dejes engañar por esos labios bonitos —se volteó y me señaló con el cuchillo. Me guiñó un ojo y siguió cortando zanahorias.

No me lo confieses [Ed Sheeran]Where stories live. Discover now