Capítulo 5

46 3 2
                                    

¿Qué quisiste decir cuando me djiste que te gustaba como lucía?

Había tenido una clase de "cita" con la cual no me sentí del todo bien porque me daba cuenta que con cada minuto que pasaba, Isaac me decepcionaba aún más.

Habíamos quedado ir al acuario. En realidad, yo quería simplemente platicar de las cosas más estúpidas con él, no quería hablar de la universidad, trabajo, noviazgo (y esos temas que todavía me asustan) porque sentía que íbamos en serio y yo sólo quería tener una amistad de por medio para saber qué pasaría. Sabes que siempre voy con un escudo por delante porque cuando cedo por alguna estúpida razón acabo pagando el precio.

-¿Te gustaría ir algún lugar a pasar el rato?

-Podríamos pasar el receso platicando —te caché mirándonos de reojo como si quisieras escuchar lo que Isaac estaba proponiendo. La biblioteca era nuestro nuevo lugar para pasar el rato.

-No, no me gusta... es que siento que es lo de siempre, quiero algo diferente —yo quería saber por qué quería hacer algo diferente, haciéndome pensar por un momento (por un fugaz momento) que yo le parecía especial.

-Entonces dame tus opciones.

-¿A comer? —lo miré irónicamente.

-Ya.

-Al acuario... —susurró rápidamente. No es que fuera la idea más original pero me sentía mejor con la idea de ir a ver a un pobre montón de peces en cautiverio que ir a Tinga tu taco. A mi sólo me gustaba ir a esos lugares con ustedes dos, par de estúpidos -Dime que te he convencido.

Fingí una mueca de fatiga para después poner la sonrisa más estúpida del planeta.

Una vez en el acuario, me di cuenta que entre más avanzábamos en nuestro recorrido, más arrepentida estaba, ¿quién me iba a devolver 90 minutos de mi apreciada vida? Exacto.

-Supongo que no tienes novio —lo miré.

-No —nos detuvimos frente a los peces Cometa. -no es mi fuerte, —rodeé los ojos para mi misma y aclaré -es que no le confío mucho a esas cosas —arrugué la nariz, me daba vergüenza porque no me sentía en confianza.

-Entonces mis probabilidades son nulas.

-Es que son altas...—era como si quisiera pero no quisiera decirlo en voz alta por miedo a sonar loca e intensa.

-Me alegr...

-Las probabilidades de que alguien rompa mi corazón; son altas —lo miré pero él ya me estaba mirando.

-No quiero lastimarte, cada que te miro es como si no quisiera lastimarte —por un momento me había conmovido pero mi sexto sentido me decía que todavía no. Me quedé quieta y silenciosa. En otros tiempos me hubiera aventado a sus brazos, pero la verdad es que sólo me dio las esperanzas más debiles y flacas de todo el universo; y nada más.

De la nada, me acordé de la fiesta que Ezra, tú y yo teníamos pendiente justamente ese día. Perdón.

-Mierda —me toqué la frente y miré mi muñeca buscando la hora -me lleva el carajo.

-No seas grosera Morin —sí bueno, a quién le importa.

-Necesito irme ya... —empecé a caminar hacia la salida. No me detuvo pero comenzó a seguirme.

-¿Hay algo que deba saber? —se le empezaba a escuchar la voz agitada de tan rápido que íbamos caminando.

-Oh no, bueno sí... —y me paré en secó -¿Qué tanto te gustan las fiestas?

No me lo confieses [Ed Sheeran]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora