Capítulo 2

70 3 1
                                    

¿Cómo estuve a punto de enredarme con él? Esa es otra historia que también te voy a contar, así que acomódate y busca una lata de Coca Cola y tus papitas favoritas porque esto apenas empieza. Prepárate porque estoy apunto de aburrirte con las chorradas más estúpidas del planeta.

Días después de que compré el libro recibí una llamada de nada más y nada menos que de Isaac.

-Diga —estaba cocinando mis poderosas verduras en salsa que tanto odias pero que Ezra y yo amamos.

-Morin, soy Isaac, quería saber si todo fue bien con el libro, ya sabes... —hice un gesto de sorprendida mientras papá me preguntaba quién era.

-El chico de los libros, —dije formulando sólo con los labios -ah, pues todo muy bien, gracias —la verdad ni siquiera chequé el libro, hubiese estado maltratado lo iba a seguir utilizando.

-Oh, ya veo, tengo más de la Gramática Inglesa por si estás interesada y a buen precio -qué incómodo.

-Sí, emm, bueno en todo caso te llamo, muchas gracias —¿por qué no me di cuenta, mi dios?

-Está bien, hasta luego —y colgó, la verdad no me molestó el hecho de que no me dejara despedirme. Él se lo pierde.

Por si te interesa, esa noche fue Ezra a cenar y llevaba puesta una camisa verde, tu color favorito y siendo sincera, sus ojazos verdes le resaltaban muy bien.

No había recordado a Isaac con exactitud hasta que lo vi en la preparatoria y todo me hizo click. Había llevado la clase de Filosofía con él pero ni él y mucho menos yo hizo por hablar.

Estaba esperando a Ezra fuera de los baños cuando lo vi pasar solo.

-Hola Morin —lo miré bien por primera vez y cuando digo bien fue porque me di cuenta que feo no era.

-Hola —estaba sorprendida, quiero decir, hasta donde nos habíamos fijado Ezra y yo, Isaac casi no hablaba con nadie, rara vez se le veía hablando con grupos no mayores de tres personas (él incluido).

-Quería invitarte a un círculo de lectura que está organizando la biblioteca, puedes ir...

-Hay que ir por hamburguesas Moo —apareció de la nada Ezra limpiándose las manos húmedas con el pantalón. Lo miré y luego miró a Isaac y sólo asintió la cabeza saludándolo.

-También puede ir Ezra y así completamos el grupo. Las constancias suman puntos para sus promedios finales —si creyó que con eso nos iba a convencer; estaba en lo correcto.

-Muchas gracias, allí estaremos —dijo mi amigo segurísimo como si lo conociera de años.

-El próximo jueves después de clase, a las 2 —me sonrió -no faltes Morin —y después se esfumó.

-¿Y tú desde cuándo eres íntima de Isaac Fosberg? —se acomodó la mochila.

-Desde que le compré un libro la semana pasada, me dio su número ¿lo quieres? te lo paso —bromeé. Abrí mi casillero para mostrarle la huella del delito -éste es el responsable de nuestra nueva "amistad" —hice comillas con los dedos mientra Ezra lo tomaba.

Estaba sacando basuritas de mi mochila, cuando de la nada dijo -Meh, se ve bueno.

-¿Quién? —expresé insegura poniéndole total atención. Es que Ezra le gusta hablar en doble sentido y a veces me toma el pelo.

-El libro, burra.

-Aaaaa, —espeté avergonzada y luego soltó la carcajada más burlona que sólo a Ezra le gusta hacer, me devolvió el libro -es que contigo nunca se sabe Ezra Abrams —también me quise reír pero me mantuve firme.

No me lo confieses [Ed Sheeran]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora