No me lo confieses [Ed Sheeran]

Capítulo 15

¿Que si qué hice en ese momento?

Bueno pues por instinto (y por estúpida)  retrocedí entre la oscuridad y me apresuré a bajar las escaleras. Sentía algo muy feo en mi pecho que bajaba y se albergaba en mi estómago... ¿decepción? ¿tristeza? ¿sorpresa? De todo un poco.

Mientras bajaba... Mientras torpemente me secaba la lágrima que amenazaba con desbordarse, Paul iba subiendo las escaleras así que lo detuve. En ese instante, me había cruzado por la mente la descabellada idea de que alguien más podría verles, creo que desde ahí empecé a sentirme responsable sobre quién podía descubrir tu secreto.

-Emm... —me aclaré la garganta, según yo tratando de sonar fresca -¿Sabes dónde están los baños?

Paul sin creérsela mucho, se ofreció a llevarme. Empecé a encender todas las luces conforme íbamos avanzando y empecé a decir en voz alta lo mucho que me daba miedo la oscuridad con la excusa de que ustedes me oyeran (rogándole a todos los dioses que dejaran de hacer lo que sea que en ese instante estuviesen haciendo) y sí que funcionó porque ustedes salieron de aquella habitación riéndose, como si se la hubiesen pasado hablando (lo que los machos llamarían) de chicas, sexo y fútbol.

Paul se metió a uno de los baños de las habitaciones y yo me quedé en medio del piso, esperándolos.

-¡Moo! —me dijo Ezra y pasó un brazo por mis hombros -Esta noche el cuerpo pide pizza. —asentí mientras trataba de sonreír.

-Emm sí...

-¿Sí qué?

-Qué hay que ir —sonreí encogiéndome de hombros.

-Emm ya, te haz topado con Isaac.

«¿De verdad quieres saber con lo que me he topado, Ezra?» pensé «Cálmate, cálmate, cálmate»

-Mmm algo así...

-¿Estás bien? —qué excelente pregunta de tu parte, Ed, pero en ese instante no podía desparramarme a contarles sobre mi decepción amorosa.

-Claro, es sólo que estoy cansada... —fingí fatiga llevándome una mano al cuello.

-Mmm ya —me miraste serio y tuve miedo porque sentía que en cualquier momento soltaría todo y no gracias, no quería hacer un desastre, al menos no esa noche tan bonita, Ed.

-Es que me he ligado como a 5 animales de los que andan allá abajo y qué te digo... —rodé los ojos -me han dejado devastada —sonreí tratando de hacer mi mejor intento de sonrisa de duchenne y ustedes dos se rieron en voz alta.

En el carro, todo parecía marchar como siempre: la radio encendida, ustedes dos platicando probablemente de alguna película, con los cristales abajo, sintiendo como el frío de la noche empezaba a calar. Había olvidado mi abrigo así que todo el camino me la pasé abrazándome lo cuál me hacía sentir aún más triste y odiaba sentir autocompasión. No era como si me hubiese enterado de una tragedia sin embargo, me sentía traicionada, decepcionada... y tampoco quería minimizar lo que sentía, porque para mí era algo que significaba mucho.

Pero no, al final del día no estaba tan mal, ¿no es así? Porque aún te tenía. Tenía tu amistad y tú tenías a Ezra y Ezra te tenía a ti. Tu corazón estaba en las manos más nobles que he conocido y lo sabías.

Recuerdo que ustedes hablaban y hablaban y yo sólo pensaba en si debía decirles o sólo esperar que me lo confesaran (si es que algún día lo harían) porque si no me lo habían dicho era por algo y no quería arruinar lo que sea que estuvieran planeando.

Alguien había puesto en la rocola I'd Rather Go Blind como si no pudiera sentirme más culpable por gustarme mi mejor amigo que es novio de mi otro mejor amigo.