Capítulo 13

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Astrid.

¿Astrid?.

—Hola—solloce

My lady ¿Qué pasó?—me pregunto preocupado. Si, le llame a Hipo.

—Me pelee con Jack—yo seguía llorando, intentaba tranquilizarme pero no podía.

—¿Por qué?

—Se peleó con Tadashi— se lo contaré por qué de todos modos los moretones y golpes no se les irán pronto y al verlos a ambos golpeados después de lo que sucedió en la escuela no será difícil atar cabos.

—¡¿Cómo?! —escuche que se exaltó—¿El está bien?

—Si, está un poco herido pero está bien, Tadashi fue quien terminó más golpeado.

—¿Por qué pelearon?.

—No se que pensaba mi hermano que Tadashi me dijo en la mañana pero creo que era algo como perdonar a todas las personas involucradas en los problemas que te platique en la mañana—hice una pausa y suspiré mientras limpiaba mis lágrimas— Pero no fue eso, de hecho me advirtió algunas cosas, pero mi hermano no lo sabía así que se peleó con él por qué según me estaba metiendo cosas a la cabeza, fuimos por el al hospital, cuando llegamos aqui discutimos y al final me dijo que yo era una idiota y una ingenua por creer en Tadashi.

—Vaya, tu hermano fue muy impulsivo

—Malinterpretó todo—suspire—Entiendo el hecho de que pensaba que me estaba protegiendo y yo agradezco  eso pero, ni siquiera tiempo de hablar me dió y dudo que haya querido escuchar a Tadashi. Me siento ofendida, que piense que yo soy tan ingenua como para volver a creer por completo en todo lo que me diga.

Pues si, tienes razón se entiende el motivo sobre todo por la reacción que tuviste en la mañana cuando hablaste con él en la cafetería hasta yo quería golpearlo, pero creo que debió escuchar lo que tenías que decirle.

—Estoy ofendida, triste, decepcionada, enojada y tengo hambre todo a la vez —dije frustrada y pude escuchar una pequeña risita de su parte.

—¿Necesitas algo? ¿O hay algo en lo que te pueda ayudar?

—No gracias—dije un poco más tranquila— solo quería hablar con alguien.

—Sabes que puedes llamarme cuando gustes, a la hora que sea y en el momento que sea.

—Gracias.

—¿Quieres jugar algo?—me pregunto y yo sonreí.

—Si, pero antes iré a la cocina por algo de comer.

—¿Te regreso la llamada?

—¡No!—grite antes de que colgará.

—No tenías que gritar—me dijo en tono divertido.

—Lo siento—dije apenada—No me cuelgues, sígueme hablando de lo que sea si me encuentro a mi hermano lo voy a ignorar.

—¿Crees que eso sea lo mejor?—me pregunto un poco preocupado.

—Se que suena un poco inmaduro pero ahorita no lo quiero ver, ni oir.

Bien ¿Que quieres que te cuente?.

—No se, lo que quieras—le dije saliendo de mi habitación.

—¿Sabías que las saladitas son horneadas?.

—¡Dioses!—me reí—¿Solo eso se te ocurrió?

—Lo siento, no supe que más decir—lo escuché reir.

La chica millonaria.Où les histoires vivent. Découvrez maintenant