La chica millonaria.

Capítulo 11

Astrid.

Han pasado 3 meses y nos hemos acostumbrado a estar aquí en Berk, me siento muy cómoda y tranquila.

Aún tengo noticias de Inglaterra pero realmente nada nuevo, ni muy importante, aunque aún así seguimos teniendo mucho cuidado.

Nos llevamos muy bien con todos y mi amistad con Hipo ha crecido mucho, claro que cierta pelirroja me odia con su vida.

Aunque mis sentimientos hacia el ya no son solo de amigos,  me gusta y ya lo acepté, es extremadamente lindo y dioses es imposible no tener sentimientos asi por ese chico.

Aunque no se lo he dicho directamente a nadie más que Lu pero todo mundo se da cuenta y obviamente nos siguen haciendo burla.

Todos afirman que es algo mutuo y me gusta pensar que si, pero quiero escucharlo de él si es que yo le gusto.

—My lady—me saludó Hipo dándome un beso en la mejilla.

—Chico dragón—salude abriendo mi casillero, al final de todo decidí llamarlo chico dragón ¿Por qué? Por qué ama a Daenarys Targaryen y sus dragones así que lo comencé a llamar Chico dragón.

—¿Cómo dormiste?—me preguntó con una risa, nos dormimos tarde jugando en línea.

—¿Te parece que dormí mucho?—le pregunte viendolo con cara de pocos amigos.

—Tu querías jugar sky wars—se defendió.

—No creí que fuéramos a jugar hasta las 4:00 am.

Reímos y caminamos por el pasillo, aunque vi al frente y me pare en seco.

—¿Que te pasa?—me pregunto viendo en la misma dirección que yo.

Ahí se encontraba Tadashi Hamada el chico que salía con Heather y el mejor amigo de Hans.

¡Diablos!

—Olvide una libreta, adelantate ahorita te alcanzo—fingi una sonrisa y no le di tiempo de responder por qué corrí al lado contrario del pasillo.

Llegué hasta mi casillero y me hice tonta un rato esperando no encontrarme a Tadashi.

—Astrid—escuche a mis espaldas, esperaba tener mas tiempo.

—Amm Hola—le dije nerviosa.

—¿Cómo estás?—no se si el sabía algo sobre Hans y Camicazi pero mis nervios vienen de que me da miedo que diga mi apellido o que le diga a alguien de Las Encinas que yo estoy en Berk.

—Bien...yo...

—Hey, tranquila no vengo a molestarte.

—¿Que haces aquí?—pregunte de manera directa.

—Pues después de todo lo que pasó en la gala de caridad las cosas en Las Encinas se pusieron tensas y mis padres decidieron transferirme aquí por qué también es buena escuela—me explico—¿Me ayudas a llegar al salón 102? Tengo clase ahí.

—Vamos, yo también tengo clase ahi—le dije aún aturdida, toca clase de Historia, esa clase la comparto con mi hermano, Elsa, Merida e Hipo.

Entramos al salón y vi que mi hermano se nos quedó viendo confundido, como lo supuse Mérida se sentó junto a Hipo y el nos vió igual confundido y serio.

—Buenos días jóvenes—saludo el profesor y nosotros seguíamos de pie.

—Buenos días profesor—saludo Tadashi y yo me sentaba en una mesa vacía atrás de dónde estaban mi hermano y Elsa.