-¡Oh si! Así, estará bien- Dijo Steve observando el deposito de chatarra. Se sacó los lentes, como si fuera la persona más genial del lugar y siguió caminando.
Sabía que actuando de esa manera, lo único que lograba era fastidiar a Brigitte, la hermana mayor de Dustin. Tal y como le había dicho a Dustin, ignorarlas, las volvía locas. Brgitte fingía que no. Fingía no soportar a Steve, pero en el fondo estaba loca por él.
A Steve le gustaba y le encantaba verla enojada, le parecía divertido. Max y Lucas se le unieron pronto y comenzaron a buscar una forma de construir una especie de fuerte con un viejo autobús para combatir a los Demogorgones.
Brigitte se encontraba sentada sobre un pequeño banco. De vez en cuando, le lanzaba una mirada a Steve, quien jugaba con un viejo encendedor.
-Entonces, ¿Ustedes ya lucharon contra una de esas cosas antes?- Preguntó Max a ella y Steve. Ambos adolescentes asintieron.- ¿Están seguros que no era un oso?
-Mierda, no seas idiota. No era un oso- Le dijo Dustin a la chica.
-Dustin, no le hables así- Advirtió Brigitte.
-No te metas, Brigitte.- Le dijo Steve. La chica lo miro de mala forma, Steve se limitó a lanzarle un beso.
-Si no quieres creernos, será mejor que te vayas a casa.- Siguió diciéndole Dustin a Max.
-Uf que mal humor, ¿Es tu hora de ir a la cama?- Dijo Max levantándose y subiendo las escaleras para ir a donde Lucas montaba guardia.
-Muy bien.- Dijo Steve- Muestrale que no te importa.
-No me importa- Dijo Dustin.
-No le hagas caso, Dus- Le dijo su hermana- Steve no sabe nada de chicas. Las chicas no les gusta que la traten mal, nos gusta que nos traten bien y que nos demuestren que les importamos.- Dijo alzando un poco su voz, mientras se levantaba y observaba a Steve con detención.
El chico levantó la mirada y le sonrió, para luego preguntar:
-¿Estás hablando conmigo?
-No, solo le enseño a mi hermano como debe tratar a una chica.
-Créeme, yo puedo aconsejarlo mejor que tú.- Respondió Steve.
-¿Qué diablos dices? No hay nadie mejor para aconsejarlo de chicas que una chica. Harrington, que las chicas en la escuela estén locas por ti y tu aura de chico genial, es porque solo te quieren superficialmente, no conocen lo tonto que puedes ser.
-Sí, claro. Di lo que quieras, Brigitte, pero todos saben que tu tampoco eres inmune a mi.- Dicho eso, le guiño el ojo a la chica lo que hizo que Brigitte se desquiciara más.
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-No tienes idea de cuanto te detesto, Harrington.
Dustin observaba a su hermana como si se hubiera vuelto loca.
-Eh niño, ve a la puerta y vigila.- Le dijo Steve a Dustin. Este obedeció.
Steve se levantó del suelo y se acercó a Brigitte.
-Ahora que tu hermano no está, puedes seguir. Dime cuanto me odias.
-¡Ay! ¿Disfrutas fastidiarme y ponerme de mal humor? ¿Verdad?
-Es divertido verte enojada. Ademas- Steve se apoyó contra la pared del viejo autobús y observó a Brigitte de forma coqueta- Te ves tierna.
-Uf...¿Pretendes que te golpe?
-Golpéame con tu amor.
-Ay eres irritable.- Brigitte lo apartó de un manotazo- Solo me gustaría que por una vez en tu vida dejaras de ser tan imbécil hacia mi y me mostraras tu verdadero tu.
Steve no tuvo respuesta a eso. Se sorprendió escuchar tal cosa de parte de Brigitte.
-Lo siento, no sabía que sentías eso...
-Obviamente no. ¿Alguna vez pensaste en lo que yo sentía?- Dijo ella con un tono de voz más suave- Quiero decir, me gustas, Steve, pero eres tan imbécil que dudaba de que pensaras en alguien más que no fueras tu.
-Me importas, Brigitte, de verdad me importas. Es solo que nunca creí que alguien como tu se fijase en un imbécil como yo.
-Pues, ahora lo sabes.- Se hizo el silencio, hasta que Brigitte volvió a hablar- ¿De verdad crees que soy tierna?
-Lo eres, sin duda alguna.
-A pesar de que eres un imbécil, creo que hay más sobre ti y de verdad quiero conocerte.
