𝟎𝟏𝟓

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Caían y caían. Las sacudidas que daba el elevador y los nervios le revolvieron el estómago a Audrey. No podía dejar de gritar, al igual que las personas que iban con ella. Dustin, Steve, Erica y la chica que había conocido hacia poco, Robin, la compañera de trabajo de Steve.

Este último, era su mejor amigo, pero ambos sabían que el otro siempre había sentido algo más que una amistad, pero no querían estropearlo todo convirtiéndose en pareja.

-¡Estamos cayendo!- Chillaba Steve.

-¿De verdad, Harrington?- Preguntó Robin, de forma sarcástica.

-¿Por qué no funciona el botón?- Gritaba Dustin.

-¡Presiona el botón!- Le gritaba Erica a su vez.

-¡Quiero vomitar! ¡Tengo demasiadas nauseas!- Chillaba Audrey al mismo tiempo que apretaba su estómago.

-¡Mira hacia el horizonte, hacia el horizonte!- Le gritó Robin.

-¡NO HAY HORIZONTE!

Audrey se pasó las manos por su cabello con ondas y suspiró, tratando de pensar en algo que no fuera el movimiento del elevador, pero era inútil. De repente, con una sacudida el elevador se detuvo, logrando que Audrey cayera sobre Steve

-Oh Dios mio- Susurró.

Se apartó con torpeza y luego ayudó a su amigo a ponerse en pie y comenzó a tomar aire, aunque las nauseas seguían allí, estaba feliz de que el traqueteo y la caída se hubieran detenido, aunque debido a la gran sacudida, su cabeza había comenzado a doler.

-¿Están todos bien?- Preguntó Robin.

- ¡Oh si! Estoy genial.- Respondió Steve de forma irónica- Aunque ahora sé que Rusia no hace buenos elevadores.- Apartó a Dustin de una sacudida del control con los botones.

-Eh, ¿Quieres calmarte?- Le dijo Audrey, sujetando su estómago.

-Es obvio que los botones no funcionaran.- Habló Robin.

-¡Son botones! Se suponen que deben funcionar.

- Claro, si tuviéramos una tarjeta.

-¿Qué?- Preguntó Steve.

Audrey se acercó y pudo notar a lo que se refería Robin.

-Tiene razón. Es electrónica, como las puertas de cargas. - Le dijo a su amigo.- No funciona a menos que tengamos una tarjeta, lo que significa...

-Que estamos atrapados- Dustin terminó la frase por ella.

Audrey se recostó contra la pared del elevador junto a Steve y escondió su rostro entre sus manos, esperando que de esa manera los mareos cesaran pero parecía que iban en aumento. Bajó las manos al escuchar como Erica comenzaba a hablar:

-Escuchen, Nerds, se supone que esta noche debía quedarme en casa de Tina a dormir y Tina siempre me cubre. Pero si no llego mañana para la fiesta de cumpleaños del Tío Jack, y mi madre se entera que ustedes cuatro son los culpables, ira por ustedes, uno por uno y los degollará.

-¡No me importa Tina, ni la fiesta de cumpleaños del Tío Jack! - Gritó Steve, harto de los reclamos de la pequeña- Tu mamá no va a encontrarnos si morimos en este ascensor ruso.

-Oigan, ¿Y si trepamos?- Preguntó Dustin, señalando el techo.

Había una pequeña puerta. Audrey decidió quedarse sentada en el suelo, tratando de contener sus nauseas. Resultó que estaban demasiado debajo como para escalar hacia la superficie. Dustin intentaba contactarse con el departamento de policía en Hawkins, pero Audrey sabía que todo eso era completamente inútil.

-Hey, ¿Tus nauseas, que tal van?- Preguntó Steve acercándose a ella.

-Oh, excelente. Creo que los helados que comí antes de que venir aquí quieren salir.- Cerró sus ojos y masajeo sus cienes.

-Encontraré la forma de sacarnos de aquí, lo prometo.

-Mmm, la ultima vez que me prometiste algo terminamos en un túnel lleno de monstruos asquerosos, así que no estoy tan segura de tus promesas.

Steve colocó una mano sobre el muslo de Audrey, sonriendo.

-Todos juntos lograremos salir de aquí de verdad.

-Steve es una base rusa en lo que probablemente nos metimos, si salimos, algo que es muy poco probable, ¿Crees que lo haremos con vida?

Steve le dirigió esa mirada dulce, que lograba calmar todos sus miedos e inseguridades, la mirada que desde pequeño le había dedicado, pero esta vez, Audrey se sintió diferente, casi nerviosa, como si tuviera que actuar con cautela, pero al mismo tiempo con rapidez, como si todo se le fuera a ir de las manos.

Tomó aire y se volteó a Steve. Se acercó y depositó un pequeño beso en los labios de su mejor amigo, mientras daba una suave caricia a su mejilla. Se separó y le sonrió.

-Eso, es por si algo nos sucede, que sepas que siempre me has gustado y no puedo pensar en estar con alguien que no seas tú.

-Diablos, Audrey. Y yo que tenía la idea de besarte en algún momento de verdadero peligro.

Ella se acercó y lo beso nuevamente.- Aprovecho el momento ahora, porque después podríamos estar muertos.

-Si tengo que morir para protegerte, lo haré.- Respondió.

-No tengo la intención de que nadie muera, así que levántate y ayúdame a buscar una salida- Dijo la chica.

-A la orden, Capitana.

𝑆𝑡𝑒𝑣𝑒 𝐻𝑎𝑟𝑟𝑖𝑛𝑔𝑡𝑜𝑛 《𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒕𝒔》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora