Crush |H.S|

Capitulo 3

-Booby, llevas toda la maldita semana con ese humor de mierda ¿Me vas a decir que te pasa de una buena vez?- me pregunta Brent en voz baja mientras coloca sus codos sobre la barra y recarga su cabeza sobre su mano derecha. Yo lo miro por unos segundos y después ruedo los ojos.

-¿No podíamos hablar de esto en otro lugar?- reclamo en un tono más fuerte que el suyo provocando que varias personas se giren para mirarnos. Ignoro a todos y continuo pero en un tono más bajo de voz- Sabes que a James no le gusta que holgazanee en horario de trabajo.

Sé que solo estoy poniendo excusas para evadir sus preguntas, pero en realidad no me importa tanto hacerlo. Enterarme de que el chico que me gusta desde que era básicamente una cría es gay no ha sido nada grato. Toda mi vida me la he pasado imaginando lo perfecto que sería tener una relación con él, luego casarnos, tener hijos y no he de negar que también he pensado en lo perfecto que sería tener sexo con un hombre como el: alto, con un cuerpo generosamente proporcionado en lo que se refiere a musculo, bello rostro y perfecto cabello. ¡ESO SERIA BUEN SEXO!

Pero ahora sé que todos mis sueños no podrán ser, por una simple razón: a Harry le gustan los penes y para mi mala suerte yo no tengo uno. Existen los dildos, sí. Pero no sería lo mismo, un homosexual y una mujer simplemente no congenian al momento de tener relaciones sexuales.

-¡Booby!- la voz de Brent me saca de mis tristes pensamientos y me regresa a mi realidad que es aún más triste.

-Lo siento- me disculpo sinceramente- ¿Qué me decías?- pregunto y ahora es su turno de rodar los ojos.

-Te decía que no creo que por un día que te tomes unos segundos de descanso James te vaya a despedir. Tu cara ha estado en el cuadro de empleados del mes el último medio año, apuesto a que eres su favorita.

-Es que tu no lo conoces Brent, James no tiene favoritos, por mas buen empleado que sea. James en cuanto ve la oportunidad de recortar el personal, la toma, sin importar la persona.- doy una pausa para suspirar y después continuo.- No me puedo dar el lujo de que me despidan, sabes que necesito el dinero.

Cuando digo que necesito el dinero es porque en realidad lo hago, muchos lo consideran un simple capricho, pero para mí es un plan de vida. Él porque es simple, cuando comencé la secundaria se me ocurrió la idea de terminar mi carrera en Londres, yo veía por la televisión y diarios que las universidades de Londres eran las mejores, si querías triunfar, en Londres habías de estudiar. La idea estuvo rondando por mi pequeña mente tantos días que decidí contarle a mis padres, ellos por el hecho de ser una nena de doce años no tomaron mi idea en serio. Pero ahora con diecinueve años la idea no se ha desvanecido, de hecho estoy más segura que nunca.
Pero aquí viene la parte triste, mis padres no hace mucho tiempo se divorciaron, así que por ende mi mama es la que ahora mantiene la casa y paga mis gastos y los de mi hermano, obviamente pagar una escuela en Londres no está dentro de su presupuesto. Así que hemos llegado a un acuerdo, yo debo de recaudar todo el dinero que me sea posible hasta que termine el año y ella me pondrá el dinero faltante para la inscripción. Pero obviamente debo conseguir una beca y pasar el examen.

-Lo se Booby, Londres ¡woho!- dice y levanta ambas manos al aire para después toma el pequeño menú entre sus manos y observarlo con el ceño fruncido- Creo que ayudare a tu causa, mmm quiero una malteada.- termina dudoso y yo niego con la cabeza y sonrió al saber que es de las cosas más económicas que venden aquí.

-¿De chocolate?- le pregunto riendo mientras me voy acercando a la máquina, el asiente con la cabeza y hace una pose que él considera sexy.

-Si amor, y con crema batida extra.- añade y pasa la lengua por sus labios.

-¡Pagaras extra por eso!- lo señalo con el dedo índice de mi mano derecha.

-Lo que quieras.- responde el sin quitar su mirada seductora y yo estoy a punto de soltar una carcajada cuando el timbre que indica que alguien ha entrado suena. Por inercia dirijo mi mirada hacia la puerta pero en cuanto veo a las personas que van entrando me arrepiento al instante de haberlo hecho.