Capítulo 3.

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Una luz cegadora me despertó. Abrí los ojos lentamente y vi que procedía del exterior. Me extrañó que siendo tan pronto hubiera tanta luz. Cogí el móvil para mirar la hora y eran las 9:45h. Mierda. Llegaba tarde el primer día de clase. Con los nervios de la noche anterior se me había olvidado poner la alarma. Olive ya no se encontraba en la habitación. Hice una nota mental para luego echarle la bronca por no despertarme.

Me levanté y fui hacia el armario. Como estaba tan dormida, me equivoqué y abrí el de mi compañera. Me percaté de que estaba lleno de uniformes del internado. No sabía que había que llevarlo. Corrí a mi vestidor y también estaba repleto de lo mismo. Agarré el uniforme, excepto la americana, y me lo empecé a poner. Este constaba de una camisa blanca con el escudo del internado a la derecha, una corbata verde y una falda gris. También había una americana gris con el escudo, para las épocas de frío.

Olvidé peinarme con las prisas y solo me lavé los dientes. Pillé algo de dinero para la máquina dispensadora. Se me había pasado la hora del desayuno ya que era de 8:00h a 9:00h.

Llegué en menos de dos minutos al edificio principal. Antes de subir a las clases, fui a la cafetería para comer algo. Me moría de hambre. Me decanté por un paquete de galletas de chocolate. Después, fui a preguntar qué clase me tocaba a jefatura. Me indicaron que nada más subir las escaleras entrara por la puerta situada a la derecha.

Antes de entrar, llamé a la puerta y giré el pomo. Todos pusieron su mirada en mí, incluida la profesora.

- ¿Qué horas son estas de llegar, señorita?- preguntó enojada la señora Steele, o eso ponía en la placa de la mesa.

- Lo siento, no me ha sonado el despertador- respondí inocentemente esperando que no me regañara.

Eché una mirada rápida para ver si había un sitio libre.

- Que no se vuelva a repetir. Esta es su primera advertencia, a la siguiente deberá ir al despacho del director- señaló una silla para que me sentara. Dio la casualidad de que era al lado de Luca. Le saludé con la mano y me senté a su lado. Él me devolvió el saludo con una sonrisa. Luca era un chico castaño de ojos claros. Su pelo era liso y era bastante más alto que yo.

Patty y Olive estaban juntas en las mesas de atrás. Parecía que estaban cómodas hablando. Me giré y guiñé un ojo a Patty. La clase fue muy aburrida. Nos pasamos lo que quedaba de clase haciendo comentarios de textos históricos. Luca estuvo hablándome y haciéndome la clase más amena. Me reí mucho con él, no sabía que podía ser tan divertido. Me acompañó a mi siguiente asignatura junto con Patty y Olive. Tocaba Educación física y según lo que me explicó Luca, esa materia se impartía con el curso superior al nuestro. Por el camino al polideportivo, reproché a Olive lo de esta mañana. Ella se arrepintió, me abrazó y me dijo que no volvería a pasar.

Ya en el pabellón, se encontraban mis hermanos hablando con Asher y Harry. Supongo que el tema de conversación sería su ingreso en el equipo de fútbol. La profesora de Educación Física llamó a los nuevos y nos preguntó la talla para darnos el chándal. Rápidamente fui al vestuario y me cambié. Al salir, la clase ya estaba dividida en dos equipos. Patty me llamó para informarme de que estábamos en el mismo grupo. Dylan y Thomas también estaban en él. Por otro lado, el otro grupo estaba formado por Harry, Asher, Olive, Adelaide, Luca y más gente que no conocía.

- Vamos a jugar al balón prisionero que consiste en lanzar una pelota al equipo rival intentando dar a los jugadores y esquivar los balones que vengan. Cada grupo estará en un lado del pabellón y no se podrá entrar en la zona del otro. Si la pelota se coge al vuelo, es una vida ganada por si te dan- explicó la profesora.

Nos repartimos por el polideportivo y comenzamos a jugar. No tardamos mucho en golpear a varios miembros rivales quedando únicamente Harry, Asher y Adelaide, mientras que en el nuestro quedábamos mis hermanos, Patty y yo. Harry tenía la pelota e intentó darme, pero Patty se puso en medio en el último momento siendo eliminada. Éramos tres contra tres. Asher pretendía desconcentrarme lanzándome miradas. Dylan apuntó a Adelaide y la quitó de en medio. Asher tiró y no dio a nadie. Dejamos el tiro a Thomas que disparó hacia Asher quien al estar atontado fue incapaz de esquivarlo. Harry no tardó mucho más en caer. Los Clayton habíamos vencido. Mis hermanos me levantaron felices por haber ganado.

Sin esperárnoslo, Harry se encaró con Asher. Empezó a gritarle que no había estado centrado en el juego por querer ligar y que había perdido aposta. El resto de la clase se acercó para ver qué estaba pasando formando un círculo alrededor de ellos. Asher le empujó lo que provocó que Harry le diera un puñetazo en la cara. Yo no quería seguir viendo esa pelea así que me fui al vestuario a cambiarme. Antes de entrar, escuché unos sollozos que provenían del de los chicos. No lo pensé mucho y crucé la puerta. En el interior había un chico más o menos de mi edad tirado en el suelo llorando. Me acerqué para consolarle y le pregunté qué le pasaba.

- Unos chicos se meten conmigo por ser homosexual- me explicó. Le invité a venirse conmigo a mi habitación para intentar animarle y él aceptó. Nos cambiamos y él me estaba esperando en la puerta.

Salimos juntos del polideportivo encontrándonos en la entrada a Harry con la nariz rota. Me echó una mirada de decepción al ver que estaba con otro. ¿Y este de qué va?

En el trayecto a mi habitación, el chico me comentó que se llamaba Louie, que llevaban varios años metiéndose con él y que estaba cansado.

Ya en la habitación me dijo que no muchas personas le aceptaban por el hecho de ser gay, y era precisamente esa la razón por la cual no tenía muchos amigos. Yo no podía creer que hubiera gente que se metiera con otra persona por su orientación sexual.

Alguien llamó efusivamente a la puerta interrumpiendo nuestra conversación. 

El (estúpido) internadoWhere stories live. Discover now