○Reflexiones○

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Luego procesar la información que le había dado su compañera, un semblante bastante confundido se formó en su rostro, torciendo sus labios en una mueca disgustada por alguna razón inespecífica, dejando clara la incomodidad que sentía al tener esa plática con la peliverde.

El hecho de enterarse que Demencia no era la única sicario allí le había sorprendido; a pesar de llevar un tiempo considerable trabajando allí, aún había muchas cosas que desconocían, pues la empresa era más grande de lo que hubiera imaginado, y aparentemente, Black Hat no le cedía todo el trabajo como había pensado desde una principio.

Ciertamente, todo le resultaba muy confuso al joven de la bolsa.

Sin embargo, sacudió su cabeza hacía los lados, alejando todos esos pensamientos de confusión y curiosidad, dejándolos fuera de su mente. Estaba en horario de trabajo por lo que no tenía permitido holgazanear; con un jefe como Black Hat eso no era algo conveniente.

- Bien... dejaré que estés aquí. Pero a la mínima que hagas algo, me encargaré de que los Hatbots te saquen de mi laboratorio.- Aceptó finalmente el doctor, para luego continuar con su trabajo pese a la presencia de su lunática compañera, teniendo a mano el control para llamar a sus robóticas creaciones en caso de que la chica desobedeciera su advertencia.

- Como sea...no es como si esas hojalatas pudieran conmigo.- Expresó la chica lagartija, soltando una risilla traviesa, estirándose en la silla, comenzando a planear alguna manera para quitarle la paciencia al desdichado doctor.

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Un nuevo día se hacía presente en la mansión de los villanos; la mañana era cálida, y en el ambiente se podía percibir calma, lo cual era bastante peculiar ya que estábamos hablando de la casa del villano más malo, Black Hat. Todos estaban en sus respectivos asuntos como era de esperarse.

Demencia estaba fuera de casa cumpliendo una misión, 5.0.5 preparaba el desayuno y el doctor estaba en su laboratorio, laburando como todos los días.

El demonio del sombrero negro estaba en su despacho, mirando las poco transitadas calles a través del ventanal, mientras fumaba; a la espera de alguien que iría a visitarle.

Se llevó el cigarrillo a los labios dándole una calada y exhalando el humo, viendo cómo este jugaba en el aire, haciendo varias formas sin sentido alguno. De repente, aquel ambiente silencioso fue roto, ya que un ente había hecho acto de presencia.

Una masa blanca, similar a una nube, emergió de varios rincones en la habitación, poco a poco formando una alta silueta, que cada vez se hacía más parecida a una persona. Pasado unos cortos segundos, en el cuarto se mostró aquel eldritch blanco, llevando esa típica sonrisa característica de él.

- Vaya...que puntual hermano.- Vociferó el de negro con sarcasmo, sin despegar su vista de la ventana, dándole otra calada a su cigarrillo.

- Mis disculpas, tuve unos pequeños inconvenientes.- Se excusó este, con un tono amable, sin quitar esa felicidad de su rostro.

- Como sea, vayamos al grano. Como ya sabrás, yo no soy muy paciente.- Habló, sin darle mucha importancia al pequeño retraso del héroe. Se giró en su silla para encararle, con un semblante neutral.

- De acuerdo.- Tomó asiento frente al de tez oscura, mientras este apagaba el cigarrillo en el cenicero.

- ¿Y bien?.- Cuestionó con ansias, refiriéndose al plan que tenían, el cual estaría en la segunda fase por concretar.

- Ay, hermanito~ ¿De verás quieres saber mi opinión? ¿Es algo importante para tomar en cuenta?.- Preguntó con parsimonia, mientras apoyaba sus codos en el escritorio, con una mirada divertida y una voz juguetona.

°Destinado a estar juntos° (Paperhat) Où les histoires vivent. Découvrez maintenant