°Destinado a estar juntos° (Paperhat)

○Choque de suerte○

El resplandor de las calles y ruidos urbanos de la ciudad era lo único que captaba el castaño, que caminaba erguido, con las manos en los bolcillos, cabizbajo, intentando olvidar todos esos problemas que hacían de su vida una miseria.

Era un viernes por la noche, uno como cualquier otro;  cualquiera pensaría que en ese entonces los jóvenes saldrían de fiesta, a pasar un buen rato, ahogándose en alcohol y bailando hasta el cansancio. Pero en el caso de Slug, esa no era la situación.

El joven castaño vivía muy estresado desde que Flug se había ido; sin embargo allí seguía, queriendo lograr lo que se había prometido así mismo, convencido de que no era un bueno para nada.

Se encontraba vagando por las calles, completamente sólo y perdido en su propio mundo. Su día había sido horrible; nuevamente no lograba encontrar un trabajo estable, que le sirviera para generar sus propios ingresos, su situación cada vez era peor.

Vivir por su cuenta era mucho más difícil de lo que imaginaba, pero prefería fallar solo a que su familia le reprochase lo patético que era como persona.

Su único incentivo para no ceder en aquel entonces, eran las ganas de lograr algo y así demostrar de lo que era capaz. Estaba harto de que lo subestimasen, ya era hora de que tomara las riendas de su futuro.

Por más difícil que fuera...

~

Mantenía su vista al frente pendiente del camino, a pesar de lo triste que se sentía en aquel entonces. 

Hacía su mejor esfuerzo para arreglar las cosas con su hermano, sin embargo, Black era alguien muy difícil y rencoroso. Por más amable que fuera, siempre le insultaba y lo apartaba de su vida.

¿De verdad lo odiaba tanto?

White Hat estaba al tanto de como se sentía el villano, pero eso no quitaba el hecho de que su frialdad le doliera tanto. 

Quería que todo volviera a estar como antes, deseaba arreglar la mala relación con Black Hat. Pero sabía que era muy complicado...el no perdonaba fácilmente.

Sin embargo lo importante era seguir intentando...no podía odiarlo para siempre ¿O si?

Sus manos sostenían el volante con rigidez, mientras que su triste mirada se mantenía fija en el oscuro paisaje urbano nocturno, con las lágrimas que recorriendo sus blancas mejillas.

Sin poder soportarlo más rompió en llanto, se sentía realmente frustrado en aquel entonces, estaba claro que le afectaba, porque eran familia, su propia sangre.

Nunca fue su intención herirlo de tal forma. Cuando eran niños ni siquiera se imaginó lo infeliz que era su hermano menor. Pero ahora no podía volver el tiempo atrás, debía hacerse responsable por lo que había causado, por el bien de ambos.

De la nada empezó a llover, una lluvia torrencial cubrió las calles de la ciudad, transformando el ambiente en una gélida penumbra, que sólo era evadida por las luces de los autos en el camino.

- Oh, vaya...parece que el clima tampoco está de humor.- Susurró con una triste sonrisa en su rostro, mientras limpiaba las lágrimas con un pañuelo, dispuesto en su elegante gabardina.

Al pasar la suave tela azul por sus pálidas mejillas, regresó su vista al camino. Pero...la escena que encontró le dio un vuelco a su corazón.

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Al notar el grave deterioro en el clima, el joven muchacho que estaba en medio de la oscura y resbalosa ciudad,  decidió acelerar el paso para llegar lo más pronto posible a su casa y resguardarse de aquel clima tan frío, ya que no tenía otro lugar donde refugiarse a sus alrededores.