Capítulo 18: Jocker

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Así que dejé de buscar su perfil y observarlo constantemente. Para traerme paz por mí mismo.

Después de algunas semanas de mudanza y varias horas de viaje llegué a mi nueva ciudad. Tuve que trabajar esas semanas en la farmacia de mis tíos para apoyar a mis padres para comprar un departamento donde pudiese quedarme por el tiempo que estudiase la carrera.

Estaba algo alejado de mi universidad, pero más cerca del bosque de la ciudad, al menos evitaría que estuviera muchas horas en la cama y me ayudaría a estar más activo durante el día para transportarme a la universidad. Era demasiado perfecto, ya que mi horario era entrar por las tardes y al salir podía recorrer media ciudad en el bus para llegar a casa, rodeado de todas las luces de colores de cada edificio, disfrutando de la hermosa vista durante el recorrido y observando detenidamente cada parada y establecimiento que poseía la ruta nocturna del bus.

Es complicado explicar lo que significa vivir solo, por una parte sientes esa libertad para decidir por ti mismo, lo que harás en el día, a dónde irás después de la escuela, qué comerás hoy, si limpiarás o no la casa, etc; pero también está esa parte en la que llegas a casa y sabes que serás tú quien prepare lo que comerá, quien cambie el tanque de gas que solía hacer tu padre, quien administre el dinero para sobrevivir cada semana y saber que no habrá alguien para despertarte si se te ha hecho tarde para ir al colegio.

Pero estaba dispuesto a aprender a ser independiente estando aquí. No sabía cocinar más que huevitos de todo tipo: con jamón, chinos, mexicanos, en torta y obviamente cereal con leche. Prácticamente si quería hacer algo más que eso acudía a llamarle a mi madre por teléfono para aprender a cocinar alguna receta, y casi siempre resultaba algo comestible para mí.

La verdad, disfrutaba de estar solo en la ciudad, al menos la mayor parte del tiempo. Todos los fines de semana después de desayunar, salía del departamento y realizaba mis compras, cosas que hicieran falta en la casa, como shampoo, aceite, jabón, ingredientes para cocinar, etc; después pasaba por el centro comercial y observaba si alguna sudadera o tenis me gustaban, así podría ahorrar para comprarla luego.

Como aún no conocía mucho a mis nuevos compañeros en la universidad, aprovechaba mi tiempo para estudiar los temas que vería en clases posteriores y aquellos que me causaban conflicto en comprender. 

Leía en casa, a veces en el parque y otras más en las distintas bibliotecas de la ciudad; una de ellas se volvió mi favorita, ya que tenía múltiples pisos, los cuales estaban separados por cristales transparentes y a prueba de ruido, todos los espacios de la biblioteca rodeaban a un enorme jardín en el que se asomaba una resplandeciente fuente que hacía que la biblioteca fuese más que la idea de leer un libro sin ruido.

Conforme pasaba el tiempo me hice más cercanos a varios compañeros de la universidad, así que dejé de pasar mucho tiempo solo.

Fue como conocí a Shawn, un tipo bastante tranquilo y formal a simple vista, pero extrovertido, brillante y exorbitante chico cuando se deja llevar; me agradaba bastante pasar tiempo con él, éramos compañeros, amigos, colegas, casi hermanos. 

Era tan alto como yo, de test clara, con un toque despeinado en el cabello, muy similar al mío, el cabello castaño claro, era delgado, pero tenía la masa adecuada que hacía que se marcaran sus bíceps a través de la playera, una de las cosas que caracterizaban a Shawn eran los oyuelos que brotaban de sus mejillas con cada carcajada que nos provocábamos; tenía un sentido del humor muy único, podía sacar mi lado divertido hasta mi lado cruel estando juntos.

Íbamos de vez en cuando a pasear por la ciudad para cenar o incluso ver una película; y en otras ocasiones también nos quedábamos en casa a jugar su XBox.

Cuando comenzamos a salir acompañados de chicas fue que empezamos a visitar las discotecas, nos divertíamos juntos, ya fuese con compañía o a capela. Así que se volvió casi una rutina, él venía a mi departamento todas las tardes después de la universidad para estudiar, jugar, conversar, cenar y hasta dormir y los fines de semana salíamos por la ciudad.

Después de unos meses Shawn se hizo novio de una compañera de la facultad, una chica tierna y bastante agradable con todos, creo que su nombre era Keith. Me agradaba ver feliz a mi amigo, pero de alguna manera eso nos alejó un poco al menos dentro de la facultad y en las salidas a las discotecas. Pero las cosas estaban bien entre Shawn y yo, así que era suficiente para mí.

Un viernes de octubre era de los días en que salíamos más tarde de la facultad, Shawn había tomado el bus para acompañar a su novia hasta su casa y nos veríamos unas horas después él y yo en mi departamento como siempre; así que tomo el bus para ir a casa, son casi las 8:15 pm cuando noto que en mi mochila hace falta el libro que debo leer hoy, saco todas mis cosas para volver a buscarlo, pero no está por ningún lado, entonces recuerdo que lo he dejado en la mesa del laboratorio.

Entonces molesto decido bajar del bus para volver a la escuela y recoger el libro que he olvidado, timbro la parada y camino de vuelta a la facultad, entro hasta el laboratorio y en el estante de cosas olvidadas está mi libro. Lo tomo y camino rápido hacia la parada nuevamente, quizás he tardado unos 30 minutos, por lo que restan 15 minutos antes de que salga el último bus.

Hace bastante frío esta noche, probablemente en estos meses comience a nevar, por lo que se aproxima el invierno. Miraba la hora constantemente, pero no pasaba ningún camión que fuese por mi zona, entonces decido tomar el siguiente que venga sin importar al lugar que vaya, pensaba que probablemente me dejaría cerca de casa y no caminaría tanto.

Se aproxima un bus de un color que no había visto antes, quizás porque nunca había tomado el camión a estas horas en la escuela o no lo sé, pero decido subir, pago mi pasaje y me siento del lado derecho del bus en el asiento con vista hacia la ventana, estoy a punto de colocarme mis auriculares cuando escucho que han puesto una de mis canciones favoritas: Treat you better de Shawn Mendes, entonces me concentro en ver a través de la ventana mientras disfruto de la canción.

El camión comienza a llenarse de personas y decido levantarme de mi asiento para que me sea más fácil cuando quiera bajarme. La ruta hasta el momento es bastante similar a la que normalmente tomaría, pero enseguida el chofer cambia de dirección y empieza dirigirse exactamente opuesto a mi destino.

Me coloco la mochila y camino hacia el timbre para bajar lo antes posible y poder tomar un taxi a casa. Mientras avanzo noto que en los asiento traseros está una chica que llama mi atención inmediatamente, ya que va vestida al igual que yo con pantalones y bata blanca, con el escudo de otra facultad, pero por alguna extraña razón no puedo evitar verla.

Está agachada, con el rostro cubierto por su cabellera, está dormitando, debe estar bastante cansada por la universidad. Comienza a tambalear de lado a lado mientras duerme con la mochila sobre las piernas, no debo bajar a menos que la despierte antes de irme, entonces sin planearlo cuando veo que está a punto de caer sobre un asiento, me acerco rápido y me siento para que ella pueda poner su cabeza sobre mi hombro.

Huele demasiado rico, huele ligeramente a vainilla dulce, huele a...

Creo que hemos pasado por un camino en reparación porque el camión hace que los asientos brinquen, logrando que la chica de mi hombro se despierte, se empieza a acomodar su cabello y el uniforme mientras despierta y cuando por fin decide ver hacia donde está la persona que la cuidó para no golpearse la cabeza mientras dormitaba inconsciente, le brillan los ojos mientras los mueve de lado a lado observándome y yo sentía que los míos se hacían tan grandes sin querer dejar de ver los suyos.

 Era ella...Una vez más, era ella... Sin planearlo, sin pedirlo, pero queriendo este momento más que nada... Era Alex.

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BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora