Capítulo 3: Escuchando a Alex Parte I

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Hablar de él es... como hablar de la persona que en algún momento de tu vida te dio la esperanza de creer que el amor existía, que los cuentos de amor podrían ser posibles incluso para ti.

Pero también es hablar de la persona que espera a que estés en el momento más vulnerable para hacerte caer aún más.

Me costó casi 3 años de mi vida comprender lo que realmente significaba estar en esa relación.

El problema es que cuando la persona con la que estás empieza siendo ese algodón de azúcar que todos queremos comernos un viernes por la tarde, siendo quien provoca esa sonrisa tonta en el móvil cada que éste vibra y se vuelve la razón por la que te desvelas hablando por el móvil.

Hasta encarnar en todo lo bueno que te pasa, todas las buenas razones para estar vivo. Ese es el problema, cuando esta persona se presenta así.

. . .

Cuando conocí a Jocker fue en el colegio Chastain, cuando entré a segundo año. Era alumna nueva en este instituto porque venía de intercambio de otro instituto para estar más cerca de mi familia.

Era la chica nueva de la escuela, sonaba abrumador empezar de cero en otro sitio.

Al ser la chica nueva tenía que acoplarme al plan de estudios que el instituto tuviera, acoplarse a los nuevos maestros y al carácter de éstos, acostumbrarte a tus nuevos compañeros y probablemente si no eres "tan agradable" tienes que vivir siendo impopular o ser el raro al que le hacen bullying.

A eso te enfrentas cuando eres nuevo en un instituto.

Cuando llegué a esta, recuerdo haber entrado nerviosa sintiendo el sudor en mis manos y mi voz temblorosa, al primer lugar que visité fue la oficina del director para conseguir mi horario y saber el grupo en el que estaría inscrita.

—El director se encuentra en una reunión señorita, pero me informa que ha dejado los documentos de tu ingreso con el orientador—Me informa la señorita que se encuentra sentada detrás de un escritorio de madera oscura al colgar el teléfono.

Es más alta cuando se levanta de su silla giratoria y se dirige a mí para darme un cálido apretón de manos, en señal de bienvenida. Lleva puesto un abrigo de gabardina rosa pastel y debajo su vestuario de oficina, trae tacones blancos y el atuendo le sienta perfecto.

—¿Podría indicarme dónde queda esa oficina?-Le digo mientras cojo mi mochila verde que había dejado en el suelo cuando esperaba al director.

—Justo por allá—Señala para que dirija mi mirada hacia el largo pasillo rodeado de jardineras.

—Sigue a lo largo del pasillo, es justo la oficina que se encuentra bajo las escaleras que conducen a la fuente de la plazuela. Ten un lindo día y ¡bienvenida al Chastain!—Me explica gentilmente regalándome una ligera sonrisa y me marcho colocándome la mochila nuevamente en la espalda.

Camino lentamente por todo el pasillo, veo los letreros de cada puerta que me encuentro de camino: Servicios escolares, Archivo, Coordinación, Biblioteca... Me detengo un momento cuando veo éste, es enorme, coloco mis manos sobre la ventana y mi cabeza entre ambas manos y contemplo los inmensos libreros y los pequeños pasillos entre éstos, pero no observo a nadie adentro, está vacío. Probablemente sea muy temprano, pero quiero visitar este sitio en cuanto tenga tiempo libre.

Continuo mi recorrido y la siguiente puerta con la que me encuentro afortunadamente es la de Orientación educativa. Cuando estoy frente a ésta, llamo a la puerta y enseguida se oye una voz al otro lado.

—¡Adelante!—Responde una voz muy agradable.

Cojo la perilla y la giro para introducirme en la oficina. Y ahí está, un hombre de complexión delgada, sus manos son delgadas, lleva puesto un traje color beige y una corbata azul marino, lleva el cabello arreglado pero no exageradamente, los ojos marrón le brillan, aún detrás de sus anteojos. Pienso que debe tener unos 32 años, pero hay algo en él que me ha dejado boquiabierta.

BYLUR (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora