Capítulo 6: Jocker

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Ansiaba escuchar la respuesta que Alex articulara de sus bellos labios, pues en el fondo sabía que eso determinaría si dejaría que me quedara cerca de ella. Pero lo único que mi amada pudo decir fue:

—Hola Jocker—Haciendo visible un semblante de disgusto ante mi presencia, su mirada se dirigió a mí por solo unos segundos, volteando de inmediato la mirada hacia su comida y cortando nuestra conversación. 

—Abril, si no te importa voy a adelantarme al aula porque necesito terminar de estudiar el tema de hoy—Toma sus cosas y sin desviar la mirada se levanta rápidamente de la mesa para dirigirse a la plazuela. 

Ahora entiendo que mi vida se divide en antes  y después de conocer a Alex Forbes. Quizás si hubiese dejado pasar ese instante y continuar con mis propios planes a futuro, creo que esta hubiese sido la única forma en la que ella y yo jamás hubiésemos sido cercanos.

Pero no lo hice, al contrario me esforcé porque formara parte de mi vida. Cada día antes de entrar a clases comencé a dejarle un café caliente en su banca, sin notas ni mensajes, sólo el café favorito de Alex, sabor moka. 

Hasta ese momento nadie más sabía lo que estaba sintiendo por Alex ni siquiera ella misma.

—¿Cuántos cafés tuvo que recibir para darse cuenta que quien se los compraba eras tú?—Me cuestiona Bell, intentando comprender mi confusa narración.

Fueron incontables las veces que lo hice. Quería agradarle, despertar un poco de interés hacia mí. 

Y poco a poco los cafés se convirtieron en notas que solía dejar siempre en la cafetería de la escuela, las cuales se las entregaban al comprar su desayuno y cada una de ellas contenía un cumplido acerca de su persona y lo perfecta que era ella para mí.

Cuando tuve la oportunidad organicé fiestas en mi casa los fines de semana esperando a que en alguna ocasión ella se presentara y así tener algún pretexto para platicar con ella alguna vez. Pero a mis fiestas sólo asistieron chicos populares, muchos ni siquiera tan cercanos a mí, pero ella nunca se presentó.

Rumores decían que en ese entonces ella tenía un novio, uno particularmente celoso y posesivo, aunque siendo Alex, cualquiera se volvería loco si alguien atractivo se le acercase.

Hubo una ocasión en la que tuve que quedarme hasta tarde en el instituto a entrenar con mi equipo de basquetbol y al llegar a casa para comer está mi madre, mi padre y mis 2 hermanos (Hugo y Danielle). Ese día en especial me sentía algo decaído y cansado pues había recibido cartas de muchas de las chicas del instituto por el día de San Valentín y una de ellas incluso me había invitado a salir. 

Uno creería que la vida de alguien popular sería quizá más placentera al tener amigos y chicas que quieran estar cerca tuyo, pero realmente no era así. Había pasado ya mucho tiempo de mi vida divirtiéndome, explotando las ideas de mi libertad y experimentando sentirme admirado pero por las personas incorrectas, que llegué al punto de querer ser alguien normal.

Cuando le conté a mi madre sobre las cartas de inmediato dirigió toda su atención en mí; explicándome que ella también en su juventud conoció a chicos como yo en su instituto y que éstos solían tratar mal a las chicas o hacían que ellas se sintieran ignoradas por sus sentimientos. 

Mi madre tenía razón al pensar que no es agradable sentirse ignorado por alguien que es importante para ti. 

—Hijo, creo que deberías darle una oportunidad a esa chica que te ha invitado a salir, al menos acepta la cita y después si estás seguro de no quererla, sé lindo con ella para explicarle que no quieres tener una relación amorosa con ella. Es el tipo de educación que tu padre y yo hemos inculcado en ti, y sé que no vas desilusionarme—Me explica y acaricia mis hombros dándome unas palmaditas.

BYLUR (Editando)Where stories live. Discover now