Me levanté de la cama y abrí el armario de la habitación de Sam.
Habían varias sudaderas y camisetas unas revueltas con las otras, cogí una sudadera de color granate al azár y me la pusé, junto con mis tejanos preferidos.Luegó me recogí el cabello en un moño desordenado y oí a Sam bostezar.
Veía su sonrisa reflejada en un pequeño espejo rectangular que tenia colgado en una de las paredes de la habitación.
Sin girarme a mírarlo salí por la puerta de su habitación.
-A dónde vas?-le oí decír.
-Me voy.-le mentí.
Me costaba mentír, porque siempre me ponía a reír como una estúpida, y entonces nadie me creía. Pero esta vez conseguí reprimirme.
-Qué?-le oí gritar desde la habitación.
Yo ya había bajado las escaleras. Abrí la puerta que conducía a la calle y la cerré de un portazo. Pero no salí. Sino que me fuí a la cocina.
-Qué coño...?!-oí decír a Sam mientras bajaba las escaleras a toda prisa, maldiciéndo a todo el mundo por el camino.
-Qué pasa?, Por qué ese malhumor?-dije desde la cocina.
Luego me giré sin poder contener la risa.
Sam estaba apoyado en la entrada. Su expresión era sería. Y sus ojos se clavaban en los míos, como agujas en la piel.
"Mierda...Creo que no debería haber hecho eso..."
Deje de reír de inmediato, y aparte mi mirada de la suya.
-Lo siento...Solo era una broma...-susurré.
Él no dijo nada, pero mantenía los puños cerrados con fuerza.
-Pues ni puta gracia.-respondió.
Yo no dije nada. Solo me quede allí, mírando la nada.
Al cabo de un silencio que me pareció eterno, lo oí reír.
Entonces levanté la mirada.
-Deberías haberte visto la cara.-río.
Noté mi cuerpo relajarse de inmediato.
-Bien jugada esa.-le respondí mientras sonreía.
Al fin y al cabo no me iba a enfadar con él por una broma que yo había empezado.
Él seguía riéndose cuando abrí la nevera para buscar algo para desayunar, aunque casi era la hora de comer.
-Vale, ya esta bien.-me quejé.-Tienes cereal?-le pregunté.
-Mmm si, esta en el armario de la derecha, el de arriba de todo.-me dijó mientras lo señalaba.
Alcé el brazó, y empecé a dar pequeños saltitos, pero era imposible llegar a ese maldito armario.
-Quién demonios guarda el cereal en el armario más alto de toda la casa?-dije molesta.
-No sé... Yo?-me respondió.-Además no es tan alto, el problema es que tu eres bajita.
-Yo?, si hombre.
Él se acercó y abrió el armario sacando una caja de cereal entre otras.
-Toma.-me dijo mientras me la daba.
-Gracias.
Él me dió un besó soptado en la frente y luego se sentó conmigo en la mesa.
-Sam, luego me podré ir a casa?-le pregunté.
-Sí, por qué no?, yo nunca te obligué a quedarte.
-Bueno eso es discutible...
-No es discutible, yo no te obligué a quedarte.
Suspiré cansada, y no dije nada más. No quería díscutir.
-Pero hay una cosa que tengo que decírte, no puedes contar nada de lo que viste o creíste ver, por qué si me entero de que eso sucede...
Me miró fijamente a los ojos cuando me lo dijo. Era claramente una amenaza, y sabía perfectamente que iba en serio.
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Sam estacionó en el mismo sitio que la otra vez, algo alejado de la entrada de mi casa.
Me quité el casco y se lo dí.
-Volveremos a vernos?-le pregunté torciéndo el rotro.
Él sonrió.
-No te preocupes, yo me encargaré de encontrarte.
Luego me besó y se fué.
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My little and problematic debility (TERMINADA)
RandomUna noche, una mirada, una sonrisa, un beso, un problema...Creía que mi vida era siempre igual, creía que nunca llegaría a enamorarme, creía en mis inseguridades...Hasta que lo conocí, y deje de creer en todo eso para vivir un verano completamente d...