Sirvienta de los Uchiha's [+18]

Manjar

-¡Temari! _dije en tono de regaño_ toca antes de entrar.

-Lo siento, pero son las doce de la madrugada y hasta mi cuarto se escuchan los llantos de Izumi, ¿Qué pasa?

-Ella está mal por todo lo que está pasando _excusé_

-Oh, tranquila Izumi _restregó sus ojos con sus índices y se sentó al lado de Izumi abrazándola_ Sakura, deberías ir a dormir, mañana no rendirás.

-No voy a dejar a Izumi, ¿No ves que se siente mal?

-Yo puedo quedarme con ella.

-No, no, ¿Dos personas desveladas? Será extraño, yo seguiré con ella.

-¿Segura?

-Si, no te preocupes. Descansa.

-Buenas noches _se retiró_

-G..gracias _dijo aferrada a mi pecho_

-No hay de qué. Mañana puedes quedarte en cama.

-¿Uh?

-Puedo hacer tus tareas mientras tu piensas bien lo del bebé.

-¿En serio harías eso?

-Claro _sonreí_ ¿Para qué son las amigas?

-Oh, Sakura. No sabes cuánto te lo agradezco.

Izumi logró dormir pero yo no, pensaba en las consecuencias que podría traer esto. Me di cuenta de que era hora de iniciar el día, me levanté sin que Izumi se percatara y fui a mi habitación, me di un baño de agua fría para lograr despertarme.

Estaba en la cocina haciéndo el desayuno, me tocaba lavar los trastes, limpiar el ático, jardinería, lavandería nuevamente, y por si fuera poco tendría que servirle a Itachi.

-Vaya _dijo una rubia a mi par colocándo una sesta con verduras_ No dormiste nada eh.

-¿Tanto se me nota?

-Cariño, traes unas ojeras enormes.

-Izumi no se sentía bien y me he quedado con ella, haré sus labores de hoy.

-Es demasiado, Sakura. No debiste hacerlo.

-Ahora lo sé _bostecé_

Me encontraba colocándo los cubiertos en el comedor, una canastita con frutas en el centro de la mesa, panes y mermeladas.

-Oh, señor Itachi _hice la reverencia acostumbrada_ necesito comunicarle algo.

-Habla _decía mientras acomodaba su saco_

-Izumi está indispuesta. Yo le serviré por hoy.

-Hmp, ¿Serás mi sirvienta por hoy, cerezos? _acercó su rostro al mío y un sonrojo apareció en mis mejillas_ como sea _caminó hasta el comedor_

Subí a la habitación de mi señor y toqué la puerta.

-¿Señor? _no escuché respuesta_ Señor, es hora de levantarse _abrí la puerta_ Señ....

Estaba entre las sábanas con una peliroja tez blanca. ¿Quién era ella? Nunca la había visto.

-Joder, que molesta _se quejó la peliroja_

-Señor, debe lev...

-Largo de aquí _ordenó una voz masculina_

-Pero señ....

-¿No escuchaste, estúpida? Largo _se acomodó en el pecho del señor_

Tragué saliva y cerré mis ojos. ¿Quién carajos es esta estúpida para decirme así? Me di la vuelta sin decir nada más.