Melodía de invierno

Porque no puedo dejar de mirarte

N. de la A.: ¡Sean todos bienvenidos a un nuevo capítulo!

Revisando capítulos antiguos (no podía acordarme del nombre que le puse al papá de Hanamichi... otra vez xD tengo que anotarlo en alguna parte, jajaja) me di cuenta que, hace poco más de un año, este fic llegó por primera vez al #1 en Wattpad en la etiqueta Slam Dunk. Desde entonces se ha mantenido siempre entre los primeros lugares de dicha etiqueta, también en canonxoc, baloncesto, primer beso, entre otras, y por eso decidí que no estaba de más agradecerles nuevamente sus comentarios, votos, lecturas, y toda la buena onda que siempre han tenido con esta humilde (XD) escritora. ¡Gracias a todos!

Les cuento que estoy reemplazando a una compañera de trabajo que se fue con prenatal. Como mi empleador está en el rubro del agua caliente y la calefacción, actualmente estamos en plena temporada alta, así que he vuelto a mis semanas zombis pero multiplicadas por mil XD ya que cumplo con sus funciones y las que me corresponden a mí. No tengo vida personal, mátenme. En fin, hasta agosto estaré hecha una piltrafa. Ténganme en sus oraciones XD

El capítulo de hoy me gustó mucho. Creo que incluir a Sendoh fue una buena idea; es necesario distender un poco los ánimos, puesto que la parte pesada del fic la llevan Yohei y Fujii (ellos son «el drama» JAJAJAJA), mientras que Hanamichi y Nanami están en una línea más liviana de la trama. No todo puede ser tensión, ¿verdad? Amamos el drama, y combinando se aprecia más xD jajajaja.

¡Ah! Mi queridísima Saturnine Evenflow actualizó su maravilloso fic «Ride», ¡corran a leerlo! No se arrepentirán ;)

Disclaimer: Los personajes utilizados aquí son propiedad de Takehiko Inoue. ¡Gracias por dibujar y escribir una historia tan hermosa!

.

.

Porque no puedo dejar de mirarte.

Akira Sendoh era, por lejos, el base más destacado de Kanagawa, y en el último año incluso tomó relevancia en Japón completo gracias a su destacada participación en un partido amistoso contra la prefectura de Saitama, quienes asistieron representados por Dokkyo, una preparatoria de alto nivel similar a Kainan. Dicho equipo vio sus estrategias permanentemente interrumpidas por las habilidades de Sendoh, que no perdió oportunidad de lucirse con su juego sereno y cooperativo. Los representantes de las universidades que lo analizaban no estaban allí por mera casualidad, venían siguiéndolo desde segundo año gracias al entrenador de Ryonan, Moiichi Taoka, que se preocupaba como un padre de que su muchacho estrella asegurara su futuro en una buena universidad que luego lo enviase a jugar en Estados Unidos, el objetivo de cualquier basquetbolista que quisiera desarrollarse en las ligas profesionales.

En los ojos de alguien que no le conociera, Sendoh podía parecer bastante desinteresado con respecto a su futuro. Hablando únicamente en términos de baloncesto, asemejaba a un hijo del carpe diem, pero esa apreciación no podía estar más lejos de la realidad: el muchacho sí que se encontraba atento a todos sus pasos, solo procuraba dirigirlos hacia las mejores probabilidades de obtener un buen desafío. Buscaba ser el mejor, sabía que era buenísimo, pero no se dormía nunca en los laureles. Cuando pescaba —afición heredada de su padre, por la cual se había ganado diversos apodos relacionados a la vejez— su mente creaba una especie de burbuja en donde efectuaba «entrenamientos mentales», pues no dejaba de imaginar jugadas, enfrentamientos, posibilidades de éxito y fracaso, intentando cubrir todos los ángulos posibles para obtener siempre el triunfo. También estaba consciente que no podría ganar todos los partidos. Había jugadores de altísimo nivel en todo Japón, mas su determinación de vencer era tan fuerte que podía soportar la presión de la derrota únicamente enfocado en aprender de sus errores y seguir avanzando.