Terminemos con esta distancia

395 25 143
                                    

N. de la A.: ¡Sean todos bienvenidos a un nuevo capítulo!

Lamento no disponer ya de tiempo como para subir un capítulo a la semana, pero no se preocupen, que esta historia continuará su desarrollo tal como estaba planeado desde un inicio. ¡Muchas gracias a todos por el apoyo! Son lo más. LadyYomi, Karensubero, OmegaSw, Albolao69, lalala199x, jhopeau, maricristiana2001, Opalohope, cintymuero77, virgin_sky, Kenji Himura... sé que me olvido de varios, ¡perdón!, soy una abuela con memoria de pez.

Quiero dejar un agradecimiento especial a Dany, que no tiene cuenta en Fanfiction y por eso respondo por aquí:
¡Eres muy tierna! Muchas gracias por tu apoyo y la buena onda. Me encantó cuando dijiste que en el grupo de Slam Dunk explicaste quién era Nanami. Te dejo un besote, y si quieres conversar un día, estoy en facebook como Stacy Adler ;)

Y, por último pero no por ello menos importante, a mi queridísima Saturnine Evenflow le dejo un abrazo gigante y muchos besos. ¡Estoy tan orgullosa de ti! Tu narración cada vez es mejor y más pulida. ¡Te adoro!

Si ven algún error, será corregido a la brevedad. Son las 02:15 y he terminado recién de corregir, pero como soy una abuela, me muero de sueño XD.

Disclaimer: Los personajes utilizados aquí son propiedad de Takehiko Inoue. ¡Gracias por dibujar y escribir una historia tan hermosa!

.

.

Terminemos con esta distancia.

El día 31 de mayo de 1991 fue muy especial para Hanamichi Sakuragi, no solo por encontrarse cumpliendo diecisiete años, sino porque tenía el último control médico de su lesión a la espalda, en donde le informaban si podría volver a jugar de inmediato o le tocaba mantenerse en rehabilitación por otro mes más.

El muchacho no daba más de los nervios y, de paso, también estaba trastornando a Yohei con tanta ansiedad. Mitsui era otro afectado, pues el profesor Anzai se mantenía siempre sonriente y positivo, como si nada de eso le afectara realmente... porque a él no le importaba si era ahora o más adelante que Sakuragi volviese a la cancha; estaba seguro de que sería una estrella del baloncesto sin importar las pruebas que el destino le pusiera en frente.

Pero Hanamichi quería regresar ya. No era alguien que contara con la paciencia como una de sus virtudes, y poner esa característica en práctica sacaba en él escaras de frustración. Le picaba el cuerpo de ganas por enfrentarse a un equipo como Sannoh, Kainan o Ryonan otra vez, necesitaba con urgencia reafirmar que todos esos meses sin jugar no le habían quitado sus habilidades por completo. Aunque no dejaba de repetirse una y otra vez cual mantra que era un genio del baloncesto, único, de esos que nacen cada milenio, muy en el fondo temía haber perdido su toque por tanto tiempo sin tocar un balón. ¿Quién lo hubiera dicho? Que terminaría amando con desesperación un deporte al que llegó por accidente, y que en un inicio odiaba a muerte.

—Hanamichi, deja esa pierna quieta —le pidió Yohei mientras se encontraban en la sala de espera del Hospital de Rehabilitación de Kanagawa. El pelirrojo respondió con un gruñido inconexo, pero trató con todas sus ganas de no seguir balanceando su pierna derecha como si estuviera cosiendo a máquina.

A su lado se encontraba el profesor Anzai, Mitsui, y también Nanami, porque no hubo manera de hacer que se quedara con el Trío de Idiotas. Ellos se estaban encargando de preparar la casa de Ookusu para celebrar el cumpleaños de su líder apenas volviese de la consulta, listos para festejar junto a él, o animarlo, según fuera el caso.

Nanami se aferró como una garrapata a Mitsui y chilló que no habría poder humano capaz de hacerla perderse un momento tan importante para Hanamichi; por eso, y porque ya le estaba dando dolor de cabeza con esa voz tan aguda, Mitsui intervino a su favor para que los acompañara. Yohei ya se había resignado, al profesor no le incomodaba su presencia, y Hanamichi se negaba a admitir que le parecía agradable contar con su apoyo incondicional.

Melodía de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora