Necesito revertir esta difícil situación

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N. de la A.: ¡Sean todos bienvenidos a un nuevo capítulo!

Así que ya hemos comenzado el año 1991 en la historia. Veamos qué pasó después del concierto de Bon Jovi XD (nada setsual, eh e.e faltan años para eso, la tía Stacy tiene serios problemas con el setso adolescente xD jajajajajajaj).

Amiga Saturnine Evenflow: ¡Te adoro! Hay HanaMi en este capítulo dedicado por entero a ti :') y varias cosas que hemos conversado también las trasladé a este capítulo... sé que las identificarás todas xD ¡eres la mejor!

¡Gracias a todos mis queridos lectores! Si ven algún error, no se preocupen, será corregido en las próximas horas. Esto me pasa porque suelo escribir de noche xD y corregir de día T_T jajajajajaa.

Disclaimer: Los personajes utilizados aquí son propiedad de Takehiko Inoue. ¡Gracias por dibujar y escribir una historia tan hermosa!

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Necesito revertir esta difícil situación.

El concierto de Bon Jovi terminó cerca de la una de la madrugada. Como ya no había trenes funcionando a esa hora, Yohei se encargó de pedir un taxi entre la multitud de fanáticos que también buscaban llegar pronto a casa. Tras casi cuarenta minutos de espera, finalmente consiguieron tomar rumbo a la casa de Koemi Suzuhara.

El trayecto duró alrededor de veinte minutos debido a la alta congestión provocada por el espectáculo. Fujii no se dio cuenta de que su cabeza había caído rendida sobre el hombro de su novio, y que este no quiso despertarla hasta que llegaron a su destino.

—¿Quieres que te cargue? —le susurró en el oído tras pagar el viaje.

Fujii se sobresaltó. No, nada de eso, le daba mucha vergüenza. El solo pensar en Yohei tomándola en brazos fue suficiente estímulo para hacerla despertar y salir del taxi dignamente. La energía le duró tanto como para darse una ducha rápida y lavarse los dientes. Luego de eso, se dejó caer sobre el futón que Koemi había dispuesto para ella en su habitación, quedándose profundamente dormida por segunda vez.

Al día siguiente, se ofreció a preparar el almuerzo igual que hizo en casa de Ryusei. Koemi aceptó únicamente porque cuando su exmarido le habló de la muchacha destacó mucho su buena mano en la cocina.

Mientras Fujii cortaba vegetales con rapidez y eficacia, Koemi se acercó a su hijo tomando asiento a su lado en el mullido sofá de tres cuerpos.

—Ella va en serio contigo —afirmó sonriendo. Yohei se sonrojó levemente, pero asintió—. ¿Y tú? ¿Eres serio?

—Mamá. —Puso mala cara.

—Perdón, sé que no eres como Ryusei —se excusó divertida—, es solo que has crecido buena parte de tu adolescencia con él. Quería asegurarme de que no se te hubieran pegado sus malas costumbres.

La conversación era un poco incómoda para Yohei, considerando que un hijo adolescente suele evitar hablar de esas cosas con los padres. No obstante, Koemi parecía genuinamente interesada en saber lo que pensaba, a diferencia de Ryusei, que le habría tomado el pelo como el padre bromista y ligerito de genio que era.

—Me gusta de verdad —susurró observándola moverse por la pequeña cocina como si estuviera en su propia casa.

—Fujii-chan es muy apropiada para ti. —Asintió con la cabeza, como reafirmando sus palabras. Al ver que Yohei elevaba ambas cejas a la espera de una idea más completa, continuó hablando sin dejar de sonreír—. Tiene una voz dulce, parece ser muy tranquila, y seguro que es buena niña si tu papá habló maravillas de ella —acotó riendo—. Haruka y tú son chicos muy románticos. Disfruta el momento, Yohei.

Melodía de inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora