—Wow.


Miré a Austin que me miraba sorprendido. Le sonreí tímida, no estaba acostumbrada a que él me mire de esa forma.


—En cualquier momento llegará mi taxi para llevarme.— Comenté —¿Ya guardaste tus cosas?

—No, todavía no.— Miro las maletas que estaban al costado de mi puerta.

—¿Y qué esperas? Vamos, la habitación que está a la derecha es tuya. Puedes hacer con ella lo que te plazca, aunque si, no quiero chicas caminando por mi puerta en las mañanas.— Le señale.

—No.— Se rio —No creo que pase eso.

—Bien, igual era una advertencia.— Bromee y escuche el claxon de un carro. —Oh, ese debe ser el taxista, me debe de estar esperando.— Me acerque a él y bese su mejilla. —Me voy y uh, realmente estoy feliz que esté aquí.— Sonreí.



•••



Cuando llegué al local, veía a mucha gente poniendo los últimos detalles para que todo quede perfecto. Era en un salón, la iluminación era cálida y habían candelabros haciendo que sea un toque elegante. Había un pequeño escenario con un estrado y un bar al costado. Había pequeñas mesas con sillones y flores en medio de cada mesa. La banda de música clásica que había contratado estaba probando el sonido en todos los instrumentos, en la entrada había puesto una alfombra color roja con algunas ramos de flores en los costados. Yo estaba tirando los pétalos de rosas en la alfombra, cuando alguien me toco el hombro. Voltee y vi que era Louis.


—Hola— sonreí. —¿Qué haces aquí tan temprano? La fiesta no empieza hasta como en una hora.

—Vine con mis amigos, los que van a trabajar de mozos.— Señalo a tres chicos que estaban a unos metros detrás de nosotros. Hablaban entre ellos en un pequeño círculo.

—Solo hay tres...— fruncí el ceño. —Me dijiste que habías conseguido cuatro.

—Lo sé, yo también trabajaré.

—¿Qué? No Louis, no puedo permitir eso. Tú debes estar aquí, festejando con tus amigos.

—Aparte de ti, no tengo más amigos en esta tonta empresa.

—Tienes a Harry.

—Él es un idiota, estoy seguro estará mucho más ocupado con sus amigos de negocios que conmigo.— Frunció el ceño. Él tenía razón. —Además, no me importa trabajar de mozo, ya lo he hecho antes y sé lo que tengo que hacer. Realmente no me molesta porque me vas a pagar ¿verdad?— alzo una ceja.

—Claro que sí.— Reí.

—Genial, entonces todo está solucionado. Ahora dime ¿Dónde están nuestros uniformes?


Le dije donde tenía que ir y hablar con la persona para que le de indicaciones, Louis y sus amigos se fueron y de nuevo me dejaron sola. En la carpeta que había llevado apuntaba todo lo que ya estaba hecho y lo que faltaba por hacer. Me hicieron probar cada bocadito que iban a dar y hasta los licores que estaban por servir. Me estaba sintiendo un poco mareada pero todavía parecía una profesional. Poco a poco, la gente empezó a llegar, las limosinas iban y venían, la gente entraba y yo esperaba en la puerta saludando y dando la bienvenida. No me sentía tan nerviosa y saludaba amablemente a todos los empresarios que pasaban por mi lado. Miraba encantada como una pareja me había saludado amablemente, los dos estaban abrazados y muy elegantes. Los seguí con la mirada mientras ellos pasaban y veía como él le susurraba cosas al oído y ella se reía de lo que él le había dicho.

The Proposal. {h.s}Место, где живут истории. Откройте их для себя