Capítulo 34.

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—Hola, Rose.

—Hola, Austin— cerré la puerta de la casa y me senté a su lado.

—¿Tienes hambre? Traje una tartaleta de fresa del restaurante.

—Uh, nunca estoy llena para una tartaleta.— Sonreí. —Pero estoy muy cansada como para ir a la cocina ahora y traer esa delicia.

—No te preocupes.— Se levantó y unos minutos después apareció con un pequeño plato. —Disfrútalo.

—Gracias.— Metí un trozo de la tartaleta en mi boca y suspire de placer. —Amo las tartaletas.

—Lo sé.


Seguí degustando mi deliciosa tartaleta de fresa mientras veía un poco de televisión, los dos estábamos callados pero para nada incómodos.


—Oye Austin.— Lo llame y él me miro expectante. —¿Qué opinas de mi relación con Harry?

—¿Estas pidiendo mi opinión?— asentí. —Uhm, hace bonita pareja.

—Me gustaría saber un poco más de detalles.

—No sé, Rose, ustedes casi nunca salen. Pensé que lo vería todos los días, los fines de semana venir aquí o que tu salgas con él; pero realmente no ha pasado nada de eso. Parecen como si...no estuvieran en una relación.— Hice una mueca. —No lo tomes a mal.— Añadió rápido.

—No, no es eso. Es solo que...— me reí.


¿Cómo le iba a explicar que en verdad Harry y yo no tenemos nada?


—Es complicado.— Finalicé.

—Lo sé y tú no tienes que explicarme nada. Son tus asuntos y te entiendo.


Oye Austin, en realidad Harry y yo no estamos en una relación, yo le hice una propuesta hace tiempo y desde ahí parece que no podemos vivir separados; parece que hay algo que nos une y hace que volvamos al mismo punto. Quiero terminar esto. Ayúdame ¿por favor?


Me quede pensando en todo lo que quise decirle a Austin pero no me atreví. Esta mentira se está extendiendo mucho y no sé cuándo parará.


—Mañana va a venir Selena.— Cambie de tema para ya no atormentarme con mis pensamientos.

—¿En serio?

—Sí, haremos compras navideñas.— Alce las cejas. —No te salvas de tu regalo, Austin.

—Ni siquiera intentaré pelear contigo sobre eso, siempre terminas ganando y me das algo.

—Lo hago porque me nace del corazón.— Me encogí de hombros. —Mañana también armaremos el árbol de navidad, así que cuando regreses de trabajar, posiblemente encuentres la casa infectada de color rojo y verde.

—Trataré de no comerme las galletas y la leche para santa.

—Gracias, aprecio tu consideración.



•••



—¿Dónde está el apuesto joven con quien vives?— pregunto Selena al entrar a mi casa.

The Proposal. {h.s}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora