Sorpresa, perras. Apuesto que pensaron que eso era lo último de mi parte.

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Es el cumpleaños de Kongpob. Bueno, es su cumpleaños según los documentos que falsificó su novio alienígena.

Aunque Kongpob no parece despedir el mismo entusiasmo que un humano normal cuando le desean feliz cumpleaños. Arthit supone que a medida que creces, también pierdes ese sentido del entusiasmo y empiezas a ver tu cumpleaños como una cuenta regresiva, así que lo entiende de cierto modo.

Pero, aun así...

Es el primer año oficial de Kongpob en la tierra y Arthit había pensado en celebrarlo en grande, pero cambió de parecer ya que planear una fiesta no era exactamente lo suyo y aun así tiene mucho en la cabeza.

Tuvieron una comida simple hace rato en el bar de Bright con sus amigos y los de Kongpob. Bright había estado más que dispuesto a abrir su bar más temprano que lo usual, aunque Arthit pensó que esa era una simple excusa para tener una fiesta.

Arthit no les dijo a sus amigos que hoy es el cumpleaños de Kongpob hasta que los invitó a comer en el bar de Bright.

—Arthit no nos dijo que es tu cumpleaños —había dicho Prem, dando una palmada a la espalda de Kongpob. —Feliz cumpleaños, Kongpob.

—Gracias —Kongpob había hecho una reverencia, sonriendo mientras los otros lo rodeaban con felicitaciones.

Al lado de Arthit, Alice se acercó a él, golpeando su hombro.

—Gracias por invitarme —dijo Alice. —No tenía idea de que es el cumpleaños de Kongpob.

—Él realmente no dice nada a menos que se lo preguntes —dijo Arthit con cariño. —Y de nada. Eres la amiga de Kongpob sin importar lo malvada que seas —añadió, mirando con fingida molestia el rostro sonriente de Alice.

—Oh, calla —Alice tomó un sorbo de su bebida, mirando hacia Kongpob y a los demás mientras ríen por algo que había dicho Bright. —Sin mí, ustedes nunca habrían llegado hasta donde están hoy... o al menos les habría tomado más tiempo.

—Eso no lo discuto —refunfuñó. Arthit sonrió contra su propio vaso. Agradece que Kongpob haya encontrado a alguien como Alice, quien cuida muy bien de su novio en el café.

Alice fue hacia el grupo para charlar con los otros mientras que Arthit decidió quedarse lejos, contento por el momento al ver simplemente a Kongpob llevarse bien con el resto.

—Gracias por invitarnos —Arthit se giró hacia la entrada donde M y May acababan de llegar. —Lamento que hayamos llegado un poco tarde. M acaba de descubrir un nuevo producto para el cabello y se pasó una hora frente al espejo arreglándose el cabello.

—¡Trajimos regalos! —M ignoró a May, sosteniendo dos bolsas de papel en las manos. Su cabello parecía estar peinado meticulosamente, algo que Arthit no había visto realmente de este otro alienígena, pero el cambio era bienvenido.

—No tenían por qué —Arthit quería agradecerles por venir y por los regalos, pero M vio la mesa de postres y fue hacia ella de inmediato, arrastrando a May consigo.

—Lo siento, P' —May se disculpó antes de seguirlo. —Se vuelve loco por los dulces.

Arthit negó con una sonrisa. Kongpob notó la llegada de los dos y sus ojos se iluminaron de inmediato al reconocer a su único amigo alienígena.

Había algo en la sonrisa de Kongpob que hizo a Arthit sentirse cálido en el interior. Era bueno ver a Kongpob con otra gente que no fuera él.

Ambos han recorrido un largo camino. Kongpob ha recorrido un largo camino, y ver las conexiones y los vínculos que su novio ha formado durante este año, mandó a Arthit una ola de orgullo a todo su cuerpo.

ExtraordinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora