Algo dulce cuando estás triste

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    La primera vez de Kongpob en el mundo exterior salió bastante bien.

    Hubo un incidente en el que Kongpob saludó al chofer del autobús deseándole una jodida buena mañana, pero dejando eso de lado, su viaje al supermercado fue un éxito.

    Arthit pensó que sería difícil presentarle a Kongpob lo que la humanidad tiene para ofrecerle, pero el alienígena se lo tomó todo con la mente abierta mientras apuntaba a distintas cosas y preguntaba "¿qué es eso?" una y otra vez.

    Para ser francos, Arthit sintió que estaba fuera con un niño y no con un alienígena en sus veinte.

    Ya habían comprado lo necesario para el Señor Risas: un tapete para dormir, una caja de arena y una bolsa de comida para gato que a Arthit le costó más de lo que pensó, pero no le importó que su billetera se haya sentido más ligera cuando Kongpob sonrió y le agradeció.

    Ahora están en un local de fideos mientras esperan por su comida. No tienen nada más por hacer, así que Arthit piensa en hacerle un par de preguntas a Kongpob.

—¿De qué planeta eres? —Empieza.

    Kongpob deja de ver el mantel y lo mira diciendo:

—El planeta donde nací se llama M-21. Me parece que está a seis galaxias de aquí.

    La cabeza de Arthit está a punto de explotar. Saber que existen otras galaxias y otros tipos de alienígenas también es fascinante para Arthit y quiere preguntarle más sobre eso, pero algo le llama la atención.

—¿El planeta donde naciste? —Cuestiona Arthit—. ¿Eso significa que no eres originario de allí?

    La duda deforma los rasgos de Kongpob antes de responder.

—Mis padres no eran de M-21.

—¿De qué planeta son?

—L-3 —es lo que dice Kongpob cuando llega su comida.

    Arthit le agradece al empleado y observa a Kongpob. Esta es la primera vez que Kongpob come fideos, así que quiere saber cómo empezará a hacerlo el alienígena.

    Es una sorpresa para él cuando ve que Kongpob toma los palillos y la cuchara para tomar un sorbo de la sopa.

    Kongpob lo mira con una ceja alzada y dice:

—No soy un completo neandertal, Arthit.

—No dije que lo fueras —murmura antes de empezar con su propia comida.

    Comen en silencio después de eso. En algún punto, Arthit echa cautelosamente algo de picante en el plato de Kongpob, pero el otro lo descubre.

    A Kongpob no le gusta la comida picante, dice que hace que le duela la lengua y "Mis labios están que arden, Arthit. ¿Por qué te ríes? ¡Échame un poco de agua!"

    Arthit está a la mitad de sorber un largo fideo cuando Kongpob vuelve a hablar.

—Mi raza... —Empieza Kongpob.

    Arthit mastica los fideos mientras espera a que Kongpob continúe. Es obvio que eso es algo delicado para el alienígena y Arthit le da tiempo.

    Que Kongpob inicie ese tipo de conversación significa que confía en él, ese pensamiento le saca a Arthit una sonrisa y hace que algo tibio se instale dentro de él.

    ¿Son los fideos? Él piensa que no.

—Mi raza no tiene un hogar permanente —continúa Kongpob con lentitud, decidido a quedarse viendo al plato de fideos sin terminar en lugar de a él—. Somos refugiados.

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