Capitulo 17

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Los rayos del sol golpearon mi rostro despertándome. Otro lunes por la mañana.

Me levante de mi cama y me dirigí a el baño. Lave mi rostro y salí al oler el delicioso aroma de waffles. Baje hasta la cocina y como lo esperaba, ahí estaban. Servidos en la mesa, frente a mi abuelo el cual estaba leyendo el periódico, mientras tomaba su café. Mi abuela estaba en el jardín recogiendo flores para ponerlas en un florero.

_Buenos días.- Hable con una gran sonrisa llamando su atención.

_Buenos días Tara.- Hablo el regresándome la sonrisa.

Me senté y comencé a servirme el desayuno, junto con un jugo de naranja.

_Esto esta delicioso.- Solté mientras seguía comiendo.

Mi abuelo me volteo a ver con el ceño fruncido y mi abuela entro.

_Miranda, a nuestra nieta le gusto el jugo de naranja.- Dijo sorprendido.

Mi abuela me volteo a ver igualmente confundida.

_Tara, ¿Desde cuando te gusta el jugo de naranja?.- me pregunto mi abuela.

_No se.- dije encogiéndome de hombros.

_Has estado muy feliz últimamente.- Dijo mi abuelo, pero pareció mas una pregunta.

_Si, ademas ya no has tenido pesadillas tan seguido ¿verdad?.- Dijo mi abuela sentándose al lado de mi abuelo.

Hice una mueca con la boca y acabe mi desayuno sin decir nada.

_Ya se me hace tarde para ir a la escuela.- Dije levantándome de la mesa. Corrí hacia mi cuarto y me metí a bañar para ir a la escuela.

Una vez que ya estuve arreglada, baje las escaleras y vi que mis abuelos seguían en la mesa.

_Ya me voy.- Dije despidiéndome de ellos.

_Tara espera, yo te llevo.- Dijo mi abuelo levantándose para tomar las llaves del coche.

_Esta bien abuelo, me va a hacer bien caminar.- Dije abriendo la puerta.

Solo lo vi asentir y sali de la casa. Suspire, no sabia muy bien por qué había huido así de ellos, tal vez, solo no sabia como decirles que estaba saliendo con Siete. Porque sabía que esa era la razón de mi cambio de humor y el por qué ya no tenia pesadillas tan seguido.

Comencé a caminar directo a la escuela. No estaba muy lejos y el día estaba muy bonito hoy. Seguí caminando pero sin darme cuenta había chocado contra alguien, haciéndome trastabillar y caer.

Vuelvo a usar vestido, me vuelvo a caer y a lastimarme. Al parecer los vestidos me traían mala suerte.

_Lo lamento mucho.- Dijo una voz delante de mi.

Levante la mirada de mis manos y tome la mano que el sujeto me estaba ofreciendo para ayudarme a levantarme.

_Muchas gracias.- Dije limpiando mi vestido.

_No hay de que. En realidad te debo una disculpa, no vi por donde caminaba.- Dijo y por primera vez lo vi a la cara.

Era un chico de pelo castaño corto, con piel muy blanca, alto y su cuerpo se veía muy trabajado, pero sin exagerar. En realidad era muy apuesto.

_Esta bien, no te preocupes. Yo tampoco vi por donde caminaba.- Dije sintiendo como mis mejillas se sonrojaban poco a poco.

_Bueno, ya me tengo que ir. Adiós.- Me despedí siguiendo mi paso.

_Espera.- Me llamo tomando mi brazo.

Vi como su mano apretaba mi brazo  y me aleje un poco de el incomoda, haciendo que me soltara.

Just one breathWhere stories live. Discover now