Capitulo 11

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Tome la charola con mi comida y camine hacia una mesa vacía. Me senté y comencé a comer mi almuerzo en silencio hasta que sentí como alguien se sentaba a mi lado. Para luego ver como Siete y Steven se sentaban en frente de mi.

_¿Que hacen?- Pregunte con el ceño fruncido.

_Te dijimos que te íbamos a cuidar. - Hablo Marcus robándome mi jugo.

_Pero estamos en la escuela.-

_Samuel Polar tiene infiltrados en todos lados. ¿Crees que somos los únicos que trabajan para el? - Hablo Siete encogiéndose de hombros.

Asentí y segui comiendo. Sentí miradas encima de mi y confundida vi a todo mi alrededor. Casi todos en la cafetería veían hacia la mesa en donde estábamos. No lograba escuchar lo que decían, sin embargo ya podía imaginármelo. Hace menos de un mes Siete me había amenazado de muerte y ahorita el y sus amigos comían tranquilos, al lado de mi.

Me encogí en mi lugar y seguí comiendo mi hamburguesa.

_Acabando la escuela, mi papá nos necesita en el taller.- dijo Steven rompiendo el silencio.

_Perfecto, así voy a poder arreglar mi moto.- Hablo Siete alegre. Se veía muy relajado.  Se veía muy bien, parecía más joven.

_Tu nos vas a acompañar.- Hablo Marcus llamando mi atención.

_Pero tengo que llegar a comer con mis abuelos.-

_Tus abuelos no están en Long Valley ¿Se te olvido que iba a ir a la ciudad con mi mamá?-

Fruncí el ceño. No lo sabia. Seguramente no lo sabia escuchado cuando lo dijeron.

_De todas formas, tengo mucha tarea que hacer.- me justifique.

_Tara, creo que todavía no entiendes. No puedes estar sola y ahorita que tus abuelos no están, no te vamos a dejar sola.- Dijo Siete volviendo a su postura seria.

_Okay.- Me di por vencida.

Los chicos siguieron hablando como si nada y yo me quede viéndolos. Era algo tonto, pero me gustaba estar con ellos. Me hacia sentir como si tuviera amigos.

Cuando el almuerzo acabo, los cuatro nos levantamos para ir cada uno a su respectiva clase. Pero me quede quieta al ver, como Siete tomaba mi mochila y caminaba a mi lado.

_¿Crees que no me di cuenta, en como te arden las heridas de tus manos al cargar la mochila?- Pregunto sin verme.

_Pero es solo cuando la agarro.-

_Solo cállate y sigue caminando.- Dijo.

Lo mire un poco confundida y lo seguí a paso apresurado. Si habían muchas miradas encima de mi en la cafetería, ahora estas se habían multiplicado.

Llegamos a mi salón y nos detuvimos en la entrada.

_Gracias.-

El me volteo a ver, quitando su mirada de mis compañeros de salón, que al igual que todos los demás, nos veían.

_Nos vemos en el estacionamiento a la hora de la salida.- Dijo entregándome la mochila. La tome sintiendo el escozor en la palma de mis manos, sin embargo no lo hice notorio.

Asentí dispuesta a entrar, sin embargo su mano en mi mejilla me detuvo. Sacándome todo el aire que había en mis pulmones.

Paso un mechón de pelo detrás de mi oreja y sin mas se fue. Dejándome a mi y a todos los que lo vieron, sorprendidos.

Entre al salón y me senté lo mas apartada que pude de todos. Saque mi cuaderno de dibujo y me concentre en dibujar, lográndome distraer de todo y de todos.

Just one breathWhere stories live. Discover now