Perdón u obligación

590 31 45
                                    

Sofía se dejó llevar por unos minutos. El beso que compartía con Hugo era placentero, aunque no era lo que necesitaba.

~¡Hugo! No puedo seguir así... Te agradezco por aclarar las cosas con mi padre, pero tú infidelidad no la puedo pasar por alto.

~¿Hubieras preferido ser atacada por Amber?

~Aun así, logró su cometido, me dejó invalida y casi pierdo a mi hijo.

~Me dolió dejarte inconsciente por salir a buscar a Amber, mientras lo hice, sentí que te perdía. En un comienzo pensé que quería que estuvieras conmigo hasta el fin de mis dias, pero ese día me di cuenta que, solo me bastaba con saber que tú estabas viva, ¡estaría incompleto sin ti! pero al menos podría mirarte desde lejos. Incluso si ya no me quieres a tu lado... Yo seguiré amandote como el primer día, como lo hice desde que eramos niños.

~Entonces ¿Por qué me orillaste a cometer tantos errores? ¿Por qué elegiste a Amber y no a mí?

Hugo se quedó pensando por unos momentos, hasta que los recuerdos de su reencuentro con Sofía volvieron a su mente.

~Cuando le conté a mi padre que estaba interesado en una de las princesas de Encantia, él decidió observar la situación, sin embargo, mi único fin, era que me contara sobre ti. Cómo no lo hizo, decidí visitarlos. Al verte, mi corazón latió con fuerza, pensé en confesarte mis sentimientos de inmediato, pero, Amber apareció al mismo tiempo, al principio no le preste atención, pero conforme pasaron los días, ella comenzó a citarme a escondidas de tu padre, aparentemente me daba consejos para conquistarte... Pero poco a poco fue conquistando mi inexperto corazón. Sin pensarlo me le declare en aquel baile, en lugar de hacerlo contigo, sabiendo que tú sufririas por mi causa, pero ya no pude dar marcha atrás...¡No resistí tu cara de tristeza cuando te enteraste de la noticia! Intenté fingir que no me daba cuenta, pero... Me reprochaba cada lágrima que derramabas.

Sofía bajó la mirada con tristeza, aún lo amaba, ¡más que a nadie! pero no podía olvidar tan fácilmente.

~No puedo... Este sentimiento, está clavado en mi corazón, como un puñal.

Un golpe hizo que Hugo soltara la mano de Sofía y se dirigiera a la puerta.

En seguida observó la figura del señor Cedric, el hombre se encontraba con la mirada baja y la espalda jorobada.

Sofía sintió un gran remordimiento al ver el rostro de su viejo amigo y sus manos comenzaron a temblar de nervios.

~¿Puedo ayudarlo? Mencionó Hugo con firmeza.

~Me gustaría hablar con Sofía, a solas. Titubeó frotando sus manos.

~¿Con mi esposa? No lo creo posible. Contestó, mientras se ponía erguido, intentando demostrar poder.

~¿Por qué no? Alzó la voz.

~Después de todo lo que supe el día de mi boda ¿crees que puedo confiar en alguien como tú? Has amado a mi esposa desde que tenía 15 años, sin importar la diferencia de edad... No puedo decir que tenga celos de ti, porque no es así, pero algo dentro de mi, me impide dejar ir a Sofía.

~Basta Hugo, déjalo pasar y sal de la habitación. Interrumpió Sofía.

Hugo la miró con asombro e intento quejarse, sin embargo sabía que era imposible hacerlo, así que decidió salir de la habitación sin objetar.

Cuando pasó por la puerta, observó al hechicero con altivez y siguió su camino.

~¿A qué debo su visita, señor Cedric? Murmuró intentando no mirarlo a los ojos.

~Princesa Sofía, quiero disculparme por lo que ocurrió el día de su boda, ¡jamás le haría daño! por eso no me presté a los juegos del príncipe Axel.

~Sé que no lo harías, pero yo te he lastimado tanto, que ya ni siquiera puedo mirarte a los ojos o llamarte amigo. Te agradezco por no haberme delatado y quiero pedirte disculpas por haberte amenazado. Como puedes ver, ahora sí estoy invalida.

Cedric se acercó hasta ella y le tomó las manos.

~Quizás pueda revertir todo el daño.

~Eso es imposible, ningún médico puede hacerlo.

~Existe una leyenda que dice, que una gota de luz de sol cayó al mundo, se enterró en la tierra y creció como una dorada flor, esta flor puede sanar cualquier herida. Solo debes tomar su jugo y todo será como antes.

~¿Dónde se encuentra?

~En el reino de corona, haré un viaje, solo por ti y tu sanación. Sonrió, mientras observaba como Sofía se aproximaba a él para darle un beso en la mejilla.
El hechicero se sonrojó e intentó esconder su rubor.

~Se lo agradezco... A pesar de todo ¡Aún quiere ayudarme! No comprendo porqué.

~El amor puede ser así, no importa lo que me hiciste, yo te cuidare como si fuera la primera vez.

~Señor Cedric... ¡No sé que decir!

~Con un simple gracias me conformo. Te prometo que volveré en dos días y todo esto será solo un recuerdo amargo.

Cedric se acercó hacia la puerta y le dió una última mirada a Sofía, antes de abrir la puerta y encontrarse con Hugo parado frente a él.

~¿Todo salió bien? Comentó entrando en la alcoba.

~Perfectamente, tal vez haya una esperanza para mí, quizás pueda volver a caminar.

~¡No puedo creerlo! Le contaré a mi padre, debes volver conmigo, Albuquerque es tu nuevo hogar, debes estar junto a mi.

~Hugo, nunca dije que volvería contigo.

Clover saltó hasta su regazo y Sofía comenzó a acariciarlo.

~Sofia, tal vez debas volver con tu esposo. Comentó el conejo.

~No Clover, no es tan fácil.

~¿Dijiste algo, Sofía?

~Estoy hablando de ti con Clover, no me interrumpas.

~Espero que no esten diciendo nada malo. Sonrió llevándose la mano a la nuca.

Mientras tanto, Amber era escoltada por el rey Roland hasta la casa de su hermana Tilly.

~¿Pasó algo? Preguntó la mujer al verlos descender del carruaje.

~Amber nos engaño, hizo que juzgaramos mal a Sofía y debido a sus antecedentes, tú y yo caímos en su trampa.

~¿Por qué?

~ Intentó seducir al esposo de su hermana y matar a Sofía.

~Y yo trate mal a Sofía... ¡Amber! ¿Cómo pudiste engañarnos?

Tilly se llevó las manos a la cara y los hizo pasar.

La maldad de la juventud. La otra cara de la moneda.Where stories live. Discover now