El amor no correspondido

384 20 29
                                    

Axel se encontraba encerrado en su habitación, su conversación con Sofía daba vueltas una y otra vez en su mente. Recordaba su tacto, la forma en la que lo miraba... A pesar de todo el daño que le había hecho, un ligero sentimiento de amor se había clavado en su alma y había sido así, desde un inicio, aunque intentará encubrirlo con odio.

~¡No puedo amarla! Gritó tirando las cosas de su escritorio.

Todos en el castillo se percataron de su ira, así que Hugo decidió acercarse hasta la habitación de su hermano.

~Axel, ¿te encuentras bien?

~No estoy bien Hugo. Por favor, déjame solo.

~Sé que nunca hemos sido buenos hermanos, ni siquiera recuerdo la última vez que jugamos juntos.

~Siempre te he detestado, Hugo y ahora comprendo porqué.

~Axel... No comprendo.

El joven estaba a punto de confesarle todo, cuando una voz lo interrumpió.

~¡Hugo! ¿Te encuentras bien? Preguntó Sofía entrando en la habitación.

~Si Sofía, ¿Cómo podría estar mal si me encuentro a tu lado? Mencionó mientras recibía las caricias de su esposa.

~Soy yo quién se encuentra mal. Gritó Axel provocando que Sofía diera un paso en retroceso.

~Lo lamento mucho, si hay algo que pueda hacer por ti.

~¡Vete de aquí! ¡Desaparece de mi vida!

~¿Por qué le hablas así? Sofía solo trata de ayudar. Gritó Hugo.

~Ella es la causante de todo, gracias a ella mi vida es un desastre, nadie confía en mí y me consideran un traidor.

~Tal vez deba hablar con él a solas. Mencionó Sofía provocando que Hugo saliera de la habitación.

Cuando su esposo se encontraba lejos, la joven cerró la puerta con seguro y se acercó con furia hasta el pelirrojo.

~¿Qué planeas lograr? ¿Quieres que Hugo me deje?

~¿Crees que perdería mi tiempo en eso? Él te dejará cuando abra los ojos y se de cuenta que eres una mala persona.

~¡Te odio, Axel! No sabes por lo que he pasado, no tienes derecho de arruinar lo que con tanto trabajo he logrado.

~Prefiero que me odies a que seas indiferente conmigo, porque el rencor quiere menos que el olvido.

~¿De qué hablas? ¡Estás loco!

~Si tú me odias quedaré convencido de que me amas con insistencia, porque tan solo se odia lo querido.

~No te quiero, me produces repugnancia. Gritó provocando que Axel se levantará de su silla.

Su mirada se ensombrecio y comenzó a caminar hacia ella, sin decir una sola palabra.

~Sofía, no lo repetiré otra vez, ¡Vete o te haré algo que nunca olvidarás!

~¿Qué me harás? Nadie puede hacerme daño. Habló antes de ser tomada por los hombros y sentirse acorralada contra una pared.

~En este momento, ni siquiera Hugo podrá salvarte.

Los ojos de Sofía se llenaron de miedo y con temor los cerró mientras recibía un apasionado beso por parte del pelirrojo.

Ella intentó separarse, sin embargo Axel la inmovilizó para que no se escapara.

~Axel, ¡déjame!

~¿No era eso lo que querías esta tarde? Me provocaste tanto que creí que sentías lo mismo.

Fue en ese momento que Sofía pensó que de esa forma podría callar a Axel y tenerlo de aliado.

~Soy la esposa de tu hermano, lo amo más que a mí vida.

~¿Hugo importa? Ahora solo estamos tú y yo. Te aseguro que si me correspondes, dejaré de arruinarte, por el contrario, no descansaré hasta verte suplicando por tu vida.

Unos pasos se escucharon en el pasillo y ambos jóvenes se separaron.

~Esta bien Axel, te aseguro que no te defraudaré, ahora debo volver con Hugo o comenzará a sospechar. Comentó antes de dirigirse hacia la puerta.

Cuando estaba a punto de salir le lanzó un beso, provocando que el príncipe se sonrojara.

Sofía caminó con furia por los pasillos y limpió sus labios con molestia, le daba asco tener que besar a Axel, pero era algo necesario o su reputación correría peligro al tenerlo como enemigo.

~¿Pasó algo? Preguntó Hugo al verla entrar en su habitación.

~Nada, creo que logramos limar asperezas. Te aseguro que Axel no volverá a molestarnos.

~¿Estás segura Sofía? Te noto extraña.

Los ojos de la joven se inundaron de lágrimas y se dejó caer sobre el regazo de su esposo.

~¡Axel me beso! Pero debes prometerme que no lo enfrentarás. Dijo que debía ocultartelo, pero no puedo hacerlo. Jamás defraudaré tu confianza.

~¡Me las pagará! Haré que se coma sus palabras.

~¡No debes hacerlo, Hugo! Lo prometiste... Además yo no enfrente a Amber cuando te beso... ¡Por favor! Guárdalo como un secreto.

Las facciones de Hugo se ablandaron al notar la tristeza de Sofía.

~Esta bien, pero de ahora en adelante, tendré más cuidado contigo. Te protegeré de cualquier peligro ¡Ya verás! Seremos muy felices.

Sofía se abrazó al pecho de Hugo y sintió como latía su corazón.

Mientras tanto, Esmeralda se encontraba llegando al castillo de Albuquerque.

~¿Viniste a ver a mi hermano? Mencionó Axel.

~No, de hecho vine a verte a ti. Quiero que platiquemos.

Axel levantó una ceja y la hizo pasar a uno de los salones.

~Es extraño que te interese mi charla.

~Tenemos algo en común, ambos queremos destruir a Sofía, los dos la odiamos.

~No concuerdo, de acuerdo a mi experiencia, tan solo se odia lo querido.

~Yo no quiero a Sofía... ¿Acaso tu si? Mencionó mientras sus ojos se abrían de la impresión.

~El amor es algo muy subjetivo, quizás siento una atracción muy fuerte hacia ella, me gustaría poseer toda esa maldad, hacerla mía con cada beso y caricia. Poder domar su fuerte carácter, que se ha enfrentado a mi tantas veces.

Esmeralda apretó los puños con molestia.

~¡Sofia es despreciable! ¿Cómo puede ganarse su amor tan fácilmente?

~Sé que quieres a Hugo, no te preocupes, ese matrimonio no durará mucho y podrás quedarte con él.

~¿Y tú obtendrás a Sofía?

~Ese nunca ha sido mi plan. Contestó con apatía.

~¡Ya no quiero a Hugo! Creo que tú eres el indicado para mí, me entiendes y podemos platicar de cualquier cosa. Por eso odio que Sofía haya ganado tu corazón.

Axel se quedó en silencio, mientras la joven salía de la habitación.







La maldad de la juventud. La otra cara de la moneda.Where stories live. Discover now