Soledad

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A la mañana siguiente Hugo fue el primero en levantarse, normalmente esperaba pacientemente a que Sofía despertará para darle un tierno beso en los labios.
Sin embargo, esa mañana fue distinta.

Los ojos de Sofía se abrieron y en lugar de encontrarse con la mirada enamorada de Hugo, un lugar vacío apareció en su vista.

~¡Hugo! Gritó desesperada.

~Aquí estoy Sofía, debo salir. Contestó con frialdad.

~¿Pasa algo? Te noto cambiado.

~Nada Sofía, disfruta tu día. Habló antes de salir de la habitación.

Sofía se abrazó de su almohada y comenzó a sentir como un escalofrío recorría su cuerpo. Hugo ni siquiera se había girado a mirarla, mucho menos le había dado un beso de despedida.

El joven salió rápidamente de su habitación, encontrándose con su hermano en el pasillo.

~Buenos días hermanito, ¿Pasaste buena noche?

Hugo recordó su charla con Sofía de la tarde anterior. Le hervía la sangre al imaginar que su hermano pudiera tocar a su esposa de nuevo, sin embargo le había hecho una promesa y la cumpliría.

~Fue una noche espectacular, ¿Y tú? ¿Pudiste conciliar el sueño?

~Afortunadamente si, aunque no tengo tanta suerte como tú. Yo no estoy recién casado.

~Espero que lo hagas pronto, así dejarás de mirar mujeres prohibidas. Mencionó antes de seguir de largo.

Axel se recargó contra uno de los pilares y se burló de él.

~No puedes darme lecciones de buena conducta. Tú eres el primero en romper cada una de las reglas.

~No es necesario que me lo recuerdes.

Hugo siguió su caminó y subió a su yegua Electra.

Inicialmente no tenía un destino fijo, pero conforme iba avanzando, notó que se acercaba al ducado de Encantia.

~¿Qué estoy haciendo? Negó intentando dar la vuelta. Sin embargo notó la figura de Amber entre los jardines de la mansión.

~¡Hugo! ¿Qué haces aquí? Gritó provocando que el joven descendiera de su caballo.

~Ni yo lo sé, cuando me di cuenta, ya me encontraba sobrevolando Encantia.

~Eso me alegra, porque podremos pasar un momento juntos. Contestó acercándose hacia él.

Hugo comenzó a ponerse nervioso y su voz tembló.

~¡No puedo! Debo volver con Sofía.

~Dime ¿Cuáles son tus verdaderos sentimientos?

~Amo a Sofía porque siento que debo protegerla, últimamente me ha demostrado que me necesita más de lo que creí.

~¿Por qué no la elegiste antes que a mí?

~Ese era mi plan inicial, pero después recordé que ella siempre había sido una persona fuerte, independiente que no necesitaría de mi, en cambio tú eres una princesa ejemplar y delicada. Eso fue lo que llamó mi atención.

~Tú realmente no amas a Sofía, en realidad tienes codependencia de ella, la quieres en el momento que está contigo, pero eso no es amor.

~Quisiera que esos momentos nunca terminarán. Lloró recargando su cara contra el tronco de un árbol.

~Pero sabes que esa felicidad terminará tarde o temprano.

~Por eso quiero que te alejes de mi ¡Deja que sea feliz! Olvida todo lo que ocurrió en el pasado.

Amber bajó la mirada, sin embargo, casi de inmediato, levantó la vista con orgullo.

~Me gustaría que fueras feliz, pero quiero que Sofía sufra tanto como yo lo hice, por eso no puedo dejarlos hasta lograr mi objetivo.

~Me decepcionas, no creí que le pagarás con la misma moneda, pensé que eras distinta, pero ya veo que no puedo confiar en nadie.

~No confíes ni en tu propia esposa, cuando se cansé de ti, te dará una puñalada por la espalda, te dejará muerto en vida y suplicarás que está agonía terminé, pero ya será demasiado tarde, habrás perdido todo lo que has ganado.

~¡Sofía nunca me haría daño! Ella me ama.

~Si ella es tan leal como dices, tú serás el que la traicionara. Quedarás tan obsesionado conmigo que ni siquiera querrás volver a tocarla.

Hugo dió un paso en retroceso y sintió como los brazos de Amber envolvían su cuello.

Tragó saliva e intentó escapar, pero se perdió en la mirada de su ex prometida.

~No sé por qué vine a buscarte, pero me doy cuenta que fue un error. Te aseguro que jamás volveré a caer en tus provocaciones.

~Ya veremos Hugo, ahora vuelve con Sofía y dile que le deseo un feliz matrimonio, si logra mantenerlo vivo.

Hugo dió media vuelta y volvió a subir a su yegua.

~No estés tan segura, Amber.

Hugo emprendió el vuelo, no obstante su mente no se encontraba concentrada.

Desde las alturas observó un lago, así que decidió bajar para refrescarse. Tenía que despejarse y dejar atrás todas sus dudas.

El agua estaba tibia, pero eso lo ayudó a relajarse y poder volver a su hogar con la cabeza fría.

~¿Por qué estás mojado? Preguntó Garrick al ver entrar a su hijo.

~Cai en un lago, pero estoy bien, no hay nada de que preocuparse.

~Hugo... Te noto raro ¿Tienes problemas con Sofía?

~Con Sofía ninguno, pero me siento fatal.

~¿Por que? Sabes que puedes contarme cualquier cosa.

Sofía estaba a punto de entrar a la habitación, cuando escucho la voz de Hugo, así que decidió esperar.

~Me siento mal porque he tenido malos pensamientos, yo amo a Sofía con todo mi ser, pero Amber me ha besado dos veces y yo he disfrutado cada uno de esos besos, ella dice que hará sufrir a Sofía, que yo regresaré con ella y comenzará el calvario para mí esposa ¿Qué puedo hacer? He intentado alejarme de ella para proteger a Sofía, pero mis pasos siempre me regresan a su lado. Es como si se tratara de una maldición de la cual no puedo escapar. ¿Crees que hice mal al casarme con Sofía?

~Campeón, tuvimos una charla parecida hace unos meses. Me preguntaste que hacer, si amabas a Sofía, pero estabas comprometido con Amber y tú mismo tomaste una decisión, seguirías adelante con tu compromiso con Amber, sin embargo ahora es distinto, tú ya estas casado con Sofía. Ella es tu legítima esposa, debes serle fiel y amarla como se lo prometiste frente al altar, no dejes que Amber te confunda porque es lo único que quiere.

La vista de Sofía se ensombrecio al enterarse de lo que estaba planeando su hermana.

~¿Por qué estás escuchando la plática del rey? ¡Eso es un delito! Habló una voz provocando que la castaña se sobresaltara.

La maldad de la juventud. La otra cara de la moneda.Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz