Deja ir el pasado.

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Hugo se encontraba sentado a la orilla del lago, se reprochaba una y otra vez el haber hecho sufrir a Sofía.

~Vaya, te ves terrible. Mencionó Esmeralda tomando su hombro.

~No merezco nada, soy despreciable... Sin embargo yo jamás le falte al respeto a Sofía, yo he sido solo suyo en cuerpo y alma. No comprendo ¿Por qué todos cometen errores y pueden ser perdonados, pero conmigo no es así?

~No debiste ceder, conmigo jamás lo hiciste, porque tenías a Sofia clavada en tu corazón. ¿Qué hizo a Amber diferente?

~Quizás fue que ella me aseguro que lograría destruir a Sofía, me asustó que le hiciera daño, supo engañarme, tal como lo hizo Sofía en el pasado ¡A veces quisiera no ser tan manejable, tan cambiante!

Esmeralda se sentó a su lado e intentó hacerlo sentir mejor.

~Estabas cegado, dejaste a Sofía malherida y escogiste a Amber.

~Crei que era un chantaje... ¡No pensé que realmente estuviera embarazada! Ahora Sofía y el bebé corren peligro. Si no existe Sofía, no puede existir Hugo. Mi vida automáticamente se apagaría por un error que no puedo corregir.

Mientras tanto Sofía se encontraba llorando en su habitación, su vida iba desmoronadose poco a poco.

~El amor puede cegar tanto, veo como la alegría se escapa de mis manos. Exclamó mientras dejaba caer su anillo de bodas. Sin saber que su hermana tenía el mismo sentimiento reprimido.

Amber había tratado a Hugo de una forma tan incensible que ella misma se reprochaba lo que había hecho “Lo amaba y lo seguiría haciendo por el resto de su vida". Su compromiso con Dereck era solo un escape de su realidad.

Era cierto que había logrado su venganza, pero aún no se encontraba satisfecha, tenía que volver a verlo, una vez más.

Voló hasta el castillo de Albuquerque y se encontró a su amado en compañía de una extraña mujer que tenía su mano entrelazada con la suya.

Con cautela esperó a que Hugo se encontrará solo y salió a su encuentro.

~¡Amber! ¿Qué haces aquí?

~Ya no seré la amante secreta. Exclamó entre sollozos. ~Ya sea en el cielo o en el infierno, un sitio al fin solo para los dos.

Hugo notó cierta locura en el rostro de la joven e inmediatamente intentó dar algunos pasos en retroceso.

~Amber... Sofía tenía razón, yo jamás llegué a amarte, no realmente. Nunca arriesgue nada por ti, nunca me provocó besarte en los labios, mucho menos tocarte a pesar de que tuve la oportunidad, tú aún sigues teniendo tu castidad intacta. En cambio... Sofía me provocaba tantos sentimientos y sensaciones. Y por tu culpa la destruí hasta dejarla sin aliento, ella está invalida y espera un bebé cuya luz se apaga rápidamente. Al irme contigo, no sabía todo lo que estaba perdiendo, aunque lo hubiera descubierto poco tiempo después.

~Cometí un error al dejarte ir está mañana, debimos huir juntos... Debí convertirme en tu mujer, como estaba planeado desde un inicio. ¡No opaqué a Sofía para que te terminarás casado con ella!

~¿A qué te refieres?

~Yo sabía que pedirías la mano de Sofía, no podía permitirlo, así que comencé a alejarte de ella, creíste estar enamorado de mi, pero no fue así, solo hice que cambiarás de objetivo.

Hugo se llevó las manos a la cabeza y comenzó a negar.

~No volveré contigo, ¡prefiero morir! Gritó mientras observaba como Amber sacaba una pequeña navaja de entre sus ropas.

~Entonces cumpliré tu deseo, Hugo.

Amber se aproximó hasta él y Hugo se tenso de inmediato.

~Nada ganarás matándome. Titubeó con temor.

~No tengo planeado hacerlo, mataré un pez más gordo. Tal vez de esa forma deje de interponerse en nuestro camino.

~¡Sofía! No lo permitiré, no puedo dejar que ella muera por mi culpa. Si te deshaces de ella, yo me quitaré la vida en ese mismo instante. ¡Si ella no existe yo tampoco puedo hacerlo!

Amber dejó caer al suelo la navaja y observó a Hugo con melancolía.

~Hace unos días decías que me amabas, que yo era tu todo y que no te interesaba Sofía ¿Por qué cambiaste de opinión?

~Porque no estaba siendo sincero contigo en ese momento, pensé que si te seguía la corriente dejarías esa obsesión de venganza contra Sofía, por otra parte, no podía seguir tratando a mi esposa con normalidad, ya que si te lo decía, tú te darías cuenta de mi plan.

~Dime... ¿Alguna vez me amaste? Susurró con los ojos llenos de lágrimas.

~Te he apreciado toda mi vida, pero no sé si he llegado a amarte.

Amber se dejó caer en el suelo y tapó su rostro con ambas manos.

Hugo se detuvo unos momentos, sin embargo dió media vuelta para implorar a su padre que lo dejara quedarse en el castillo.

~¡No me dejes Hugo! ¡No lo hagas!

~Te deseo una vida feliz. Mencionó sin mirar atrás.

Sofía observó todo desde su ventana, sin decir una sola palabra.
Aunque se sentia mal por su hermana, un pequeño sentimiento de satisfacción se clavó en su corazón.

La princesa esperó con ansias que Hugo entrara en su habitación, pero no fue así.
El joven tendría que pedir perdón a su padre antes de pensar en pisar el castillo otra vez.

~Papá ¿Puedo pasar? Mencionó desde la puerta.

El hombre se encontraba con las manos sobre su frente cuando el joven llegó.

~Te vi hablando con Amber ¿Por qué no te fuiste con ella?

~No me iré, jamás he estado feliz a su lado. ¡Por eso me case con Sofía sin objetar! Aunque sabía las cosas malas que había hecho ¡Nada de eso me importó! Pero ahora la destruí.

~Sofia es una buena mujer que daría cualquier cosa por tu felicidad, incluso su vida.

~¡Permíteme arreglar las cosas!

~Si ella te admite, así será, por el contrario no hay nada que yo pueda hacer.

~Gracias, les aseguro que no los defraudaré.

Axel se encontraba afuera de la habitación en compañía de Esmeralda, aunque la joven intentará hacer que los hermanos se reconciliaran, era imposible lograrlo.

~Asi que mi padre te permitió volver. Mencionó al ver a Hugo parado frente a él.

La maldad de la juventud. La otra cara de la moneda.Where stories live. Discover now