Confusion.

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Sofía y Hugo se pusieron sus botas para escalar, Amber por otra parte había comenzado a hacer pucheros, sin embargo, a pesar de no estar de acuerdo, no podía decepcionar a su prometido.

~¡Vamos Amber! Sé que no te gusta hacer esto, pero, como te casarás con Hugo, debes acostumbrarte. Sonrió Sofía intentando llevarla hacia ella.

Amber esbozo una sonrisa forzada y se dispuso a seguirlos.

~Creo que es muy sencillo hacer esto ¿No lo crees Amber?

~¡Claro Sofía! Aunque no puedo seguirles el paso, bajó la mirada mostrando sus rodillas totalmente raspadas.

~¿Te encuentras bien? Si quieres podemos parar. Comentó Hugo corriendo hacia ella.

~¡No! Sofía está tan emocionada, no puedo hacerle esto, por favor, deja que me quedé aquí disfrutando de la vista, acompañala hasta el final de la montaña y por favor, no dejes que nada malo le suceda.

~Pero Amber, era nuestro día, ¡lamento haberlo arruinado!

~No fue así, sé que te gustan los deportes extremos, pero yo no soy así, te prometo que a pesar de todo intentaré acoplarme a ti. ¡Ya lo verás!

Hugo sonrió y junto su frente con la de su princesa.

~Esta bien, volveré más tarde.

El joven tomó su mochila, ató bien sus botas y se apresuró para alcanzar a Sofía.

~¿Le pasó algo a Amber?

~Tiene las rodillas lastimadas, no podrá seguir.

Por un momento el corazón de Sofía se ablando e intento volver para sanar las heridas de su hermana, pero los ojos y la sonrisa de Hugo le impedían hacerlo.

Sus puños se apretaron e intentó contener el llanto.

~¿Qué te ocurre Sofía?

~No soy una buena persona, pero no puedo evitar hacer cosas malas.

~¿A qué te refieres? Titubeó con ingenuidad.

~¡Jamás lo entenderías! No podrías comprender lo que hay en mi corazón. Aunque yo intenté salir de este infierno, ¡no puedo hacerlo!

~¿Alguien te rompió el corazón?

~Aunque así sea, nunca podré estar con él, él ama a otra mujer.

Hubo un silencio incómodo entre ambos.

~Sofia... ¡Eres maravillosa! La persona más linda que he conocido, eres mi mejor amiga y no puedo verte triste, si estuviera en mis manos, te aseguro que jamás dejaría que sufrieras.

~Gracias Hugo. Sollozó abrazándose de él.

~¿Puedo confesarte algo? Te ves mejor con tu antiguo aspecto, por favor no vuelvas a vestirte de esta forma tan provocativa, porque no va contigo.

~Si así te gusta, lo haré. Soltó una pequeña risa, mientras sus lágrimas seguían brotando.

El príncipe la apretó con fuerza e intentó encubrir sus lágrimas.
En el fondo comprendía que había sido el causante de su tristeza, aunque no quería reconocerlo.

~¿Te sientes mejor ahora? Sonrió acomodando su cabello.

~Mejor, gracias por todo y disculpa si en algún momento hago cosas malas, de verdad, no puedo controlarme.

~Para mi siempre serás una niña bondadosa que busca el bien siempre, aunque se vea implicada su felicidad y espero que continúes de esa forma. Comentó guiñandole el ojo.

Sofía se sonrojó y desvío la mirada.

~Espero no defraudarte, me daría miedo que llegarás a odiarme.

~No lo harás Sofía. Y jamás podría odiarte, no importa las cosas malas que hagas, siempre te querré como el primer día.

~¿Por qué no seguimos? Amber se preocupara si no volvemos pronto.

~Bueno, pero te aseguro que no podrás ganarme, yo escalare la montaña primero.

Sofía sintió como su época de niñez volvía con cada juego.

Al regresar a dónde se encontraba Amber, la castaña notó que la joven rubia se encontraba deshojando una pequeña margarita.

~¿Tienes dudas sobre tu amor? Mencionó Sofía con delicadeza.

~No es así, tengo miedo de lo que ocurrirá.

~El futuro siempre será incierto, nadie sabe lo que pasará más adelante. Aún así debes disfrutar lo que tienes o después puede ser demasiado tarde.

Amber se levantó de su asiento y miró fijamente a su hermana.

~Siempre eres muy buena con todo el mundo Sofía ¿Alguna vez has tenido malos pensamientos? ¿Has querido hacerle daño a alguien?

Sofía apretó los dientes y Hugo notó su incomodidad.

~Todos hemos hecho daño a alguien en algún momento de nuestra vida, el secreto está en reparar el daño y volvernos mejores personas. Interrumpió tomando el hombro de la princesa castaña.

~Es cierto, Sofía y tú tuvieron un mal inicio y ahora son los mejores amigos. Sonrió Amber entrelazando sus brazos entre los de ellos.

La mirada de Sofía y Hugo se encontró y una sonrisa instantánea apareció en sus rostros.

Esa noche Hugo apenas pudo dormir, su conversación con Sofía volvía una y otra vez a su mente.

“Nunca podré estar con él, ama a otra"

~Oh mi querida Sofía, espero que puedas encontrar el verdadero amor y olvidar este momento amargo. Mencionó antes de cerrar los ojos nuevamente

Al despertar, su primer pensamiento fue el rostro de Sofía, su mejor amiga, su compañera de vida, ahora se veía distinta, había algo que lo mantenía intrigado, tal vez era el hecho de que le había confesado los pecados que había cometido por amor.

El amor puede cegar tanto. Sofía estaba despechada y veía escapar la felicidad de sus manos.

Rápidamente se alistó y voló hasta Encantia.
Esperaba encontrar a su amiga devastada, llena de pesar, tal como la había visto la tarde anterior. Por el contrario, una visita se encontraba paseando por los alrededores de Encantia y Sofía parecía más complacida de lo normal.

~Es un gusto verte de nuevo príncipe Dereck, no esperábamos tu visita. Mencionó la princesa con cortesía.

~Nunca es tarde para visitar a mis viejos amigos. Contestó besando sus nudillos con galantería.

Hugo observaba a lo lejos, sin hacerse presente.

~¿Te ocurre algo? Escuchó la voz de su prometida por detrás suyo.

~Nada, estoy sorprendido de ver a Derek por aquí, creí que había cortado relación con todos los reinos cercanos, ¡pero veo que no es así!

~Vino por negocios, le interesa el comercio con Encantia.

~¿Solo por eso? Comentó con picardía.

~Si Hugo, no seas celoso, sé que en la escuela él y yo salimos un tiempo, pero eso ya pasó, está consciente de que tú y yo nos casaremos y eso no cambiará.

Hugo desplegó una sonrisa brillante y se dispuso a saludar a su viejo amigo.

La maldad de la juventud. La otra cara de la moneda.Where stories live. Discover now