(...)

_Bien chicos, ya pueden irse. Feliz inicio de semana. - Hablo el profesor haciendo que todos se quejaran.

Salí de mi ultima clase y me dirigí hacia el estacionamiento. Ahí me había dicho Siete que nos encontraríamos.

Camine hasta llegar ahí. Lo busque con la mirada hasta que los encontré. Los tres estaban hablando sentados en la parte trasera de la camioneta de Marcus. Donde yo me había escondido dos noches atrás.

Me acerque a ellos, sin embargo un fuerte golpe en mi cabeza me hizo caer, haciendo que me ardieran mis rodillas y manos. Debía dejar de usar vestidos. A este paso las heridas no iban a acabar de curarse.

Intente levantarme, pero se me estaba dificultando. Me sentía un poco mareada. Sentí unas manos en mi cintura las cuales me ayudaron a levantarme y vi unos ojos cafés viéndome con preocupación.

_Lo lamento, no alcance a atrapar el balón. - Hablo apenado.

Vi hacia el suelo y ahí vi el balón de americano en el piso.

_Esta bien.- dije alejándome de sus manos.

El iba a volverse a acercar, pero una espalda alta y fuerte se puso en frente de mi.

_Ya te disculpaste, ya te puedes ir.- Le dijo Siete de brazos cruzados.

_Solo quería saber si estaba bien.-

_Estoy bien, no te preocupes. - Hable intentando aligerar el ambiente.

_Ahí esta. Esta bien. Ahora lárgate.- Dijo Siete sin quitar su postura.

Vi al chico asentir e irse. Siete tomo mi cintura y camino conmigo, llevándome hasta la camioneta.

_Estoy bien, si puedo caminar.- Dije sintiéndome mejor.

No me hizo caso y solo me soltó, hasta llegar al lado de la camioneta.

_Yo me voy atrás.- Avisó Steven.

Los tres asentimos y nos subimos a la camioneta. Yo quedando en medio de Marcus y Siete.

La cabeza comenzó a dolerme, así que sin poder evitarlo, me recargue en el hombro de Marcus. Esto me iba a ayudar para el dolor. Ademas de que tenia que volverme a desinfectar las heridas de mis manos y rodillas.

Mantuve los ojos cerrados por unos minutos hasta sentir que el coche paro. Hice una mueca y me enderece.

Cuando abrí los ojos me sorprendí al ver que el hombro en el que supuse que había sido de Marcus, era el de Siete. Había estado todo el camino recargada en su hombro. Mis mejillas se sonrojaron al chocar la mirada con la de el.

Siete se bajo de la camioneta junto con Marcus y yo fui detrás de ellos unos segundos después. 

Vi todo el taller y me di cuenta de lo grande que era. En las paredes habían todo tipo de llantas y reparaciones para coches y motos.

Camine detrás de los chicos y vi como se quitaban sus chamarras y camisas, para cambiárselas por las del taller.

_Joven Steven, que bueno que ya llegó. Su papá me encargo decirle que a el coche rojo se le rompieron los tubos del aceite y el dueño viene por el en dos horas.- Hablo una señora mayor acercándose a nosotros. Cuando estuvo más cerca de nosotros pude reconocerla como la señora Martha. La señora que cuida a la pequeña Olivia.

Los tres volteamos a ver hacia un coche que estaba a nuestra derecha y en efecto, en la parte de abajo tenia un gran charco de aceite.

Steven tallo su frente con desesperación y se dirigió a el.

Just one breathWhere stories live. Discover now