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Chan escuchó lo que Felix le dijo y entonces se arrepintió. Él mejor que nadie, sabía que no podía desaparecer a Lixie, pero tampoco a Felix, pues ambos son el mismo.


Sin embargo, su mirada lo había traicionado, y ahora el chico piensa que su objetivo es desaparecerlo a él, para que Lixie se quedara. Y eso es un error, un grave error.Felix, quién seguía debajo de la cama, se cubrió el rostro y comenzó a llorar, desgarradoramente, haciendo que Chan se acercara a la cama y se agachara para mirarlo, sintiéndose horrible.


Pero Felix, se alejó de él, escondiéndose en la parte más oscura de la cama.



─ ¡Quiero irme de aquí! – Le dijo, alterado de nuevo. - ¡Quiero irme a la casa de Jeongin! – Le gritó.



Chan lo miró y trató de controlarse para no entrar por el chiquillo y obligarlo a entender que él solo quiere ayudarlo. Pero se contuvo de hacer algo así. Solo se levantó y se talló la cara con las dos manos. En verdad esa situación está poniendo a prueba su paciencia y tolerancia.


Entonces tocaron a la puerta.


─ Doctor Bang, aquí está el desayuno que pidió. – Era la sirvienta que llevaba la bandeja con la comida.


─ Ahora te abro. – Le dijo. Se agachó de nuevo y sonriendo, le dijo al muchacho. – Abriré la puerta, pero debes prometerme que no tratarás de huir.


─ ¡Quiero irme, no quiero comer! – Le dijo, con voz ahogada entre sollozos.


─ Por favor, solo permíteme un rato más. Si después de desayunar y de hablar un rato, decides regresar con tu amigo, yo mismo te llevaré con él. Lo prometo. – Y puso su mano sobre el pecho.


Felix dudó, pero en realidad tenía mucha hambre y estaba cansado de correr y escapar.


─ Está bien. – Contestó derrotado.


Entonces Chan se levantó y se acercó a la puerta para abrirla, vigilando la cama con la mirada, pues aún no confiaba en él.


─ Ya puedes irte, yo serviré los platos. – Le dijo Chan a la muchacha. Esta lucía extrañada de subir dos desayunos, cuando ahí solo se veía una persona.


─ Como ordene, doctor. – Y la chica salió rápidamente.


El doctor sirvió el desayuno. Entonces, nuevamente, unos toques en la puerta lo interrumpieron.


─ ¡Me lleva el demonio! ¡No nos dejan desayunar en paz! – Maldijo el doctor. – ¿Quién molesta? – Preguntó.2


─ Soy yo, ábreme. – Le dijo Hyunjin.


─ Pero...

Dark Side - ChanLixWhere stories live. Discover now