Dark Side - ChanLix

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Jeongin estaba demasiado preocupado. No había dormido nada bien, pues Changbin no regresó a la casa en toda la noche y siendo la primera vez que lo hacía, se imaginaba lo peor.

Además, esperaba la llamada de Felix para ir a recogerlo, pero no lo llamaba. Sabía a ciencia cierta, que Chan notaría de inmediato la diferencia entre Felix y Lixie, y no sabe cómo reaccionaría cuando se encontrara con un chico aterrorizado y huidizo, en lugar del hombre apasionado y coqueto que es Lixie.

─ "Mi hermano es un hombre muy bueno, muy valioso e inteligente, Jeongin. Puedes estar seguro que jamás golpearía a Felix, jamás". – Le aseguró Hyunjin, antes de irse a su casa.

─ Está bien, hyung. Confiaré en ti. – Le aseguró. Pero en su cama, recostado mirando la oscuridad, su corazón le decía que algo malo pasaría, cuando el doctor Bang se enfrentara a la dura realidad.

─ "El doctor Bang puede ser una gran persona. Pero tener a un hombre amoroso y pasional durante toda la noche, y luego en la mañana, un chico tímido, asustado e inseguro, que no permite que lo toque ni lo bese, no es algo que se pueda aguantar tan fácilmente. Ya veremos qué tan paciente es Bang Chan" – Pensó Jeongin, tratando de dormir por un rato.

A las dos de la mañana, cuando por fin sus ojos casi se cerraban, recibió una llamada de la policía. Habían arrestado a Changbin y aunque el muchacho no quiso llamar a nadie, encontraron el nombre del menor escrito en una agenda, para casos de emergencia.

Jeongin se levantó y se vistió lo más rápidamente posible. Todavía estaba incrédulo de lo que sucedía, pero era verdad. Pensó en llamar a Hyunjin, pero sabía que a Changbin no le agradaría nadita, así que solo tomó su cartera, el celular, las llaves del coche y salió rumbo a la delegación de policía.

─ ¿Qué sucedió, porqué lo detuvieron? – Le preguntó al policía que lo llamó. Lo llevaron a un cubículo donde se encontraba su querido amigo, esposado a una mesa como un vulgar delincuente. Su aspecto era lastimoso, con el rostro golpeado, la boca sangrante y la ropa completamente desecha.

─ Se volvió loco en el bar y se puso a golpear a un hombre. Le pegó tan fuerte, que lo envió al hospital. – Le informó el policía, que lo miraba de pie, mientras Jeongin no despegaba los ojos de su amigo.

─ ¿Changbin, qué paso, porqué hiciste eso? – Le preguntó, sentándose frente a él, y poniendo su mano en la del muchacho.

El mayor lo miró con tristeza. La borrachera ya se le había pasado, pero no el dolor de haberlo perdido. No podía borrar de la mente la escena de Jeongin siendo besado por Hyunjin, y sentía que la sangre le hervía y que los celos lo llenaban por completo.

─ ¡Déjame, no tenías que venir! – Le contestó, arisco.

─ Pero Changbin, no te voy a dejar aquí, éste lugar es horrible. – Le expresó.

─ ¡Ya te dije que me dejes, no quiero ir a tu casa, no quiero volver a verte, lárgate! – Le gritó, llenando de asombro al menor que nunca había escuchado una mala contestación del mayor.