Capítulo 26. ~ Ashley.

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—Sí lo ví. Gracias por traerlo. —pausé y me sujeté de una de las barandillas de la cama, de repente un poco mareada—. ¿Dónde están los demás, por cierto? ¿Y mi mamá?

—Roxanne y Aubree probablemente están en clases, Josh debe estar dormido o atendiendo a otras personas, Jay está en el hotel con tu mamá, y yo estoy aquí. Ya Jay debe estar en camino con tu mamá.

La universidad. No había pensado en eso. Había perdido—¿qué? ¿Dos meses?—, estaba segura de que aún era Diciembre,  tan segura que sabía que para entonces ya me habrían revocado la beca y no podría continuar la carrera en la misma universidad.

Cerré mis ojos y exhalé por mi nariz. —¿Qué día es hoy?

—Sábado, 8 de Diciembre de 2012. ¿Por qué?

Wow. Eso era increíble. —Quería ubicarme de nuevo en el presente. —sonreí débilmente.

Me había perdido mi cumpleaños. De hecho, si mal no recuerdo, Patrick mencionó eso cuando él…

Apreté mi puño y cerré los ojos. Los recuerdos inundaron mi mente por un momento, pero los regresé al rincón oscuro de mi cerebro de donde vinieron.

—¿Feliz cumpleaños? —Nathan comentó inocentemente, observando mi expresión, desconcertado.

—Gracias. —Puse mi mano sobre la suya.

Un poco más tarde llegaron mis doctores para chequear cómo seguía. No sabía cómo se llamaban, pero extrañamente sentía que los conocía desde siempre.

Jay y mi madre llegaron después. Estaba extremadamente agradecida de que James no haya venido, me hubiera comportado como un completo desestre con él aquí.

Todo parecía normal: una pequeña llama de esperanza estaba viva en mi pecho, alejando momentaneamente cualquier pensamiento suicida. Estaba con las personas que más amaba y eso era todo lo que importaba, con el único detalle que sabía que lo correcto era llenar reportes contra Patrick, pero entonces, me había amenzado, y después de lo que había hecho, ya no sabía lo que era capaz de hacer para salirse con la suya…

Lo justo era decirle a Nathan. Él más que nadie tenía el derecho de saber quién había sido. Merecía saberlo todo, pero yo no estaba segura de poder contar la historia todavía. Además, estaba el pequeño detalle que tal vez Nathan querría tomar el asunto en sus propias manos y buscar a Patrick y Dionne personalmente para estar seguro de obtener la venganza que tanto soñaba.

Suspiré y lo miré fijamente mientras mi Jay nos contaba una historia a los que estábamos en la habitación.

En las últimas semanas, él había sido un completo desastre y eso lo sabía. Pensar en ello me rompía. Pero, ahora, en este preciso momento, mientras reía levemente ante el chiste malo de Jay pude notar que de verdad lo extrañé. Demasiado. Sus ojos verdes como esmeraldas volvían a brillar su brillo usual, y su sonrisa volvía a alumbrar la habitación. Oh, cómo lo amaba.

Me notó viéndolo, y yo, siendo la persona tímida que soy sentí que mis mejillas se ponían calientes mientras miraba hacia otra parte. Él tomó mi mano y besó sutilmente mis nudillos. Le sonreí débilmente.

—Estaría mintiendo si les dijera que había extrañado sus demostraciones públicas de afecto. —Jay comentó, lo que nos hizo sonreír a mí y a Nathan.

Era cierto. Jay y yo probablemente éramos las personas más anti-cursilerías del mundo, pero a decir verdad, sentirme amada me estaba haciendo muy bien ahora. Y no me importaba lo muy asqueroso que se viera, había extrañado lo cursi de Nathan.

La oscuridad y el frío todavía estaban ahí, asechándome con cada respiro que tomaba. Trataba de reprimirlos, de verdad, pero era extremadamente difícil y agradecia cualquier distracción de las voces en mi cabeza. Mentiría si dijera que estaba realmente feliz. Una parte de mí lo estaba, pero la otra parte simplemente estaba sumida en tristeza y en miseria. Poco a poco buscaba métodos que quizás me ayudaran a superarme a mí misma, pero créanme cuando les digo que era un callejón sin salida.

Aún seguía pensando que había sido extremadamente egoísta haber aceptado a Nathan de vuelta en mí vida. No sé en qué pensaba cuando me levanté de la cama y corrí para decirle que había cambiado de opinión cuando ya había escogido mi destino.

—No puedo tener a Nathan en mi vida. —le había dicho a mi madre el día anterior.

—¿Estás segura? —ella me había preguntando, alzando sus cejas cuestionándome. Asentí, convencida del hecho de que si lo pensaba mucho, probablemente cambiaría de parecer—. Bien, entonces lo llamaré para que venga a hablar contigo.

Y entonces ahí estaba yo, 10 minutos después de nuestra conversación, besándolo, rodeada de sus brazos. ¿Por qué, oh por qué lo había dejado regresar? ¿Cómo él, tan jóven, tan apuesto, tan exitoso y con tanta vida por vivir me iba a poder amar a mí, un alma vieja y cansada, profundamente triste y rota, tan mal por dentro?

Eso no era amar, y sabía que pronto se cansaría de la actitud tan negativa ante la vida que había adquerido en las últimas semanas y me terminaría dejando. Y oh, eso sí que sería mi muerte.

«Pienso que podrías ayudarme a regresar al mundo, estoy dando vueltas y saliéndome de control. Ayúdame, estoy sola y a la deriva hundiéndome. Necesito que tomes mi mano. Sálvame, me estoy perdiendo. Estoy en una caída libre y sólo te necesito a ti.

Daría lo que fuera por escucharte decir que te vas a llevar todo este dolor, sólo te necesito de nuevo en mis brazos. Estoy nadando contra la corriente tratando de salvar mi vida, sólo aceptame de nuevo en tu corazón.

Ahora el agua me está hundiendo y no puedo respirar, me ahogo. No puedo esperar para siempre, te necesito ahora, desesperadamente. Dime que nunca me dejarás ir.

Y yo trato de alcanzarte porque me estoy ahogando en esta inundación. Esta noche, yo lloro, porque mi mundo se ha derrumbado en pequeños pedazos y ni siquiera puedo acercarme lo suficiente para tocarte.»

Hopeless? ~ Tercera parte de Loverboy.Where stories live. Discover now